SECUENCIAS DE HISTORIA: Masada, la fortificación natural y épica.

Para los que siguen ignorando la historia del ancestral pueblo judío, tenemos en Masada una nueva secuencia, un nuevo ejemplo de la presencia judía en Judea.

Masada es una de las fortificaciones naturales más sorprendentes del mundo. Se abre majestuosa en el desierto de Judea con una altura de más de 300 metros.

Es una meseta plana en su parte superior, con una extensión de 9,3 hectáreas y está a unos 16 kilómetros al sur de En-gadi. De la costa occidental del Mar Muerto está a solo 4 kilómetros. Su forma recuerda a la de un barco. 

Al ser casi inaccesible y lejos de cualquier ruta comercial, se fortificó para ser refugio real en el segundo siglo A.C.

Mucho más tarde en el año 40 A.C., Herodes se refugió allí junto con su familia para huir del rey de los partos. Dejó allí a su familia y suficientes hombres para defender la fortaleza y de esa forma poder salir a Roma para pedir ayuda.

Masada cumplió su función y Herodes la eligió como su lugar de refugio y retiro ante cualquier nuevo ataque externo o interno. No era un rey aceptado por los judíos.

Fortificó de nuevo a Masada con mayores muros y torres de defensa. Construyó su nuevo palacio con todo tipo de lujos. Todo tipo de instalaciones para asegurar largas estancias sin necesidad de nada del exterior. Para que no faltara agua hizo un sofisticado sistema de cisternas y canalizaciones para aprovechar las pocas aguas existentes.

Construyó todo lo necesario para dar servicio a más de 10.000 hombres durante varios años.

Más tarde, para tener más seguridad e intimidad se trasladó al extremo norte de Masada donde construyó su nuevo Palacio Colgante de 3 niveles. Es considerado como una de las maravillas arquitectónicas del mundo antiguo.

Pero lo cierto es que Herodes solo estuvo en Masada para descansar y para pequeños retiros ocasionales durante los inviernos. A su muerte, en el año 4 A.C. quedó allí una guarnición romana hasta que en el año 66 D.C. estalló la rebelión judía en todo el país. Fue entonces cuando los judíos echaron a los romanos de allí y conquistaron Masada.

Tras la caída de Jerusalén en mano de Tito en el año 70 D.C. los pocos judíos que quedaron de la revuelta se refugiaron en Masada.

En el año 72 D.C. el general romano Flavio Silva junto con la Décima Legión sitió Masada; último reducto de la revolución judía y defendida entonces por el líder zelote Eleazar Ben Yair.

Defendieron la fortaleza por muchos meses, pero supieron que no podrían por mucho más tiempo tras la construcción de una enorme rampa hasta la cumbre por lo romanos. Tras culminar la rampa, la invasión era solo cuestión de tiempo.

Eleazar informó a los suyos de todo los horrores que les vendría a todos ellos y les suplicó que se suicidaran antes de ser apresados por los romanos. Sabiendo del terrible fin que tendrían, accedieron y lo hicieron una vez quemaron todo cuanto tuvieran de valor. Todo se hizo en silencio para que el enemigo no sospechara. Pudo ser una de las tragedias más conmovedoras de la historia de la humanidad.

El 15 de abril del año 75 D.C. los romanos entraron por fin a la fortaleza pero no encontraron nada. Tan solo a casi 1.000 cadáveres y dos mujeres escondidas con algunos niños más. Fue una amarga victoria para Roma ante un pueblo que no quiso humillarse una vez más.

Masada no tuvo uso durante los siguientes diecinueve siglos y se fue desmoronando y olvidando progresivamente así como su sangrienta historia.

Hasta 1838 no fue identificada de nuevo. En sucesivas expediciones fueron encontrando restos de la fortaleza que fue. Se descubrió la senda sinuosa de subida, el sistema de aguas y canalizaciones, también se descubrieron los contornos de los que fueron los principales edificios y palacios. Por otro lado también se encontraron abajo restos de lo que fue la guarnición romana que la sitió.

En las siguientes décadas pero sobre todo durante el siglo XX se ha trabajado a fondo en todos los restos encontrados (el acueducto, el muro, el palacio colgante de tres niveles de Herodes, el palacio occidental, la casa de baños, las bodegas, los restos de las construcciones de los zelotes, gran edificio de apartamentos, Sinagoga, multitud de monedas judías y romanas de la época, etc.).

A lo largo de los 110 cuartos situados en el muro y en las viviendas de los zelotes encontraron montones de cenizas que contenían restos de ropa, lámparas, peines y utensilios personales que contaron quizás los últimos minutos de vida de aquellos que defendieron Masada. Tuvo que ser muy conmovedor encontrar todo eso.

Seguramente lo más conmovedor fue encontrar los rollos de pergaminos de los libros de Génesis, Levítico, Deuteronomio, Salmos y Ezequiel. Copias idénticas a la Biblia Tradicional Hebrea. También se encontraron fragmentos del libro de Jubileos, de Eclesiásticos y una porción de una copia de un libro encontrado en Qumran. Por ello se cree que algunos esenios pudieron también llegar a Masada.

En la actualidad la mayor parte de Masada se ha convertido en un centro turístico donde se muestra y enseña esta triste secuencia de la historia judía. Se llega a través de un impresionante teleférico que va desde la orilla del Mar Muerto hasta la cumbre de Masada. Se pueden contemplar impresionantes vistas del desierto de Judea y todo el Mar Muerto y los amaneceres deben ser espectaculares. 

Hoy Masada se erige como testimonio al mundo para mostrar el pasado judío de Israel. Una muestra más de su identidad y resistencia a lo largo de los siglos.

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05/05/2019