Un grupo de arqueólogos israelíes descubrió en una cueva del Desierto de Judea una inscripción aramea de cuatro líneas con cerca de 1.900 años de antigüedad, escrita posiblemente por rebeldes judíos durante la rebelión de Bar Kojba contra el Imperio romano (132-135 EC).
La primera línea, legible en su totalidad, dice: “Abba de Naburya ha perecido”, convirtiéndose en una de las pocas inscripciones completas y descifrables del período.




















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