El informe del Instituto de Investigación de Políticas de Jerusalén revela tendencias demográficas sorprendentes
Cada año, antes del Día de Jerusalén, el veterano y respetado Instituto de Investigación de Políticas de Jerusalén publica una colección de estadísticas y actualizaciones que representan el rostro de la Ciudad Santa. La figura que suele suscitar más interés – y que también es un punto frustrante entre los políticos y activistas sociales no haredíes (ortodoxos) – es la migración negativa desde la ciudad. Pero este año, el instituto ha proporcionado un titular sorprendente.
Los últimos hallazgos de Yair Assaf-Shapira y su equipo desafían una de las percepciones más convincentes del equilibrio demográfico entre judíos y árabes: una disminución dramática en la tasa de natalidad entre las mujeres árabes en el este de Jerusalén.
Disminución de las tasas de natalidad árabe
A lo largo de los 55 años transcurridos desde la Guerra de los Seis Días, la principal preocupación, quizás incluso la ansiedad, de los líderes de la ciudad y del gobierno ha sido el temor de perder la superioridad demográfica de sus residentes judíos. Mientras que en 1967 el saldo era de 70% judíos y 30% árabes, esta cifra se ha erosionado con los años, y ahora se ubica en 66% judíos y 34% árabes. Sin embargo, la cifra dramática para 2020, y más aún según los datos iniciales disponibles para 2021, es la disminución significativa en la tasa de natalidad entre los árabes del lado este. Esta es la tendencia en todo el mundo árabe, explica Assaf-Shapira, “pero en el contexto de Jerusalén, sin duda es una figura significativa con implicaciones”.
La disminución de nacimientos se ha convertido en una tendencia mundial, con Occidente liderando el movimiento, y en muchos aspectos no hay vuelta atrás. Pero entre la población judía del Estado de Israel, la tendencia sigue yendo en la dirección opuesta. “No hay ningún ejemplo de esta figura en el mundo occidental, a excepción de Israel. Y realmente no es solo con los ultraortodoxos”, agrega Assaf-Shapira. “Pensamos que había diferentes tendencias entre Israel y Jerusalén, pero entre los árabes de Jerusalén, nuevamente como los árabes de Israel, la fertilidad está disminuyendo”.
En parte debido a las comunidades religiosas y ultra ortodoxas (haredi) de Jerusalén, ha pasado más de una década en la que la tasa de fertilidad de las mujeres judías es más alta que la de las mujeres árabes de Jerusalén.
La disminución de la fecundidad entre los árabes de Jerusalén ha sido dramática y es probable que continúe cayendo en los próximos años. Sin embargo, a diferencia del resto del mundo, la caída no se debe a que más mujeres vayan a trabajar, ya que el porcentaje de mujeres árabes en el mercado laboral se ha mantenido excepcionalmente bajo. Pero todo el mundo árabe que nos rodea se encuentra exactamente en el mismo proceso de disminución de las tasas de natalidad, incluida la Autoridad Palestina. La alta tasa de natalidad entre el público judío en Israel es excepcional y ha sido reconocida en todo el mundo.
Educación
En el campo de la educación, si bien todavía hay una escasez de aulas en el lado este, a diferencia de años anteriores, se están construyendo aulas, lo que está cerrando sustancialmente la brecha. En los últimos años, la ciudad nunca pudo alcanzar la cantidad de aulas requeridas debido a la alta tasa de natalidad. Las nuevas escuelas se están llenando de niños, pero esto también se debe a que los estudiantes de instituciones educativas independientes y privadas están siendo transferidos al sistema educativo del gobierno bajo la supervisión de la Administración de Educación de la ciudad.
Migración
Este año, el saldo migratorio total (la cantidad de personas que se mudaron de otras localidades a Jerusalén menos las personas que se mudaron de Jerusalén a otras localidades) que se situó entre 11.000 y 18.800, respectivamente, fue de -7.800. Pero no es que la ciudad se esté vaciando, ya que además de los que nacen aquí, hay nuevos inmigrantes, así como israelíes que regresan del extranjero y reagrupaciones familiares.
Por lo tanto, la tasa de migración integral se ubica solo en 4.500, según el informe. En general, el balance migratorio solo resta un porcentaje marginal de la población de la ciudad, pero afecta la imagen de Jerusalén, siendo las personas más educadas las que probablemente se vayan. Sin embargo, la tasa de crecimiento natural lo compensa con creces.
El balance migratorio en 2020 fue así bastante normal, siendo las dos localidades que más jerosolimitanos abandonaron se digirieron a Beit Shemesh y Tel Aviv; y los que vinieron a vivir a la ciudad eran principalmente de Bnei Brak, Beit Shemesh y Tel Aviv.
Traducido por Hatzad Hasheni
Fuente: The Jerusalem Post
Por: Peggy Cidor
03/06/2022 en POR ISRAEL
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