Hace justo 30 años, un total de 29 personas murieron y centenares quedaron heridas en el atentado contra la Embajada de Israel en Buenos Aires.
El primero de los dos ataques terroristas cometidos en Argentina contra blancos judíos y que, al igual que el perpetrado ante la mutua AMIA en 1994, es atribuido a Irán y a la organización extremista chií libanesa Hezbollah, y sigue impune.
Alrededor de las 14.50 hora local del 17 de marzo de 1992, la explosión de una bomba destrozó por completo la sede diplomática, ubicada en el elegante barrio de Retiro. Este jueves, a esa misma hora y como cada año, sobrevivientes, familiares de los fallecidos, representantes de la comunidad judía y autoridades del Estado participaron de un acto en el que, además de homenajear a las víctimas, se advirtió que, tres décadas después, sigue sin haber justicia.
«Irán cometió este terrible atentado terrorista a través de su representantes Hezbollah. Tenemos la obligación moral de ir tras quienes cometieron este delito despreciable. Estas personas tienen nombre y rostro. Exigimos que sean llevados a juicio por sus crímenes contra la humanidad», dijo en el acto el viceprimer ministro de Israel y ministro de Justicia, Gideon Saar.
EMOTIVA CEREMONIA
El lugar donde se ubicaba la embajada, que cada aniversario acoge la emotiva ceremonia, es desde hace años una plaza destinada a honrar la memoria de los muertos: argentinos, israelíes, bolivianos, paraguayos, uruguayos e italianos, ya fueran empleados de la embajada, vecinos o transeúntes.
Junto a diversos discursos, en el homenaje de este jueves se cantaron los himnos de Argentina e Israel, hubo una sentida actuación musical y se colocaron ofrendas florales.
También dos rezos, uno judío y el otro católico, encabezado este último por un sacerdote de la parroquia Madre Admirable, que, emplazada junto a la vieja embajada, sufrió en el atentado la pérdida del padre Juan Carlos Brumana y graves daños en sus instalaciones: la iglesia, un hogar de ancianas y un colegio.
En representación de los familiares de víctimas y sobrevivientes, Miri Ben Zeev Koren, viuda del exjefe de seguridad de la embajada, fallecido en el ataque, recordó cómo al volver a Buenos Aires, ciudad que dejó tras el atentado, siente a su esposo más cerca por ser donde «vivió los últimos meses, semanas y horas de su vida».
«Nosotros estamos aquí. Eli no. Pero nosotros continuamos. Eli tiene continuidad. No lograron destruirnos, lograron sacudirnos, lastimarnos, herir nuestros corazones, la vida que recién estaba comenzando, una pareja joven con un niño de seis años y una bebé que nació en Buenos Aires, nuestra querida París de Sudamérica», expresó.
SIN CONDENAS
La comunidad judía y la Justicia de Argentina -país que acoge la colectividad hebrea más numerosa de América Latina- apuntan a altos cargos del entonces Gobierno iraní y a Hezbollah como los responsables del atentado. Pero hasta ahora ninguna orden de detención internacional llegó a buen puerto.
Lo mismo ocurre con el atentado que el 18 de julio de 1994 destrozó la vieja sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) y dejó 85 muertos, cuya investigación estuvo desde el origen plagada de irregularidades y con acusaciones de encubrimiento contra altas autoridades, como los expresidentes Carlos Menem (1989-1999) – que fue absuelto dos años antes de fallecer, en 2019- y Cristina Fernández (2007-2015), actual vicepresidenta, sobreseída de esa imputación en 2021.
El país persa nunca ha colaborado para extraditar a los sospechosos, entre ellos el actual vicepresidente de Asuntos Económicos, Mohsen Rezai, y el ministerio del Interior, Ahmad Vahidi.
En la ceremonia, el ministro israelí alertó que Irán «atacará siempre que pueda» y se preguntó: «¿Cuánto tiempo más tendremos que esperar para que se haga justicia?» por los hechos cometidos en Argentina.
«Al vislumbrar el futuro puedo afirmar con certeza que este atentado no debilitó nuestra determinación como nación. Hoy Israel es una nación más fuerte que antes, y puedo darles mi palabra que como único Estado del pueblo judío no nos apartaremos de nuestro derecho y deber de defendernos», subrayó.
En su discurso, el ministro de Justicia y Derechos Humanos de Argentina, Martín Soria, lamentó que «la falta de respuestas rápidas y efectivas» y de «justicia y castigo» a los culpables del primer ataque «seguramente» influyó también en que solo dos años después hubiera que lamentar «otro cruel y salvaje» atentado.
«El Estado está comprometido con el deber de trabajar para lograr una justicia, que aunque sea lenta debe llegar necesariamente a la verdad. Que se haga Justicia, se encuentre y condene a los culpables es la única manera de remediar todos estos años de dolor y llevar paz al pueblo argentino y al pueblo de Israel», aseveró. EFE
18/03/2022 en AURORA
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