domingo, 22 de octubre de 2023

En contexto de la guerra de Israel contra Hamás, el Norte podría volverse el frente más importante

El ritmo de los acontecimientos en el Norte parece estar acelerándose, con intentos de incursiones y disparos de misiles antitanques que se están convirtiendo en algo cotidiano.

El líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, se reúne con el Ministro de Exteriores iraní, Hossein Amir-Abdollahian, en el Líbano (Foto: Oficina de Medios de Comunicación de Hezbollah/Al Manar).

El líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, se reúne con el Ministro de Exteriores iraní, Hossein Amir-Abdollahian, en el Líbano (Foto: Oficina de Medios de Hezbollah/Al Manar).

El lunes 16 de octubre, el Ministro de Exteriores iraní, Hossein Amir-Abdollahian, emitió lo que parecía una amenaza directa de que la organización Hezbollah, apoderado [proxy] de Teherán en el Líbano, intervendría en forma inminente en la guerra contra Israel.

En una declaración hecha a la Agencia de Noticias de la República Islámica (IRNA), Abdollahian dijo que el “Eje de Resistencia” (el término preferido por el bloque regional liderado por Irán) podría llevar a cabo “medidas preventivas” contra Israel en “cuestión de horas”.

«Todas las opciones están abiertas y no podemos permanecer indiferentes ante los crímenes de guerra cometidos contra el pueblo de Gaza», añadió el ministro de Exteriores.

Luego hizo una serie de aparentes advertencias con esta declaración aparentemente cruda, diciendo que a menos que no se aprovechen “las oportunidades limitadas dadas a las Naciones Unidas”, la apertura de otros frentes contra Israel es “inevitable”.

Amir-Abdollahian concluyó su declaración recordando a los lectores (o repitiendo la ficción de) que “Nosotros no damos órdenes a las fuerzas de resistencia en la región, pero ellas toman sus propias decisiones”.

La artillería israelí ataca posiciones terroristas de Hezbollah en el Líbano: Foto Fuerzas de Deffensa de Israel

El mismo día, un artículo en el periódico pro-Hezbollah al-Akhbar, escrito por Ibrahim al-Amin, un periodista libanés estrechamente relacionado con los líderes de Hezbollah, señaló que “Aunque muchos están desconcertados de que el secretario general de Hezbollah, Hassan Nasrallah, no haya hablado sobre el curso de los asuntos, es digno de mención que el Ministro de Exteriores iraní, Hossein Amir Abdollahian, habló en varias reuniones y dijo deliberadamente que había discutido la situación con Sayyed Nasrallah, y manifestó: ‘Revisé su punto de vista y él me dijo que todos los escenarios están sobre la mesa, y… el conflicto podría expandirse’”.


Entonces, ¿Atacará el “Eje de la Resistencia” o no?

Han pasado más de varias horas desde el lunes. Aún no se han tomado esas medidas “preventivas”.

A pesar de ello, no hay motivos para la complacencia. El expediente Irán/Líbano sigue siendo el componente clave de los actuales acontecimientos a nivel geopolítico.

Naturalmente, los israelíes se centran principalmente en el Sur. Una enorme fuerza sigue movilizada en la frontera, esperando la orden de entrar en la Franja de Gaza con el objetivo de destruir al régimen de Hamás. Pero una guerra confinada a Gaza, independientemente de las dimensiones que alcance, no trae consigo la posibilidad de un deterioro regional general.

Sin embargo, si se abriera un segundo frente en el Líbano, las implicaciones irían mucho más allá de Israel, Gaza o incluso la zona del Levante.

El término “Wahdat al-Saha’at” (unidad de las arenas) ahora es familiar para muchos oídos occidentales. Es la frase preferida de Irán y sus aliados para referirse al esfuerzo de reunir a todas las fuerzas islamistas armadas desplegadas contra Israel bajo un único liderazgo iraní. El esfuerzo se encuentra en una etapa avanzada debido al colapso y la fragmentación de varios Estados árabes previamente fuertes y centralizados en las últimas dos décadas.

Irán posee ahora un área de control contigua que se extiende desde la provincia siria de Quneitra, adyacente a los Altos del Golán, a través del sur de Siria y hasta Irak. En Irak, los partidos asociados con Teherán dominan el gobierno, por lo que las milicias chiítas de Hashd al-Sha’abi, o Unidades de Movilización Popular, apoyadas por Irán, tienen libertad de acción.

Así pues, hoy Irán tiene el poder de facto (en Irak y el Líbano) o tiene libertad de operación (en Siria) en todo el territorio comprendido entre la frontera entre Irak e Irán y el mar Mediterráneo, y entre esa frontera e Israel.

En los últimos días ha habido informes, en medios de comunicación que transmiten desde el este de Siria controlado por los kurdos, de milicias asociadas a Irán en la provincia siria de Deir al Zur avanzando hacia el oeste, hacia la frontera con Israel. Si la guerra estallara como resultado de una acción preventiva del Hezbollah libanés, existe una posibilidad razonable de que este conflicto atraiga a las milicias iraníes de Siria e Irak, posiblemente con la participación directa de efectivos iraníes. Por tanto, lo que está en juego es enorme.

Precisamente para evitar tal eventualidad, Estados Unidos ha introducido dos grupos de portaaviones, con su enorme potencia de fuego, en el Mediterráneo. Esto representa la primera vez que Estados Unidos interviene con la amenaza del poder militar duro para disuadir directamente una amenaza en el Medio Oriente contra Israel.

Esto también debería suscitar discusión y debate sobre lo que significa para la disuasión militar independiente de Israel y su capacidad de acción independiente en defensa de sus intereses. Esto puede esperarse después de la conclusión de la guerra actual. Pero por ahora, la perspectiva de misiles Tomahawk estadounidenses en Beirut crea una nueva ecuación con la que Irán y su franquicia libanesa Hezbollah deben enfrentarse, al sopesar su decisión sobre una posible intervención directa y a gran escala en las hostilidades actuales.

Hasta el momento, a pesar de las palabras del Ministro de Exteriores iraní, parece que Hezbollah está buscando una especie de camino intermedio entre una intervención total y una completa permanencia al margen. Los incidentes en la frontera continúan y claramente son iniciados ahora por Hezbollah. Ha prescindido de la ficción de que los grupos palestinos operan independientemente desde el sur del Líbano. Hezbollah camina sobre una línea extremadamente delgada. El tipo de acciones que se han llevado a cabo en los últimos días (misiles antitanques disparados contra ciudades y civiles israelíes, con víctimas civiles y ataques de gran escala contra dispositivos de vigilancia en la frontera), según las “reglas de enfrentamiento” habitualmente aplicadas a la frontera libanesa, podrían haber precipitado ya una importante respuesta israelí y probablemente un conflicto general entre Israel y la franquicia del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica iraní (CGRI) en el Líbano.

Mientras se escriben estas líneas, Israel ha seguido respondiendo proporcionalmente, en lugar de intentar una respuesta importante a la agresión de Hezbollah. Esto bien puede deberse a la actual atención puesta en el Sur, y Hezbollah e Irán pueden suponer que esta priorización les permite aumentar la presión sobre Israel unos cuantos puntos más sin incurrir en nada más que una respuesta proporcionada y predecible, es decir, sin desencadenar un segundo frente en la guerra actual.

En consecuencia, el ritmo de los acontecimientos en el Norte parece estar acelerándose, con intentos de incursiones y disparos de misiles antitanques convirtiéndose en algo cotidiano. De momento, Israel responde con fuego de artillería y tanques desde el lado israelí de la frontera, contra posiciones de Hezbollah en el lado libanés.

Sin embargo, en el caso de que uno de los grupos infiltrados logre pasar, o de que un proyectil alcance un objetivo importante y cause una pérdida considerable de vidas; Israel podría verse obligado a llevar a cabo una respuesta importante, con todo lo que esto implicaría. El foco principal en Gaza es comprensible. Pero el frente norte podría incluso resultar el más importante.

Por Jonathan Spyer


21/10/2023 en AURORA





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