CONTEXTO: La ayuda extranjera a Palestina a examen.
La Unión Europea no termina de aclarar si paraliza, revisa o incrementa su ayuda financiera a Palestina. En los últimos días no ha dejado de sucederse declaraciones contradictorias al respecto. La pregunta es, ¿Qué tan importante es lo que decida hacer la UE con esos recursos? Pues, lo cierto es que esta es una pregunta más importante de lo que podríamos pensar, porque la UE es la mayor fuente de financiación de Palestina.
Entre 1994 y 2021, las transferencias de la UE supusieron el 19% de toda la ayuda exterior que recibió Palestina. Nada más y nada menos que 7.654 millones de dólares. Esto sin contar los recursos que los países miembros de la UE envían individualmente.
La Unión proporciona apoyo financiero directo a la Autoridad Palestina (AP) a través de un mecanismo de apoyo conocido como el Plan de Reforma y Desarrollo de la Autoridad Palestina (PEGASE). La idea de este mecanismo es permitir que la AP pueda cumplir con sus obligaciones hacia los funcionarios públicos, pensionistas y familias vulnerables, y pueda mantener así sus servicios públicos esenciales y mejorar las finanzas públicas.
Asimismo, la UE brinda apoyo a los refugiados palestinos a través de sus contribuciones a la Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA), un organismo que se encarga de proporcionar servicios sanitarios, educativos y sociales.
Y, por último, la UE también participa en programas de desarrollo centrados en la creación de empleo, el acceso al agua y la energía, y la búsqueda de una solución pacífica al conflicto árabe-israelí. La inversión en infraestructura para garantizar el acceso al agua ha sido uno de los proyectos en los que recurrentemente más invierte la UE (pese a que luego Hamás utiliza parte de los equipos para el lanzamiento de proyectiles hacia Israel.
Tras la Unión Europea no encontramos a ningún país árabe, sino a Estados Unidos, como principal fuente de financiación, con algo más del 14% de toda la ayuda otorgada a Palestina durante los últimos 27 años. Sólo en tercer lugar se sitúa Arabia Saudita, con el 10% del total.
Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos (que ocupa el quinto lugar, detrás de Alemania) son los únicos dos países árabes que se encuentran entre los 10 mayores donantes de ayuda exterior a Palestina. Y de hecho, tan sólo Arabia Saudita cubre prácticamente la mitad de todo el apoyo financiero de los países árabes. Por muchos aspavientos y declaraciones subidas de tono, lo cierto es que la asistencia árabe a Palestina es más bien limitada.
Sea como sea, la cuestión ahora que la UE se debate entre bloquear o revisar los recursos que transfiere a la AP, es analizar a dónde han ido a parar dichos recursos en todos estos años. Pues bien, por aquí os compartimos algunas claves.
Salarios: el gasto estrella de la Autoridad Palestina
Según el Consejo Económico Palestino para el Desarrollo y la Reconstrucción (PECDAR), el organismo palestino que se encarga de gestionar el dinero de la ayuda exterior, la cantidad más importante (el 35,4%) del dinero recibido hasta ahora se dirije al presupuesto de la Autoridad Palestina.
¿Y qué hace la AP con esos fondos?
La AP utiliza este dinero principalmente para pagar salarios. Los sueldos constituyen casi la mitad del presupuesto anual, aunque en la actualidad los funcionarios públicos no están recibiendo su salario completo.
Según una auditoría europea realizada en 2013, después de que Hamás tomara la Franja de Gaza se encontraron indicios de que un número importante de funcionarios públicos en Gaza seguían cobrando de la AP sin trabajar. No sabemos cuánto ha seguido pagándose desde entonces, pues o bien no ha vuelto a encargar ninguna otra auditoría o ésta no se ha hecho pública.
En segundo lugar están las transferencias, que ocupan un tercio del presupuesto. No sólo comprenden las pensiones sino también las transferencias mensuales a las que los palestinos y árabes israelíes condenados por terrorismo por el Estado de Israel y sus familias, tienen derecho según la legislación palestina (la Ley Básica palestina, las Leyes 14 y 19 de 2004, la decisión gubernamental 23 de 2010 y la Ley 1 de 2014).
Estos pagos representan un considerable 7% del presupuesto total y no dependen del delito cometido por la persona ni de su situación económica individual o la de su familia. Estas cantidades son mucho más elevadas que las prestaciones destinadas a familias necesitadas y que el salario promedio de los funcionarios públicos. Por ejemplo, una persona que esté sentenciada a cumplir 30 años de prisión en una cárcel israelí recibe, del gobierno palestino, una cantidad mensual aproximadamente 4 veces más elevada que el salario medio palestino y aproximadamente 8 veces superior al salario mínimo. Además, a diferencia de los salarios de los funcionarios públicos, las asignaciones a presos, «mártires» y sus familias no han experimentado ajustes ni recortes desde entonces.
A todo esto, ¿de verdad resulta sorprendente que tras el ataque terrorista de Hamás la UE se haya planteado revisar su asistencia financiera a Palestina? Lo sorprendente es que haya esperado tanto para hacerlo.
FUENTE ARTÍCULO: www.notnews.com
31/10/2024 en ACOM