sábado, 28 de enero de 2023

Profeta SAMUEL (4ª parte).

LOS PROFETAS: Samuel.

Saúl libera a Jabés. Saúl es confirmado rey. Despedida de Samuel. Saúl es reprendido por Samuel.



1ª Samuel 11:1-11.   Saúl libera a la ciudad de Jabés.

Recordemos antes de empezar, que se quedaron 2 tribus y media al este del río Jordán (Rubén, Gad y la mitad de Manases). Y alrededor de ellos quedaron los Amonitas y los Moabitas. Fueron pueblos enemigos de Israel, que desde la conquista no dejaron de atacarles como veremos en este pasaje.

En el mapa podremos ver dónde estaba la zona de Galaad, la ciudad de Jabés y los Amonitas.


1 Najás el amonita subió contra Jabés de Galaad y la sitió. Los habitantes de la ciudad le dijeron: Haz un pacto con nosotros, y seremos tus siervos. 2 Haré un pacto con ustedes, contestó Najás el amonita, pero con una condición: que les saque a cada uno de ustedes el ojo derecho. Así dejaré en desgracia a todo Israel. 3 Danos siete días para que podamos enviar mensajeros por todo el territorio de Israel, respondieron los ancianos de Jabés. Si no hay quien nos libre de ustedes, nos rendiremos.

Vemos aquí como los amonitas negociaron la rendición de Jabés. Sin ningún tipo de “miramiento”... No sólo quería la rendición, sino la humillación de toda Israel.

Fruto de la debilidad de Israel, seguían siendo atacados por diferentes lugares. En este caso por el este. Y era un buen momento para reaccionar.

4 Cuando los mensajeros llegaron a Guibeá, que era la ciudad de Saúl, y le comunicaron el mensaje al pueblo, todos se echaron a llorar. 5 En esos momentos Saúl regresaba del campo arreando sus bueyes, y preguntó: «¿Qué le pasa a la gente? ¿Por qué están llorando?» Entonces le contaron lo que habían dicho los habitantes de Jabés. 6 Cuando Saúl escuchó la noticia, el Espíritu de Dios vino sobre él con poder. Enfurecido, 7 agarró dos bueyes y los descuartizó, y con los mensajeros envió los pedazos por todo el territorio de Israel, con esta advertencia: «Así se hará con los bueyes de todo el que no salga para unirse a Saúl y Samuel». El temor del Señor se apoderó del pueblo, y todos ellos, como un solo hombre, salieron a la guerra.

8 Saúl los reunió en Bézec para pasar revista, y había trescientos mil soldados de Israel y treinta mil de Judá. 9 Luego les dijo a los mensajeros que habían venido: «Vayan y díganles a los habitantes de Jabés de Galaad: “Mañana, cuando más calor haga, serán librados”». Los mensajeros fueron y les comunicaron el mensaje a los de Jabés. Estos se llenaron de alegría 10 y les dijeron a los amonitas: «Mañana nos rendiremos, y podrán hacer con nosotros lo que bien les parezca».

11 Al día siguiente, antes del amanecer, Saúl organizó a los soldados en tres columnas. Invadieron el campamento de los amonitas, e hicieron una masacre entre ellos hasta la hora más calurosa del día. Los que sobrevivieron fueron dispersados, así que no quedaron dos hombres juntos.

Enviaron mensajeros Guibeá, donde estaba Saúl, para comunicar la terrible noticia y cuando Saúl se enteró, se enfureció tremendamente. También el Espíritu de Dios vino sobre él con poder.

Descuartizó 2 bueyes para ser repartidos por todo el reino y llamar a todos para luchar para no perder esa ciudad. Estaba siendo una gran prueba para el liderazgo de Saúl, porque se estaba poniendo a prueba su liderazgo. Recordemos como se escondió cuando fue elegido para ser rey. Desde un principio no pareció ser una persona apropiada para esa responsabilidad.

Consiguió un ejército impresionante y lucharon de tal manera que no sólo ganaron, sino que los aplastaron.

Debemos destacar como no eran una unidad: 300.000 de Israel y 30.000 de Judá. Esa unidad sólo llegó durante David y Salomón, como podremos ver más adelante.




1ª Samuel 11:1-11.   Saúl es confirmado como rey.

12 El pueblo le dijo entonces a Samuel: ¿Quiénes son los que no querían que Saúl reinara sobre nosotros? Entréguenlos, que vamos a matarlos. 13 ¡Nadie va a morir hoy! intervino Saúl. En este día el Señor ha librado a Israel.

14 ¡Vengan! le dijo Samuel al pueblo. Vamos a Guilgal para confirmar a Saúl como rey. 15 Todos se fueron a Guilgal, y allí, ante el Señor, confirmaron a Saúl como rey. También allí, ante el Señor, ofrecieron sacrificios de comunión, y Saúl y todos los israelitas celebraron la ocasión con gran alegría.

En la euforia por la victoria, el pueblo pidió a Samuel buscar y matar a aquellos que no querían a Saúl como rey. El propio Saúl interviene para evitar tal cosa.

Samuel pide ir a Guilgal para confirma a Saúl como rey y para ofrecer sacrificios a Dios. Eran momentos de alegría y euforia.

La mayoría de toda esta historia está centrada en esta pequeña zona de Canaán.




1ª Samuel 12.   Discurso de despedida de Samuel.

Samuel aprovecha el momento para anunciar su final y da cuenta de su Ministerio.

1 Samuel le habló a todo Israel: ¡Préstenme atención! Yo les he hecho caso en todo lo que me han pedido, y les he dado un rey que los gobierne. 2 Ya tienen al rey que va a dirigirlos. En cuanto a mí, ya estoy viejo y lleno de canas, y mis hijos son parte del pueblo. Yo los he guiado a ustedes desde mi juventud hasta la fecha.

3 Aquí me tienen. Pueden acusarme en la presencia del Señor y de su ungido. ¿A quién le he robado un buey o un asno? ¿A quién he defraudado? ¿A quién he oprimido? ¿Por quién me he dejado sobornar? Acúsenme, y pagaré lo que corresponda. 4 No nos has defraudado, respondieron; tampoco nos has oprimido ni le has robado nada a nadie. 5 Samuel insistió: ¡Que el Señor y su ungido sean hoy testigos de que ustedes no me han hallado culpable de nada! ¡Que lo sean! fue la respuesta del pueblo.

Una vez que el pueblo le confirma que ha sido un líder fiel, que no ha robado, defraudado, oprimido ni sobornado, lo que Dios quería decirles y que no olvidaran.

Empieza por recordar de donde vinieron y su historia reciente hasta ese día.

6 Además Samuel les dijo: Testigo es el Señor, que escogió a Moisés y a Aarón para sacar de Egipto a los antepasados de ustedes. 7 Y ahora, préstenme atención. El Señor los ha colmado de beneficios a ustedes y a sus antepasados, pero yo tengo una querella contra ustedes ante el Señor.

8 »Después de que Jacob entró en Egipto, sus descendientes clamaron al Señor. Entonces el Señor envió a Moisés y a Aarón para sacarlos de Egipto y establecerlos en este lugar. 9 Pero, como se olvidaron de su Señor y Dios, él los entregó al poder de Sísara, comandante del ejército de Jazor, y al poder de los filisteos y del rey de Moab, y ellos les hicieron la guerra. 10 Por eso ustedes clamaron al Señor: “Hemos pecado al abandonar al Señor y adorar a los ídolos de Baal y a las imágenes de Astarté. Pero ahora, si nos libras del poder de nuestros enemigos, solo a ti te serviremos”.

11 Entonces el Señor envió a Yerubaal, Barac, Jefté y Samuel, y los libró a ustedes del poder de los enemigos que los rodeaban, para que vivieran seguros. 12 »No obstante, cuando ustedes vieron que Najás, rey de los amonitas, los amenazaba, me dijeron: “¡No! ¡Queremos que nos gobierne un rey!” Y esto, a pesar de que el Señor su Dios es el rey de ustedes.

Salieron de Egipto, se olvidaron de Dios sirviendo a los dioses locales y como consecuencia fueron atacados por los pueblos de alrededor: Jazor (por el norte), filisteos (por el sur-oeste) y Moab (por el este).

Y pidieron un rey a pesar de que Dios era su Rey.

13 Pues bien, aquí tienen al rey que pidieron y que han escogido. Pero tengan en cuenta que es el Señor quien les ha dado ese rey. 14 Si ustedes y el rey que los gobierne temen al Señor su Dios, y le sirven y le obedecen, acatando sus mandatos y manteniéndose fieles a él, ¡magnífico! 15 En cambio, si lo desobedecen y no acatan sus mandatos, él descargará su mano sobre ustedes como la descargó contra sus antepasados.

Pues aquí tienen al rey que pidieron. Pero les deja en claro que el Señor es quien sigue al frente de todo, a pesar de la figura del rey.

Y les recuerda que ellos y el rey, que si obedecen a Dios serán bendecidos como el pasado, pero si no lo hacen, serán abandonados a su suerte.

16 »Y ahora, préstenme atención y observen con sus propios ojos algo grandioso que el Señor va a hacer. 17 Ahora no es tiempo de lluvias, sino de cosecha. Sin embargo, voy a invocar al Señor, y él enviará truenos y lluvia; así se darán cuenta de la gran maldad que han cometido ante el Señor al pedir un rey».

18 Samuel invocó al Señor, y ese mismo día el Señor mandó truenos y lluvia. Todo el pueblo sintió un gran temor ante el Señor y ante Samuel, 19 y le dijeron a Samuel: Ora al Señor tu Dios por nosotros, tus siervos, para que no nos quite la vida. A todos nuestros pecados hemos añadido la maldad de pedirle un rey.

20 No teman, replicó Samuel. Aunque ustedes han cometido una gran maldad, no se aparten del Señor; más bien, sírvanle de todo corazón. 21 No se alejen de él por seguir a ídolos inútiles, que no los pueden ayudar ni rescatar, pues no sirven para nada.

22 Por amor a su gran nombre, el Señor no rechazará a su pueblo; de hecho él se ha dignado hacerlos a ustedes su propio pueblo.

23 En cuanto a mí, que el Señor me libre de pecar contra él dejando de orar por ustedes. Yo seguiré enseñándoles el camino bueno y recto. 24 Pero los exhorto a temer al Señor y a servirle fielmente y de todo corazón, recordando los grandes beneficios que él ha hecho en favor de ustedes.

25 Si persisten en la maldad, tanto ustedes como su rey serán destruidos.

Samuel les confrontan con su realidad: era Dios mismo el protagonista de todo. Son su pueblo por su elección, tienen rey porque así fue elegido por él y serían destruidos si no le sirven de todo corazón, porque de no ser así, serán destruidos.



1ª Samuel 13:1-15A.   Samuel reprende a Saúl.

Aquí tenemos otro episodio triste. Saúl asume funciones que no le corresponde y recibe el castigo de Dios.

1 Saúl tenía treinta años cuando comenzó a reinar sobre Israel, y su reinado duró cuarenta y dos años. 2 De entre los israelitas, Saúl escogió tres mil soldados; dos mil estaban con él en Micmás y en los montes de Betel, y mil estaban con Jonatán en Guibeá de Benjamín. Al resto del ejército Saúl lo mandó a sus hogares.

3 Jonatán atacó la guarnición filistea apostada en Gueba, y esto llegó a oídos de los filisteos. Entonces Saúl mandó que se tocara la trompeta por todo el país, pues dijo: «¡Que se enteren todos los hebreos!» 4 Todo Israel se enteró de esta noticia: «Saúl ha atacado la guarnición filistea, así que los israelitas se han hecho odiosos a los filisteos». Por tanto el pueblo se puso a las órdenes de Saúl en Guilgal.

5 Los filisteos también se juntaron para hacerle la guerra a Israel. Contaban con tres mil carros, seis mil jinetes, y un ejército tan numeroso como la arena a la orilla del mar. Avanzaron hacia Micmás, al este de Bet Avén, y allí acamparon.

6 Los israelitas se dieron cuenta de que estaban en aprietos, pues todo el ejército se veía amenazado. Por eso tuvieron que esconderse en las cuevas, en los matorrales, entre las rocas, en las zanjas y en los pozos. 7 Algunos hebreos incluso cruzaron el Jordán para huir al territorio de Gad, en Galaad. Saúl se había quedado en Guilgal, y todo el ejército que lo acompañaba temblaba de miedo.

Parece que habían entrado en un tiempo de tranquilidad, mandando al ejército a sus casas y quedando sólo unos 3.000 soldados para atender al rey.

Y en ese momento su hijo Jonatán atacó una guarnición filistea. Manolete, Manolete ¡¡¡si no sabes torear para qué te metes!!!

Eso desembocó a que respondieran los filisteos, llevando una descomunal fuerza militar contra Israel. Temblaban de miedo y algunos incluso huyeron al otro lado del río jordán.

8 Allí estuvo esperando siete días, según el plazo indicado por Samuel, pero este no llegaba. Como los soldados comenzaban a desbandarse, 9 Saúl ordenó: «Tráiganme el holocausto y los sacrificios de comunión»; y él mismo ofreció el holocausto.

Como Samuel no llegaba, Saúl mismo ofreció el holocausto y los sacrificios a Dios, cosa que sólo estaba permitido a los sacerdotes, es decir, a los de la tribu de Leví.

10 En el momento en que Saúl terminaba de celebrar el sacrificio, llegó Samuel. Saúl salió a recibirlo, y lo saludó. 11 Pero Samuel le reclamó: ¿Qué has hecho? Y Saúl le respondió: Pues, como vi que la gente se desbandaba, que tú no llegabas en el plazo indicado, y que los filisteos se habían juntado en Micmás, 12 pensé: “Los filisteos ya están por atacarme en Guilgal, y ni siquiera he implorado la ayuda del Señor”. Por eso me atreví a ofrecer el holocausto.

13 ¡Te has portado como un necio! le replicó Samuel. No has cumplido el mandato que te dio el Señor tu Dios. El Señor habría establecido tu reino sobre Israel para siempre, 14 pero ahora te digo que tu reino no permanecerá. El Señor ya está buscando un hombre más de su agrado y lo ha designado gobernante de su pueblo, pues tú no has cumplido su mandato.

15 Dicho esto, Samuel se fue de Guilgal hacia Guibeá de Benjamín.

Parece que Samuel no llegaba y Saúl tomó la iniciativa, realizando funciones que no le correspondía, por muy rey que fuera.

Dios lo castigó de forma definitiva, buscando otro que fuera rey, según el corazón de Dios.



=== ooOoo ===

Para la próxima semana deberás seguir leyendo hasta que David es ungido y proclamado rey de Israel.

Es conveniente leerlo antes de la clase, porque así podremos compartir más y mejor entre todos.

¡¡¡Bendiciones!!!



29/01/2023
Estudio BIBLICO DOMINICAL.





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