Los kurdos iraquíes con sus combatientes peshmerga han sido una fuerza de primer orden en la guerra contra el Estado Islámico en Irak y Siria.
En la amplia zona donde colindan Irak, Irán, Turquía y Siria está ubicada la zona conocida como Kurdistán. El pueblo kurdo, que se calcula está integrado por entre 40 y 50 millones de personas, se halla
distribuido en territorios que oficialmente forman parte de cada uno de los países antes mencionados. Es así que hay kurdos iraquíes, iraníes, turcos y sirios, con lo que su destino como pueblo ha sido extremadamente complicado. De religión musulmana, pero étnica, lingüística y culturalmente diferenciados, han vivido en condiciones de dispersión y sometimiento, sin la posibilidad de ser independientes. Sus aspiraciones en ese sentido han sido sistemática y violentamente sofocadas por los gobiernos bajo los cuales viven, siendo a menudo una ficha manipulada a modo para objetivos ajenos a los intereses kurdos.
distribuido en territorios que oficialmente forman parte de cada uno de los países antes mencionados. Es así que hay kurdos iraquíes, iraníes, turcos y sirios, con lo que su destino como pueblo ha sido extremadamente complicado. De religión musulmana, pero étnica, lingüística y culturalmente diferenciados, han vivido en condiciones de dispersión y sometimiento, sin la posibilidad de ser independientes. Sus aspiraciones en ese sentido han sido sistemática y violentamente sofocadas por los gobiernos bajo los cuales viven, siendo a menudo una ficha manipulada a modo para objetivos ajenos a los intereses kurdos.
En ese contexto, los kurdos de Irak han tenido una historia peculiar en las últimas décadas. Después de haber sido masacrados con armas químicas por el régimen de Saddam Hussein en 1988 en el poblado de Halabja, recibieron protección de las fuerzas multinacionales tras la primera guerra del Golfo que encabezó George Bush padre para expulsar a Saddam Hussein de Kuwait. De ahí en adelante ha logrado funcionar una región autónoma de Kurdistán en Irak, encabezada por el gobierno Regional de Kurdistán (KRG), cuyo presidente es Masoud Barzani. A pesar de crisis económicas y luchas internas por el poder, los kurdos iraquíes con sus combatientes peshmerga han sido una fuerza de primer orden en la guerra contra el Estado Islámico en Irak y Siria. Ello, sumado a la trayectoria de haber vivido ya en el siglo XXI en condiciones de autonomía regional con considerables éxitos en cuestiones de desarrollo social, ha hecho crecer sus ansias de independencia, dando como resultado que el KRG ha convocado a los kurdos iraquíes a un referéndum independentista para el 25 de septiembre próximo.
Esa convocatoria ha sido, por supuesto, muy mal recibida por los gobiernos de los cuatro países en los que radican los kurdos. El gobierno y el ejército iraquí, sumidos en una crisis perpetua, quizá no cuenten con los elementos para conjurar la independencia kurda, pero de cualquier modo, las amenazas, sobre todo de parte de los gobiernos en Ankara y Teherán, ya se han dejado oír. En días recientes estuvo en Turquía el jefe de las fuerzas armadas iraníes, general Mohamed Hussein Baqeri, con objeto de coordinar cómo poner freno a las aspiraciones independentistas del KRG. Ambas naciones, Irán y Turquía, tienen frontera con el Kurdistán iraquí y temen el efecto que la independencia podría tener tanto para sus intereses geoestratégicos como sobre sus propios kurdos, que constituyen las tres cuartas partes de los kurdos que viven en Oriente Medio. Por ello, es de esperar una reacción violenta de parte de los gobiernos de Teherán y Ankara en caso de que el referéndum tenga éxito, lo que conduciría a un nuevo sismo en la región ya de por sí sumida en luchas sectarias graves, añadidas a la interminable guerra civil en Siria.
Ni qué decir que el gobierno de Estados Unidos está preocupado por esa situación. Fuerzas norteamericanas han estado trabajando estrechamente con el gobierno iraquí y los peshmergas kurdos en el combate al Estado Islámico en Irak y Siria, de tal forma que el sí al referéndum alteraría el escenario regional de manera imprevisible. Por ello, el secretario de Defensa de EU, James Mattis, visitó hace poco Erbil, capital del Kurdistán iraquí, con objeto de convencer al KRG de posponer el citado referéndum. Sin embargo, hasta ahora el plan independentista se mantiene firme, con lo que son altas las probabilidades de que en lo que resta de 2017 un renovado y cada vez más complicado escenario se asiente en esta convulsa región.
04/09/2017 en DIARIO JUDIO
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