Bashar al Assad y Vladimir Putin en Hmeimim Foto: Kremlin.ru CC BY 4.0
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, que recientemente declaró el fin del Estado Islámico en Siria, se plantó en el país árabe en su primera visita desde el inicio del conflicto para certificar la victoria sobre los jihadistas y anunciar el comienzo de la retirada de las fuerzas rusas.
“A lo largo de dos años y medio, las Fuerzas Armadas de Rusia junto con el Ejército sirio destruyeron a los grupos terroristas internacionales más potentes militarmente. Debido a esto he tomado una decisión: una parte significativa del contingente militar ruso que se encuentra en Siria regresa a casa, a Rusia”, dijo Putin.
El jefe del Kremlin hablaba ante los militares de la base aérea rusa en Hemeimim, en la provincia costera de Latakia, y en presencia del presidente sirio, Bashar al Assad, el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, y el comandante del contingente militar ruso en el país árabe, Serguéi Surovikin.
La visita, no anunciada con antelación, se produjo en ruta a Egipto y Turquía -con cuyos líderes el jefe del Kremlin aborda tanto la situación en Siria como la crisis en torno a Jerusalén- y fue difundida por los medios rusos cuando Putin ya estaba aterrizando en El Cairo, por obvios motivos de seguridad.
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“Ordeno al ministro de Defensa y al jefe del Estado Mayor proceder a la retirada de la mayor parte de las tropas rusas a las bases de su emplazamiento permanente”, afirmó Putin ante las tropas.
“Regresarán victoriosos a vuestros hogares, cerca de los vuestros, padres, esposas, hijos, amigos. La patria os espera”, agregó.
El mandatario señaló que “ya se han creado las condiciones para un arreglo político” a la crisis de Siria “bajo la égida de la ONU” y que “los refugiados están regresando a sus casas”.
Pero advirtió, no obstante, que “si los terroristas levantan la cabeza de nuevo, les golpearemos de tal forma como nunca la han visto”.
Se trata de la primera vez que Putin pisa suelo sirio desde que comenzó el conflicto en marzo de 2011, con el levantamiento de varios grupos opositores contra el presidente Bashar al Assad, el principal aliado de Moscú en Oriente Medio.
En 2015 Rusia comenzó su intervención en Siria para apoyar a las fuerzas gubernamentales y desde entonces el curso de la guerra cambió con sucesivas derrotas de los jihadistas.
En marzo de 2016, el presidente ruso ya anunció la retirada de una parte de las fuerzas rusas enviadas a Siria al constatar la mejora de la situación.
Y el pasado 6 de diciembre, Putin anunció la completa derrota del Estado Islámico en Siria al ser destruidas las últimas posiciones jihadistas a ambos lados del río Éufrates.
Pueden quedar -dijo- “algunos focos de resistencia, pero, a grandes rasgos, los combates en esta fase y en ese territorio han concluido… con nuestra victoria y la derrota sobre los terroristas”.
Bashar al Assad agradeció a su homólogo ruso y protector la ayuda prestada en este conflicto y aseguró que su pueblo siempre la recordará, según la Presidencia siria.
“Lo que los militares rusos han hecho no será olvidado por el pueblo sirio después de que la sangre de sus mártires (rusos) se mezclara con la de los mártires del Ejército Árabe Sirio en la lucha contra los terroristas”, afirmó el líder sirio.
El comandante del contingente ruso en Siria, general Serguéi Surovikin, aseguró a Putin que las tropas que aun permanecerán en el país árabe “podrán continuar cumpliendo su tarea con la misma eficiencia”. EFE
11/12/2017 en AURORA DIGITAL
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