El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, visitó hoy el Monte del Templo de Jerusalén con ocasión del día de ayuno judío de Tishá B'Av, lo que marca la tercera visita al lugar desde su llegada al Gobierno y desatando la furia entre los palestinos.
El ministro Itamar Ben Gvir visita el Monte del Templo de Jerusalén en Tishá B’Av el 27 de julio de 2013 Foto: Administración del Monte del Templo
«Esta mañana subí al Monte del Templo, nuestro templo que fue destruido por el odio gratuito», dijo Ben Gvir a través de su cuenta de Twitter.
La referencia a la destrucción del templo responde a la conmemoración hoy de la destrucción de los templos del rey Salomón y su sucesor Herodes.
La jornada de Tishá B’Av (día 9 del mes de Av según el calendario judío) es recordada por centenares de miles de observantes judíos en las sinagogas de todo el país y, en Jerusalén, el epicentro del duelo es el Muro de los Lamentos (Muro Occidental) vestigio de la pared que circundaba el recinto donde se alzaron los dos santuarios bíblicos y que hoy acoge al Domo de la Roca y la Mezquita de Al Aqsa, tercer lugar más importante para el Islam.
«Precisamente en este lugar santo es importante que recordemos que cuando un terrorista mira por la ventana, no diferencia entre nosotros, no diferencia entre derecha e izquierda. Para él todos somos un solo pueblo», señaló Ben Gvir tras su visita al sitio esta mañana.
Las declaraciones del ministro llegan en un contexto de elevada tensión interna en Israel, donde la reforma judicial impulsada por el Gobierno de Benjamín Netanyahu ha generado una ola de multitudinarias protestas y una fuerte polarización social.
Por otra parte, la visita de Ben Gvir al Monte del Templo, donde se ubica mezquita de Al Aqsa, generó una fuerte respuesta por parte de autoridades palestinas.
El grupo terrorista islámico Hamás, que controla con puño de hierro la Franja de Gaza, manifestó a través de un comunicado que «las masivas y continuas incursiones de esta mañana de colonos y ministros del Gobierno del enemigo sionista son una peligrosa escalada de la guerra religiosa que libra la ocupación (israelí) contra Jerusalén y la bendita mezquita de Al Aqsa».
El Ministerio de Exteriores de la Autoridad Palestina (AP), que gobierna en parte de Cisjordania, condenó un inexistente «asalto» al Monte del Templo por parte de Ben Gvir y lo consideró «una tapadera oficial israelí para las continuas incursiones y los planes para judaizar la mezquita de Al Aqsa» en el marco de «los procesos de judaización de Jerusalén».
De acuerdo con el «statu quo» vigente desde 1967 -cuando Israel liberó de la ocupación jordana la parte este de Jerusalén donde se ubica el Monte del Templo- el recinto está reservado exclusivamente al culto de los musulmanes, mientras que los judíos solo pueden entrar para visitar, ya que la tradición judía prohíbe a sus fieles orar en el lugar más sagrado para ellos, algo solo permitido a algunos rabinos.
Por eso, el rezo judío se practica en el Muro de los Lamentos -ubicado en uno de los laterales del Monte del Templo-, y así lo aconseja el Gran Rabinato de Israel, aunque en los últimos años, algunos rabinos alineados con el movimiento del sionismo religioso han cambiado esa recomendación y abogan por el rezo donde se levantó el Segundo Templo.
Los palestinos e incluso Jordania -país que custodia el lugar desde la firma del tratado de paz con Israel en 1994-, sostienen que ese cambio es más político que religioso. Aurora y EFE
27/07/2023 en AURORA
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