AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Embajador Alan Baker
Israel es inundada con resoluciones internacionales sesgadas, declaraciones, “planes de paz”, y consejo de gobiernos, organizaciones internacionales, líderes, expertos, y elementos dentro de las comunidades judía, cristiana y musulmana.
La mayoría de lo de más arriba se basa en suposiciones ampliamente sostenidas, falsas y erradas con respecto a Israel, sus líderes, gobierno, políticas, y posiciones sostenidas por la vasta mayoría del público israelí.
Estas presunciones falsas y erradas tienen que ser abordadas:
1. “La retirada israelí de los territorios de la Margen Occidental (Judea y Samaria) proporcionará seguridad y aceptación internacional a Israel.” Error.
Antes del ingreso de Israel en los territorios en la guerra de 1967, los estados árabes hicieron todo intento por atacar y debilitar militar y diplomáticamente a Israel.
Los intentos árabes e iraníes hoy para desafiar la historia judía en la tierra bíblica de Israel y en Jerusalem y la legitimidad del Estado de Israel como un estado judío todavía resuenan en la comunidad internacional, muy recientemente en la UNESCO.
Los palestinos están comprometidos a establecer finalmente su estado sobre toda la Palestina del mandato y adoctrinan a sus niños en esta forma.
La iniciativa más reciente y absurda por parte del liderazgo palestino para enjuiciar a Inglaterra por emitir la Declaración Balfour de 1917 prueba el rechazo palestino profundamente arraigado a la existencia de Israel.
Desde el establecimiento de Israel en 1948 y hasta el día presente, Israel ha sido, y continúa siendo el único estado miembro de la ONU al que se le niega su derecho a la “igualdad soberana” en el estatuto de la ONU.
Claramente,. la retirada de los territorios ahora bajo estas condiciones amenazaría la seguridad de Israel.
2. “’La ocupación de los territorios’ por parte de Israel es ilegal y una violación del derecho internacional.” Error.
Israel entró a los territorios en 1967 después de ser atacada por todos sus vecinos, actuando en defensa propia contra una guerra ofensiva y agresiva.
La ocupación de territorio durante un conflicto armado es un estado de cosas legal aceptado y reconocido en el derecho internacional y la práctica.
Israel se ha comprometido a acatar las normas internacionales humanitarias y legales para la administración de tales territorios. La administración de los territorios por parte de Israel está bajo supervisión judicial estricta de la Corte Suprema de Israel.
El territorio nunca estuvo bajo control o soberanía palestino, y cuando estuvo bajo control jordano no hubo ninguna intención por parte de Jordania de convertirlo en un estado palestino.
El término usado a menudo en las resoluciones de la ONU “territorios palestinos ocupados” no tiene ninguna base o validez legal o lo que se le parezca. No es apoyado por ningún documento legal, histórico o vinculante, y su uso perjudica el resultado de una negociación aun pendiente.
Es un hecho aceptado que la cuestión del futuro de los territorios está en disputa. Israel mantiene reclamos legales e históricos válidos, ampliamente reconocidos y largamente sostenidos con respecto a los territorios.
Los acuerdos firmados entre el liderazgo palestino e Israel han establecido un marco acordado para arreglar la disputa territorial a través de la negociación de su condición permanente.
Pendiente un acuerdo entre Israel y los palestinos con respecto al status permanente del territorio, ninguna determinación o resolución política externa o por parte de una tercera parte puede establecer que los territorios pertenecen a los palestinos.
3. “El liderazgo palestino está unido y es apoyado popularmente.” Error.
La dirigencia palestina está lejos de estar unida. Hay una desconexión total e irreconciliable entre la dirigencia de la Autoridad Palestina en las áreas de la Margen Occidental de Judea y Samaria, y el gobierno de Hamas en Gaza. El liderazgo es visto como incorregiblemente corrupto. El Presidente Mahmoud Abbas está en el 11o año de su mandato de cuatro años. La Autoridad carece de credibilidad interna, responsabilidad y apoyo popular.
Esta situación debilita cualquier confianza en una gobernancia viable y unida y representación de los palestinos. Neutraliza cualquier capacidad para ingresar e implementar cualquier compromiso u obligación internacional.
4. “El liderazgo palestino es moderado, dispuesto a negociar y a vivir en paz con Israel.” Error.
El liderazgo palestino está lejos de ser moderado, para cualquier punto de vista. Incluso sin la incitación de Hamas, se involucra en una política aprobada oficialmente de “des-normalización” cara a cara. El liderazgo a menudo elogia, recuerda y alienta a los terroristas palestinos.
La dirigencia palestina se niega a reanudar las negociaciones y se niega a ingresar en cualquier diálogo con los líderes de Israel. Bloquea contactos entre palestinos e israelíes en los niveles diplomático, profesional y personales. Esta política va contra compromisos palestinos en los Acuerdos de Oslo para alentar la cooperación en desarrollo y “diálogos entre personas” en todos los niveles.
El liderazgo palestino inicia y apoya abiertamente boicots, desinversión y sanciones (BDS) dirigidos a la deslegitimación de Israel en la comunidad internacional en organizaciones internacionales y regionales, tribunales internacionales, y en la ONU y sus agencias especializadas.
Mientras Israel ha expresado su disposición para el principio de “dos estados para dos pueblos”, el liderazgo palestino se niega constantemente a aceptar el concepto de Israel como el estado nación democrático del pueblo judío.
5. “Los asentamientos de Israel son ilegales y violan el derecho internacional.” Error.
Estas acusaciones están basadas en una interpretación errónea de las leyes internacionales relevantes y los compromisos recíprocos entre Israel y la OLP.
La prohibición de la transferencia de población dentro de territorio ocupado durante la guerra, establecida en la Cuarta Convención de Ginebra, fue redactada específicamente a fin de impedir una recurrencia de las transferencias masivas de población forzosas que ocurrieron durante la Segunda Guerra Mundial. En el caso de la política de asentamientos de Israel, no hay expulsiones forzosas o establecimiento coaccionado.
Esto no tiene relación con, o relevancia para la política de asentamientos de Israel, la cual permite la utilización legítima de tierra que no es propiedad privada en espera del arreglo permanente de la disputa. El uso de tierra pública que no es propiedad privada para asentamientos o agricultura es consistente totalmente con las normas internacionales aceptadas en tanto no sea cambiado el estatus de la tierra en espera de su resultado final negociado.
Como tales, los asentamientos de Israel no pueden ser vistos como una violación del derecho internacional. Cualquier determinación tal está basada en un punto de vista selectivo y políticamente sesgado tomado fuera de la práctica internacional aceptada.
No obstante, la divergencia de opiniones sobre la legalidad de los asentamientos de Israel, según los Acuerdos de Oslo, esta cuestión es una cuestión de negociación abierta entre los palestinos e Israel.
En espera de lograr un acuerdo negociado, los Acuerdos de Oslo no colocan ningún congelamiento o restricción ya sea sobre Israel o los palestinos para involucrarse en planificación, zonificación y construcción en las áreas respectivas bajo su control. Al contrario, planificación, zonificación, y construcción están específicamente permitidas.
En consecuencia, la predeterminación arbitraria y unilateral en cuanto a la legitimidad de los asentamientos, y cualquier llamado a su remoción antes de un acuerdo entre Israel y los palestinos es inconsistente con los acuerdos y constituye prejuzgamiento de una cuestión negociada.
La afirmación que los asentamientos son la fuente del conflicto no resiste ninguna lógica. El conflicto entre los árabes e Israel existió mucho antes del establecimiento de cualquier asentamiento, con campañas por parte de los estados árabes en 1948 para impedir el establecimiento del Estado de Israel y sus esfuerzos en curso desde entonces para traer su desaparición.
6. “Jerusalem pertenece a los árabes. Los judíos no tienen ningún derecho o reclamo de ella.” Error.
La dirigencia palestina manipula la historia y niega la historia y legado judíos en los sitios santos judíos en sus presentaciones ante organizaciones internacionales tales como UNESCO. Ellos no pueden alterar el hecho histórico que Jerusalem, desde tiempos inmemoriales, ha sido el epicentro de la religión y legado judíos. También desempeña un rol importante en la historia de la Cristiandad. Esto es reconocido en el Corán, el Viejo y Nuevo Testamento, y en los escritos de historiadores.
Los intentos por parte del liderazgo palestino de generar incitación y violencia a través de acusaciones falsas con respecto a los sitios santos musulmanes en Jerusalem no tienen ninguna base y no alterarán el hecho que la cuestión de Jerusalem es una cuestión de negociación acordada entre Israel y los palestinos conforme a los Acuerdos de Oslo.
Cualquier suposición o expectativa que el público israelí puede ser presionado para apoyar las demandas de una retirada unilateral de áreas árabes de Jerusalem oriental fuera de un marco negociado y acordado está fuera de lugar y no tiene ninguna base de hecho.
7. “El liderazgo y gobierno israelíes son inflexibles, extremistas y se oponen a la paz.” Error.
La hostilidad intensa hacia el gobierno democráticamente electo de Israel está fuera de lugar y es insultante para el público israelí.
La tendencia, especialmente en Europa y en las organizaciones internacionales, a aceptar acusaciones palestinas indignantes contra Israel, a menudo viejas patrañas antisemitas, no es más que el sometimiento a la manipulación cínica. Tales acusaciones abusan en forma deliberada de la buena fe y sentido de corrección política prevalecientes entre los países y sociedades occidentales.
Esto llega a costa del análisis objetivo genuino, histórico, legal y fáctico.
Los políticos, líderes comunitarios y organizaciones europeos y estadounidenses bien intencionados y sinceros, junto con organizaciones internacionales y regionales parecen sentir que son más capaces y están equipados, más aún que los líderes electos de Israel y el público israelí, para conocer lo que es en el mejor interés de Israel.
El público israelí, cuyos votantes y sus funcionarios electos enfrentan las amenazas de hostilidad y terror diariamente, tienen profunda conciencia política y son plenamente capaces de determinar la suerte de Israel.
La suposición que la presión internacional logrará la caída del gobierno democráticamente electo de Israel contrasta con la fuerza de la democracia de Israel y debilita los principios democráticos del Occidente.
8. “El status quo actual entre Israel y los palestinos es insostenible.” Error.
La situación presente de estancamiento político entre los palestinos e Israel no es el resultado del desafío israelí, como es afirmado por algunos líderes, gobiernos y comentaristas occidentales.
Israel ha expresado repetidamente su disposición a reanudar de inmediato el proceso de negociación. Israel está comprometida en los Acuerdos de Oslo y ha dejado muy claro que no tiene ninguna intención de llevar a cabo alguna acción unilateral dirigida a cambiar el estatus de los territorios.
El “status quo presente” es determinado por el hecho que el liderazgo palestino se niega constantemente a regresar a una mesa de negociación. Prefiere complacer a la comunidad internacional con su victimización y generar iniciativas negativas dirigidas a negar el carácter de Israel como el estado judío, y deslegitimar a Israel.
El liderazgo palestino prefiere llevar a cabo guerra diplomática a través de boicots contra Israel y procesos legales contra los líderes de Israel en los tribunales internacionales y nacionales.
La imposición unilateral de soluciones orientadas políticamente no es un modo aceptable de cambiar el status quo.
En ausencia de un proceso diplomático viable hoy, el status quo actual es sostenible.
9. “La islamofobia es paralela al antisemitismo.” Error.
La tendencia en la comunidad internacional a vincular al antisemitismo con la islamofobia como dos fenómenos de racismo iguales es totalmente errada. Esta tendencia lamentablemente emana de la corrección política exagerada por parte de muchos países y comunidades occidentales.
El antisemitismo ha sido un fenómeno trágico conducido únicamente contra los judíos durante miles de años, causando masacres, pogromos, expulsiones, tortura y ejecuciones públicas, linchamientos, conversión forzada, destrucción de sinagogas, esclavización, confiscación de pertenencias, culminando en el Holocausto nazi.
Los temas antisemitas son un elemento básico de los medios de comunicación palestinos y árabes, programas escolares, caricaturas y sermones.
El objetivo del antisemitismo ha sido exterminar y lograr el genocidio total del pueblo judío como raza.
El antisemitismo no puede ser comparado o vinculado a la islamofobia, la cual emana del temor al Islam como resultado de los movimientos islámicos fanáticos y al terror generado por ellos. No tiene ninguna relación ni nada que se le parezca con alguna filosofía que defiende el genocidio de los musulmanes.
En este contexto, la deslegitimación de Israel es vista por la mayoría de los estados occidentales como una nueva versión del antisemitismo.
10. “Israel es un estado racista que viola los derechos humanos y practica el aparteid.” Error
Esta afirmación es repetida por los líderes palestinos y propagandistas de izquierda a lo largo del mundo. Fue defendida inicialmente por Yasser Arafat y adoptada por grupos de ONGs en la desacreditada Conferencia sobre Racismo de la ONU del 2001 en Durban.
Es indicativo de una evidente falta de comprensión de la naturaleza racista del fenómeno del “aparteid” e incluso una incomprensión mayor y más profunda del carácter de Israel como una sociedad abierta, pluralista y democrática.
La comparación de Israel con Sudáfrica bajo el control supremacista blanco ha sido rechazada absolutamente por aquellos con conocimiento íntimo del viejo sistema de aparteid, especialmente los sudafricanos. El objetivo de tal propaganda, además de deslegitimar la base misma de la existencia del Estado de Israel, es manipular cínicamente a la comunidad internacional y alentar la imposición de un régimen internacional de sanciones contra Israel en el molde de las acciones contra el antiguo régimen del aparteid en Sudáfrica.
Israel es una sociedad multi-racial y multicolor, y la población árabe israelí participa activamente en el proceso político. Los árabes israelíes gozan de igualdad completa y libertad de expresión. Ellos eligen sus propios miembros de la Kneset y jueces árabes se desempeñan en la Corte Suprema. Los árabes israelíes se desempeñan como jefes de departamentos hospitalarios, profesores, diplomáticos, y funcionarios de alto rango de la policía y el ejército.
Cada comunidad religiosa tiene su propio sistema judicial religioso, aplicando la Sharia, el derecho canónico y la ley judía, respectivamente.
A diferencia de los árabes y otros estados en los cuales una religión es declarada la religión del estado, o de países occidentales donde la Cristiandad es la religión predominante, o de países musulmanes como Irán y Arabia Saudita donde ciertas áreas, ciudades, y rutas son están restringidas a “musulmanes solamente”, y donde las mujeres son tratadas como ciudadanas de segunda y la gente gay como criminales, las leyes israelíes ven el Judaísmo, el Islam y la Cristiandad como religiones oficiales y aseguran constitucionalmente la completa libertad e igualdad para todos.
La incitación a o práctica del racismo en Israel es un delito criminal, como lo es cualquier discriminación sobre la base de la raza, religión, sexo o género. Las escuelas, universidades y hospitales israelíes no hacen ninguna distinción entre judíos y árabes.
Ya sea en el discurso político y social del día a día, o en los medios de comunicación internacionales y sociales, las patrañas anteriores aparecen en forma repetida y constante.
Las comunidades, especialmente las comunidades judías a lo largo del mundo, las congregaciones cristianas, estudiantes y personal académico, parlamentarios y publicistas, tanto como personas de buenas intenciones en general, están siendo tomados como blanco cínicamente y manipulados a fin de generar narrativas artificiales a través de la repetición de mentiras y a través de la distorsión y perversión de la verdad.
Es de esperar que esta manipulación será vista en su verdadera luz y será rechazada.
Fuente: Jerusalem Center for Public Affairs-
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México
17/08/2016 en ENLACE JUDIO.
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