La Torre Azrieli homenajea a la herencia de los antiguos judíos con un edificio que recuerda a un pergamino enrollado.
El elegante diseño de la Torre Azrieli recuerda a un pergamino. Foto: Kohn Pedersen Fox
Tel Aviv es famoso por tener el mayor patrimonio de edificios de la escuela Bauhaus del mundo, pero también quiere revalidad sus títulos de modernidad en el siglo XXI con un rascacielos que recuerda a un pergamino enrollado.
La Torre Azrieli, que tendrá 340 metros, será el edificio más alto de todo Israel, y habrá que llegar hasta el Golfo Pérsico para encontrar rascacielos más gigantescos en la región.
Los rascacielos de Israel
Actualmente el cetro es de la Torre Azrieli Sarona, con 238 metros, que serán eclipsados por el rascacielos ToHa, diseñado por el estudio de Ron Arad, que llegará a los 285 metros.
Se suponía que este último iba a ser inaugurado en 2020, pero los trabajos siguen adelante y con retraso.
La parte inferior de la Torre Azrieli abrazará a otros rascacielos. Foto Kohn Pedersen Fox.
Como un pergamino que se desenrolla
Diseñado por el estudio Kohn Pedersen Fox (KPF), toda la fachada de la Torre Azrieli será de vidrio y acero, y su singular forma se extenderá al nivel del suelo como una cinta que envolverá a un futuro centro comercial.
Con 340 metros de alto la Torre Azrieli será el rascacielos más alto de Israel
La cima de este edificio estará abierta al público con un mirador, que permitirá tener espectaculares vistas panorámicas del Mediterráneo y, si hay suerte, de la ciudad de Jerusalén.
Oficinas, viviendas, comercios y un hotel de lujo
El complejo dispondrá de 65.000 metros cuadrados para oficinas, 17.000 para apartamentos, y 30.000 para un hotel de lujo y tiendas comerciales.
A un lado del futuro complejo se levantarán otros tres rascacielos de la mitad de altura, uno de forma cilíndrica, otro piramidal y el tercero cuadriculado; que estarán abrazados por la estructura que se despliega desde el edificio principal.
En la base habrá una estación de metro, un estacionamiento para bicicletas y una parada de la futura línea de alta velocidad entre Tel Aviv e Israel.
Desde la cima se podrá ver el Mediterráneo y hasta la ciudad de Jerusalén. Foto: Kohn Pedersen Fox
Coleccionista de récords
Además de resolver con elegancia la inclusión de esas otras torres, el proyecto de KPF recuerda a la Torá, el libro sagrado de la religión judía impreso en un gigantesco pergamino que se enrolla desde sus extremos.
La firma de arquitectura KPF es reconocida por sus edificios que compiten por romper récords. Entre ellos se encuentran la torre de Shenzhen, el cuarto rascacielos más alto del mundo; y la piscina infinita más cerca de las nubes, la de la torre Brooklyn Point, a 207 metros de altura.
09/12/2019 en CERODOSBE
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