Encuentran objetos, entre ellos un altar profanado, que confirman el relato bíblico según el que el rey de Judá eliminó la adoración a los baales en su territorio.
Una letrina que antes era un altar prueba el relato bíblico sobre Ezequías. / IAA
Un descubrimiento de diversos objetos de 2.800 años de antigüedad en Laquis, en Israel, ha confirmado la narrativa bíblica referente a esta época, según ha explicado la Autoridad de Antigüedades de Israel.
Laquis era una ciudad situada a 45 kilómetros de Jerusalén, una de las principales en la ruta entre Egipto e Israel. Fue sitiada por Senaquerib en el año 701 a.C, época de la que se han encontrado ahora varios objetos cúlticos.
Los arqueólogos han descubierto un aseo “simbólico”. Se trata, en concreto de un retrete, que por las marcas que lleva, se sabe que antes era un altar dedicado a alguna deidad.
Este inodoro de piedra caliza fue encontrado dentro de una cámara de la monumental puerta y servía de santuario. En ese momento, Laquis era la segunda ciudad principal del reino de Judá, cuya capital era Jerusalén. La puerta de entrada habría servido como un lugar de encuentro, culto y centro administrativo.
La excavación en Laquis, una de las principales ciudades durante el reinado de Ezequías (siglo 8 a.C.) / IAA
El arqueólogo Saar Ganor, que dirigió la excavación del enorme portal de Laquis (la más grande de las excavadas en la región), dijo el miércoles que los arqueólogos habían encontrado pequeñas figuras cuyas esquinas de cuernos se habían roto, y en la esquina de la habitación un inodoro.
Para los arqueólogos el escenario demuestra ser un lugar de profanación. Según el relato de 2 Reyes 10:27, el rey Jehú, al destruir el templo de Baal, convirtió los altares “en letrinas”. Un tipo similar de profanación debió tener lugar en Laquis, ciudad que de acuerdo al relato de Reyes, Ezequías limpió de “lugares altos, y quebró las imágenes de Asera”.
En el lugar se han encontrado puntas de flecha asirias y judías. / IAA
Según el arqueólogo, el “modus operandi” de Ezequías debió ser similar al de Jehú. El trabajo para centralizar el culto religioso a Yahvé en Jerusalén también implicó convertir el santuario pagano en un retrete.
“Este culto pagano fue erradicado, y aquí está la prueba, al romper los cuernos del altar”. Las pruebas realizadas en el terreno demostraron además que el retrete era simbólico, y no se utilizó.
En otra sala de las puertas de la ciudad, se encontraron antiguas letras hebreas que muestran la marca real de Ezequías. Más pruebas de las obras llevadas a cabo por el rey y descritas en la Biblia, afirmó Ganor.
El sello de Ezequías aparece en los mangos de ollas y vasijas de la época. / IAA
La ciudad fue totalmente destruida por el ejército del rey asirio Senaquerib en el año 701 a.C., en un sitio descrito en el relato bíblico, y en un relieve monumental de la capital asiria de Nínive (ahora en el Museo Británico). Se encontraron también puntas de flecha asirias y de Judá en el terreno.
“Todo está relacionado de una manera maravillosa a las fuentes asirias y la Biblia, así como en la evidencia arqueológica”, dijo Ganor.
29/09/2016 en PROTESTANTE DIGITAL.
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