El bello pueblo salmantino de Béjar “esconde” entre sus joyas este encantador Museo Judío David Melul, en honor a su fundador.
Un lugar que es un paseo muy recomendable para todos los públicos por la historia judía de Sefarad, tal como todavía llaman los sefarditas a España.
Béjar, una coqueta ciudad al sur de la ciudad de Salamanca, es muy conocida en el mundo hebreo, sobre todo porque muchos judíos tienen a esta ciudad como apellido. Al parecer, según me contó el presidente de la comunidad judía búlgara, Samuel Francés, era muy corriente en el mundo de los judíos durante la Edad Media, más concretamente de los sefardíes desperdigados por el planeta tras el decreto de expulsión de los Reyes, en 1492, colocar el apellido de la ciudad donde eran originarios los padres y abuelos de los desdichados descendientes. La mayor parte de los sefardíes expulsados, primero de España, después de Portugal, se radicaron en los Balcanes, el Norte de Africa, el Imperio Otomano, los Países Bajos, el Reino Unido y algunos también llegaron hasta las islas del Caribe.
Según podemos leer en las páginas web del Museo Judío David Melul, “Decenas de miles de personas en el mundo se apellidan Béjar, Behar, Bejarano, Becerano o cualquiera de las distintas derivaciones del nombre, modificado con el paso del tiempo y su uso en lugares con distintos alfabetos y sistemas fonéticos. Muchos de ellos son judíos o descendientes de judíos sefarditas que abandonaron España, pero que conservaron no solo el nombre de su patria chica, sino también la lengua, las costumbres y el cariño por una vida añorada que les hizo preservar y transmitir ese legado inmaterial durante los siguientes cinco siglos”.
Pero antes de continuar con este relato, conviene que repasemos la historia de esta peculiar institución y el origen del nombre de la misma. El Museo Judío de Béjar fue una iniciativa de un hombre muy peculiar, curioso, trabajador y gran filántropo, David Melul quien con la ayuda de su actual director, Antonio Avilés, dio vida a este sueño de crear este centro de la cultura judía en el corazón de la sierra salmantina.
En las páginas del Museo, hemos encontrado esta corta biografía de Melul que reproducimos literalmente: “David Melul, creador y mecenas del museo que lleva su nombre, nació en Melilla el 20 de abril de 1928. En 1946 llegó a Béjar para estudiar en la entonces denominada Escuela de Peritos Industriales (hoy Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial de la Universidad de Salamanca). Pasó en la ciudad varios años, y completó sus estudios de Ingeniería textil en Tarrasa. Se instaló en Barcelona, concretamente en el edificio donde estaba la sede de la comunidad judía, en la Avenida de Roma. Allí conoció a su mujer, Adelina Nacmías, con la que tuvo cinco hijos: Daniel, Rafael, Raquel, Mario y Víctor. Fue también en esta ciudad donde puso en marcha sus primeros proyectos industriales a partir de una pionera e innovadora empresa textil orientada a productos del hogar: Hispano Tex”.
Luego Melul, a lo largo de su longeva existencia, seguiría vinculado a Béjar durante toda su vida y visitaría la ciudad en numerosas ocasiones, y, al parecer, “en uno de esos viajes, a finales de los años 90 del pasado siglo, impulsó la puesta en marcha de este museo a partir de su conocimiento del pasado hebreo de la ciudad, y de su interés por contribuir con su ayuda a la difusión de la cultura y la historia de los judíos”, nos sigue informando la página web del Museo.
EL SEGUNDO MUSEO JUDIO DE ESPAÑA DESPUES DEL DE TOLEDO
Así, con la ayuda económica de Melul que compró la casa donde se ubica el proyecto y también con la inestimable ayuda del Ayuntamiento de Béjar, abrió sus puertas el segundo museo judío España, siendo el primero y más conocido el de Toledo. El Museo se reparte por tres plantas en donde se reparten varias secciones: en el primer nivel el visitante encontrará información sobre la historia de los judíos en España; luego, en la primera planta nos encontramos con una sección dedicada a los conversos en la España posterior a la expulsión; y, por último, en la segunda planta, completando el ciclo de quienes decidieron mantenerse en su fe y abandonaron España, está la parte dedicada a los sefarditas. El museo también dispone de una sala de conferencias, una pequeña biblioteca (cerrada) y sala de investigadores, así como aseos en la planta baja y una pequeña tienda con algunos artículos y libros referentes a la cultura judía. El lugar abrió sus puertas por primera vez en el año 2006 y por este apacible recinto dedicado a nuestras raíces hebreas ya han pasado miles de visitantes.
Sobre la bella casa donde se ubica esta importante institución en la ciudad que un día tuvo una importante y representativa judería, la página web nos cuenta que el lugar se encuentra en “una casa solariega de mediados o finales del siglo XV, situada dentro de un conjunto monumental integrado por la Iglesia de Santa María la Mayor, con ábside mudéjar del siglo XIII, algunas interesantes viviendas burguesas, una antigua fábrica textil del siglo XVIII con escudo de Carlos III en su fachada, así como el edificio de la fábrica de guantes, que data de mediados del XIX”.
Béjar, según cuentan las crónicas y lo que hemos podido ver en el Museo, fue una ciudad que tuvo una importante judería durante la Edad Media hasta que, en 1492, abruptamente, el famoso edicto de los Reyes Católicos truncó para siempre esa plácida convivencia entre judíos, cristianos y musulmanes en lo que los sefarditas, aún hoy, siguen llamando Sefarad. La presencia hebrea en esta urbe, conocida por su pasado ligado a una importante industria textil que agonizó en los años ochenta, data del siglo XIII y le da una importancia capital en una zona donde predominó una importante vida judía en varias poblaciones de sus alrededores, tales como Hervás, que goza de una las más importantes y conservadas juderías de España, y Plasencia, también señalada como un importante centro judío en la época.
Este Museo Judío de Béjar, ubicado muy cerca del Palacio Ducal que albergara a los Duques de Béjar, nos invita a conocer un pasado tan ligado a nuestra herencia y a nuestra identidad que merece la pena recorrerlo, conocerlo y aprender algo más sobre nuestros lejanos y también cercanos orígenes, pues sin entender nuestra fecunda historia no podremos entender el presente. Por todo ello, desde estas líneas, te invitamos a que te acerques a Béjar y conozcas algo más de nuestra historia en este pequeño, pero grande en conocimiento, Museo Judío David Melul.
Nota final: Mi especial agradecimiento a su director, Antonio Avilés, y a Carmen, su colaboradora en esta institución, por su ayuda e informaciones.
Por Ricardo Angoso
Fotos: Del autor
06/06/2022 en AURORA
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