Hoy es la última clase de este curso y lo vamos a dedicar a dar una ojeada de forma resumida todo lo visto a lo largo de estas últimas semanas. Hemos podido estudiar los libros de 1ª Samuel, 2ª Samuel y 1ª Reyes hasta el capítulo 14.
El fin de estas clases ha sido estudiar a los profetas; sus vidas y ministerios.
Lo estamos haciendo de forma cronológica a partir del profeta Samuel. De manera que, no sólo hemos estudiado a los profetas, sino que también hemos podido ver el desarrollo de la historia del pueblo de Israel, desde el final del periodo de los jueces, pasando por la transformación a un reino y finalmente nos hemos quedado con su división en dos reinos independientes.
Durante el día de hoy, podremos conversar entre nosotros sobre como Dios se ha mantenido fiel a sus promesas, a pesar de la infidelidad de su pueblo. Y de cómo usa los medios necesarios para que su pueblo no se pierda, por las influencias paganas de los pueblos circundantes.
Tendremos un tiempo abierto para comentar aquellos de las vidas de los profetas estudiados que tenemos que poner en valor, por su ejemplo y fidelidad a Dios.
¿Pero recuerdas qué es un profeta? (pregunta abierta para debatir en clase)
- Persona que recibe la revelación de Dios y la comunica al pueblo.
- Que tiene una experiencia personal con Dios.
- Que advierte de las consecuencias de apartarse de Dios.
- Y en ocasiones que anuncia eventos futuros.
- …
¿Qué profetas hemos estudiado hasta ahora?
Hemos estudiado el profeta Samuel, Natán, Gad, Semaías y Ahías.
Está claro que tenemos todavía mucho por delante por estudiar, porque nos quedan todavía todos los libros de los profetas mayores y menores.
¿Quienes fueron los profetas mayores? Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel.
¿Y quienes fueron los profetas menores? Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías, Malaquías.
También veremos algunos más que encontraremos en los siguientes capítulos de Reyes, como Elías y Eliseo.
Prólogo. El final del periodo de los Jueces.
Una vez que Moisés consiguió llevar al pueblo de Israel desde Egipto hasta la Tierra Prometida, Dios le mandó que se retirara al Monte Nebo, para morir allí.
Josué le sucedió y fue el quién lideró la conquista la tierra.
A su muerte, ya con el pueblo distribuido por tribus a lo largo de toda la tierra, se pasó a un sistema de gobierno a través de Jueces. Está descrito en la Biblia que el Juez no era una persona “con toga”, sino que solían sea líderes militares, espirituales, gobernadores y además administradores de justicia.
Sin embargo, los Jueces no siempre fueron lo que se esperaba de ellos y no pudieron lograr nunca una unidad nacional definitiva. Los Jueces gobernaron hasta que Saúl fue elegido rey de Israel.
Cronología de los Profetas.
En la primera lección pudimos ver un cuadro donde pudimos ver todos los reyes del Reino de Juda y del Reino de Israel de forma cronológica y los profetas que hubieron en todo ese tiempo en cada uno de los reinos.
Para entender su mensaje es primordial conocer el contexto histórico de cada uno de ellos, porque permitirá enriquecer el estudio.
Los principales personajes y acontecimientos estudiados hasta ahora los hemos agrupados de la forma siguiente:
- 1ª Samuel 1 - 8.
- Elcana, Ana, Elí, Samuel, los filisteos.
- 1ª Samuel 9 - 31.
- Saúl, Samuel, la ciudad de Jabés, los amonitas, la adivina de Endor.
- 1ª Samuel 16 – 1ª Reyes 1.
- David, Samuel, Jonatán, Saúl, Nabal y Abigail, Betsabé, Goliat, Jerusalén, Amnón y Tamar, Adonías, Absalón, Natán, Gad, Joab, los filisteos, los amalecitas, el arca de la alianza.
- 1ª Reyes 1 – 14.
- Salomón, Semaías, Ahías, el Templo de Jerusalén, el arca de la alianza, la reina de Sabá, Jeroboán se rebela, el reino se divide, el hombre de Dios y el profeta anciano.
Para terminar, veamos de nuevo algunos textos de los profetas estudiados.
1ª Samuel 12. Discurso de despedida de Samuel.
Samuel aprovecha el momento para anunciar su final y da cuenta de su Ministerio.
1 Samuel le habló a todo Israel: ¡Préstenme atención! Yo les he hecho caso en todo lo que me han pedido, y les he dado un rey que los gobierne. 2 Ya tienen al rey que va a dirigirlos. En cuanto a mí, ya estoy viejo y lleno de canas, y mis hijos son parte del pueblo. Yo los he guiado a ustedes desde mi juventud hasta la fecha. 3 Aquí me tienen. Pueden acusarme en la presencia del SEÑOR y de su ungido. ¿A quién le he robado un buey o un asno? ¿A quién he defraudado? ¿A quién he oprimido? ¿Por quién me he dejado sobornar? Acúsenme, y pagaré lo que corresponda. 4 No nos has defraudado, respondieron; tampoco nos has oprimido ni le has robado nada a nadie. 5 Samuel insistió: ¡Que el SEÑOR y su ungido sean hoy testigos de que ustedes no me han hallado culpable de nada! ¡Que lo sean! fue la respuesta del pueblo.
Una vez que el pueblo le confirma que ha sido un líder fiel, que no ha robado, defraudado, oprimido ni sobornado, lo que Dios quería decirles y que no olvidaran.
Empieza por recordar de donde vinieron y su historia reciente hasta ese día.
6 Además Samuel les dijo: Testigo es el SEÑOR, que escogió a Moisés y a Aarón para sacar de Egipto a los antepasados de ustedes. 7 Y ahora, préstenme atención. El SEÑOR los ha colmado de beneficios a ustedes y a sus antepasados, pero yo tengo una querella contra ustedes ante el SEÑOR.8 »Después de que Jacob entró en Egipto, sus descendientes clamaron al SEÑOR. Entonces el SEÑOR envió a Moisés y a Aarón para sacarlos de Egipto y establecerlos en este lugar. 9 Pero, como se olvidaron de su SEÑOR y Dios, él los entregó al poder de Sísara, comandante del ejército de Jazor, y al poder de los filisteos y del rey de Moab, y ellos les hicieron la guerra. 10 Por eso ustedes clamaron al SEÑOR: “Hemos pecado al abandonar al SEÑOR y adorar a los ídolos de Baal y a las imágenes de Astarté. Pero ahora, si nos libras del poder de nuestros enemigos, solo a ti te serviremos”.
11 Entonces el SEÑOR envió a Yerubaal, Barac, Jefté y Samuel, y los libró a ustedes del poder de los enemigos que los rodeaban, para que vivieran seguros. 12 »No obstante, cuando ustedes vieron que Najás, rey de los amonitas, los amenazaba, me dijeron: “¡No! ¡Queremos que nos gobierne un rey!” Y esto, a pesar de que el SEÑOR su Dios es el rey de ustedes.
Salieron de Egipto, se olvidaron de Dios sirviendo a los dioses locales y como consecuencia fueron atacados por los pueblos de alrededor: Jazor (por el norte), filisteos (por el sur-oeste) y Moab (por el este).
Y pidieron un rey a pesar de que Dios era su Rey.
13 Pues bien, aquí tienen al rey que pidieron y que han escogido. Pero tengan en cuenta que es el SEÑOR quien les ha dado ese rey. 14 Si ustedes y el rey que los gobierne temen al SEÑOR su Dios, y le sirven y le obedecen, acatando sus mandatos y manteniéndose fieles a él, ¡magnífico! 15 En cambio, si lo desobedecen y no acatan sus mandatos, él descargará su mano sobre ustedes como la descargó contra sus antepasados.
Pues aquí tienen al rey que pidieron. Pero les deja en claro que el Señor es quien sigue al frente de todo, a pesar de la figura del rey.
Y les recuerda que ellos y el rey, que si obedecen a Dios serán bendecidos como el pasado, pero si no lo hacen, serán abandonados a su suerte.
16 »Y ahora, préstenme atención y observen con sus propios ojos algo grandioso que el SEÑOR va a hacer. 17 Ahora no es tiempo de lluvias, sino de cosecha. Sin embargo, voy a invocar al SEÑOR, y él enviará truenos y lluvia; así se darán cuenta de la gran maldad que han cometido ante el SEÑOR al pedir un rey».18 Samuel invocó al SEÑOR, y ese mismo día el SEÑOR mandó truenos y lluvia. Todo el pueblo sintió un gran temor ante el SEÑOR y ante Samuel, 19 y le dijeron a Samuel: Ora al SEÑOR tu Dios por nosotros, tus siervos, para que no nos quite la vida. A todos nuestros pecados hemos añadido la maldad de pedirle un rey.20 No teman, replicó Samuel. Aunque ustedes han cometido una gran maldad, no se aparten del SEÑOR; más bien, sírvanle de todo corazón. 21 No se alejen de él por seguir a ídolos inútiles, que no los pueden ayudar ni rescatar, pues no sirven para nada.
22 Por amor a su gran nombre, el SEÑOR no rechazará a su pueblo; de hecho él se ha dignado hacerlos a ustedes su propio pueblo.23 En cuanto a mí, que el SEÑOR me libre de pecar contra él dejando de orar por ustedes. Yo seguiré enseñándoles el camino bueno y recto. 24 Pero los exhorto a temer al SEÑOR y a servirle fielmente y de todo corazón, recordando los grandes beneficios que él ha hecho en favor de ustedes.25 Si persisten en la maldad, tanto ustedes como su rey serán destruidos.
Samuel les confrontan con su realidad: era Dios mismo el protagonista de todo. Son su pueblo por su elección, tienen rey porque así fue elegido por él y serían destruidos si no le sirven de todo corazón.
2ª Samuel 12. Natán reprende a David.
Desde la antigüedad la literatura sapiencial tomaba forma de parábolas para mostrar alguna enseñanza. Ya sabemos que Jesús usaba mucho este recurso y es una excelente herramienta para visualizar una enseñanza.
También fue el caso del profeta Natán y la empleó con mucha sabiduría.
1 El SEÑOR envió a Natán para que hablara con David. Cuando se presentó ante David, le dijo: Dos hombres vivían en un pueblo. El uno era rico, y el otro pobre.2 El rico tenía muchísimas ovejas y vacas; 3 en cambio, el pobre no tenía más que una sola ovejita que él mismo había comprado y criado. La ovejita creció con él y con sus hijos: comía de su plato, bebía de su vaso y dormía en su regazo. Era para ese hombre como su propia hija.4 Pero sucedió que un viajero llegó de visita a casa del hombre rico y, como este no quería matar ninguna de sus propias ovejas o vacas para darle de comer al huésped, le quitó al hombre pobre su única ovejita.
Tal y como escuchó David la historia se enfadó, respondiendo a Natán que esa persona merecía morir. “¡Que pague 4 veces el valor de la oveja!”.
7 Entonces Natán le dijo a David: ¡Tú eres ese hombre! Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: “Yo te ungí como rey sobre Israel, y te libré del poder de Saúl. 8 Te di el palacio de tu amo, y puse sus mujeres en tus brazos. También te permití gobernar a Israel y a Judá. Y por si esto hubiera sido poco, te habría dado mucho más.9 ¿Por qué, entonces, despreciaste la palabra del SEÑOR haciendo lo que le desagrada? ¡Asesinaste a Urías el hitita para apoderarte de su esposa! ¡Lo mataste con la espada de los amonitas!10 Por eso la espada jamás se apartará de tu familia, pues me despreciaste al tomar la esposa de Urías el hitita para hacerla tu mujer”.
11 »Pues bien, así dice el SEÑOR: “Yo haré que el desastre que mereces surja de tu propia familia, y ante tus propios ojos tomaré a tus mujeres y se las daré a otro, el cual se acostará con ellas en pleno día. 12 Lo que tú hiciste a escondidas, yo lo haré a plena luz, a la vista de todo Israel”».
Tremendo castigo de parte de Dios para David.
13 ¡He pecado contra el SEÑOR! reconoció David ante Natán. El SEÑOR ha perdonado ya tu pecado, y no morirás, contestó Natán. 14 Sin embargo, tu hijo sí morirá, pues con tus acciones has ofendido al SEÑOR.
1ª Reyes 14:1-20. Profecía de Ahías contra Jeroboán.
¿Recordáis quién era el profeta Ahías? El fue el que le reveló a Jeroboán que sería rey de las 10 tribus de Israel, tras la muerte de Salomón. Pues el mismo profeta Ahías tendrá un nuevo encuentro con su familia y no será nada agradable esta vez.
1 En aquel tiempo se enfermó Abías hijo de Jeroboán, 2 y este le dijo a su esposa: «Disfrázate para que nadie se dé cuenta de que eres mi esposa. Luego vete a Siló, donde está Ahías, el profeta que me anunció que yo sería rey de este pueblo. 3 Llévate diez panes, algunas tortas y un jarro de miel. Cuando llegues, él te dirá lo que va a pasar con nuestro hijo». 4 Así que la esposa de Jeroboán emprendió el viaje a Siló y fue a casa de Ahías.
Jeroboán sabía que estaba viviendo de espaldas a Dios y cuando ya no sabía a quién recurrir, tuvo que ir sin más remedio al profeta Ahías. Pero fue a través de su esposa y con algunos regalos de poca importancia. Se estiró poco para poder engañarlo mejor. Estaba claro que Jeroboán no conocía a Dios, por muy rey que fuera.
Dios le habló a Ahías antes de que llegara ella. No se identificó como la esposa de Jeroboán, pero aún estando ciego por su edad le reconoció y dijo todo cuanto Dios tenía para ella y su familia.
6 Así que cuando Ahías oyó el sonido de sus pasos, se dirigió a la puerta y dijo: «Esposa de Jeroboán, ¿por qué te haces pasar por otra? Entra, que tengo malas noticias para ti. 7 Regresa a donde está Jeroboán y adviértele que así dice el SEÑOR, Dios de Israel: “Yo te levanté de entre mi pueblo Israel y te hice su gobernante.8 Le quité el reino a la familia de David para dártelo a ti. Tú, sin embargo, no has sido como mi siervo David, que cumplió mis mandamientos y me siguió con todo el corazón, haciendo solamente lo que me agrada. 9 Por el contrario, te has portado peor que todos los que vivieron antes de ti, al extremo de hacerte otros dioses, ídolos de metal; esto me enfurece, pues me has dado la espalda.
Como consecuencia de todo esto, Dios le castiga.
10 »”Por eso voy a enviarle una desgracia a la familia de Jeroboán. De sus descendientes en Israel exterminaré hasta el último varón, esclavo o libre. Barreré la descendencia de Jeroboán como se barre el estiércol, hasta no dejar rastro.
Y también ella se llevó su premio.
12 »En cuanto a ti, vuelve a tu casa; el muchacho va a morir en cuanto llegues a la ciudad. 13 Entonces todos los israelitas harán duelo por él y lo sepultarán. De la familia de Jeroboán solo él será sepultado, porque en esa familia solo él ha complacido al SEÑOR, Dios de Israel.
El profeta Ahías termina con 2 profecías: exterminaría la familia de Jeroboán (borraría su legado) y el pueblo de Israel (ese reino formado por las 10 tribus del norte) sería dispersado y deportado más allá del río Éufrates, como así ocurrió más adelante en manos de los Asirios.
14 »El SEÑOR levantará para sí un rey en Israel que exterminará a la familia de Jeroboán. De ahora en adelante15 el SEÑOR sacudirá a los israelitas como el agua sacude las cañas. Los desarraigará de esta buena tierra que les dio a sus antepasados y los dispersará más allá del río Éufrates, porque se hicieron imágenes de la diosa Aserá y provocaron así la ira del SEÑOR.16 Y el SEÑOR abandonará a Israel por los pecados que Jeroboán cometió e hizo cometer a los israelitas».
Así que la pobre mujer se volvió, con miedo de llegar a su casa, porque justo al pasar el umbral de la puerta su hijo murió tal y como predijo el profeta. Dios no perdona la idolatría de ninguna forma.
El resto de los acontecimientos del rey Jeroboán los podemos leer en el libro de Crónicas. Reinó 22 años y tras su muerte reinó su hijo Nadab.
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Damos las gracias a cada uno de los profesores que han ayudado y aportado en cada una de las clases, también a los alumnos por haber sido fieles y por supuesto a nuestra Pastora por cada una de sus intervenciones, que han permitido profundizar aun más en los textos estudiados.
Espero que los meses de verano nos permita a todos a seguir estudiando la Biblia y aprovechemos para leer uno de los libros proféticos. Seguro que nos ayudará para la próxima temporada, donde ya entraremos de lleno en los PROFETAS MAYORES y MENORES.
¡¡¡Bendiciones!!!
25/06/2023
Escuela BIBLICA DOMINICAL
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