El Consejo Central de los Judíos de Alemania eligió como nuevo presidente a Josef Schuster, encargado de representar a los más de cien mil miembros de una comunidad inmersa en cambios y cada vez más influida por los inmigrantes del este de Europa.
Schuster garantizó que el Consejo buscara "la unidad en la diversidad" y trabajará para hacer visibles a las comunidades judías en Alemania, reforzadas gracias a la ola migratoria registrada tras la disolución de la antigua Unión Soviética.
En un reciente encuentro con la Asociación de la Prensa Extranjera, el catedrático Julius Schoeps, del Centro de Estudios Judíos de Potsdam, explicó las repercusiones de esos flujos migratorios de los últimos veinte años.
De los dos millones de personas de origen judío, que se estima que dejaron los países de la extinta URSS, cerca de 200 mil emigraron hacia Alemania, donde triplicaron el número de personas pertenecientes a las menguadas comunidades judías locales.
El proceso ha llevado, según Schoeps, a que las comunidades se transformen, puesto que los judíos procedentes de Europa del Este tienen "una cultura del recuerdo distinta a la de los judíos alemanes o polacos".
"Hay muchos que tienen un abuelo que peleó contra los nazis en el Ejército Rojo. El caso normal de los judíos alemanes o polacos es haber tenido un abuelo que murió en (en el campo de exterminio de) Auschwitz", señaló.
"La historia de los judíos alemanes ha llegado a su fin. Estamos ahora ante algo nuevo", sostuvo Schoeps.
El problema, según explicaron tanto Schoeps como su asesor Olaf Glöckner, experto en la inmigración de judíos de la antigua Unión Soviética, es ante todo demográfico.
El promedio de edad actual en las comunidades judías alemanas es de 72 años y muchos de los hijos de inmigrantes viven en matrimonios mixtos y se han apartado de las comunidades.
Según Schoeps y Glöckner, a medio plazo lo que no consiguieron los nazis con las cámaras de gas, la desaparición de la vida judía en Alemania, puede terminar dándose por un proceso demográfico que sólo podría detenerse con una nueva ola migratoria.
Schuster, el nuevo presidente del Consejo de los Judíos en Alemania, pertenece todavía a aquellos que tienen como referencia fundamental la persecución nazi y el holocausto pese a que, por su edad, nació en 1954, representa un relevo generacional.
Los abuelos maternos de Schuster murieron en Auschwitz y los paternos lograron huir al Mandato Británico en Palestina. Él nació en Haifa (Israel), pero posteriormente la familia retornó a Alemania, donde había vivido durante 400 años.
Uno de los retos que tendrá durante su mandato será precisamente buscar un acuerdo para que el gobierno alemán vuelva a abrir las fronteras para judíos de los países de la antigua Unión Soviética.
"Antes bastaba con demostrar la condición de judío para obtener un permiso de residencia en Alemania", explicó Glöckner.
Schuster se comprometió también a hacer frente en sus cuatro años de mandato a los brotes de antisemitismo.
Según Schoeps, estos brotes tienen dos vertientes: el antisemitismo de la ultraderecha y el sentimiento antijudío en parte de la población árabe como consecuencia del conflicto de Oriente Medio.
"Quien ha sufrido una pulmonía, se toma en serio cualquier ataque de tos", dijo en una ocasión el nuevo presidente del Consejo, médico de profesión, para explicar la especial sensibilidad que hay que tener ante cualquier manifestación de antisemitismo. EFE
01/12/2014 en AURORA DIGITAL.
http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Newsletter/61643/?utm_source=Noticias+diarias+Lunes-TEA&utm_medium=01-12-2014%202da%20edic
Schuster garantizó que el Consejo buscara "la unidad en la diversidad" y trabajará para hacer visibles a las comunidades judías en Alemania, reforzadas gracias a la ola migratoria registrada tras la disolución de la antigua Unión Soviética.
En un reciente encuentro con la Asociación de la Prensa Extranjera, el catedrático Julius Schoeps, del Centro de Estudios Judíos de Potsdam, explicó las repercusiones de esos flujos migratorios de los últimos veinte años.
De los dos millones de personas de origen judío, que se estima que dejaron los países de la extinta URSS, cerca de 200 mil emigraron hacia Alemania, donde triplicaron el número de personas pertenecientes a las menguadas comunidades judías locales.
El proceso ha llevado, según Schoeps, a que las comunidades se transformen, puesto que los judíos procedentes de Europa del Este tienen "una cultura del recuerdo distinta a la de los judíos alemanes o polacos".
"Hay muchos que tienen un abuelo que peleó contra los nazis en el Ejército Rojo. El caso normal de los judíos alemanes o polacos es haber tenido un abuelo que murió en (en el campo de exterminio de) Auschwitz", señaló.
"La historia de los judíos alemanes ha llegado a su fin. Estamos ahora ante algo nuevo", sostuvo Schoeps.
El problema, según explicaron tanto Schoeps como su asesor Olaf Glöckner, experto en la inmigración de judíos de la antigua Unión Soviética, es ante todo demográfico.
El promedio de edad actual en las comunidades judías alemanas es de 72 años y muchos de los hijos de inmigrantes viven en matrimonios mixtos y se han apartado de las comunidades.
Según Schoeps y Glöckner, a medio plazo lo que no consiguieron los nazis con las cámaras de gas, la desaparición de la vida judía en Alemania, puede terminar dándose por un proceso demográfico que sólo podría detenerse con una nueva ola migratoria.
Schuster, el nuevo presidente del Consejo de los Judíos en Alemania, pertenece todavía a aquellos que tienen como referencia fundamental la persecución nazi y el holocausto pese a que, por su edad, nació en 1954, representa un relevo generacional.
Los abuelos maternos de Schuster murieron en Auschwitz y los paternos lograron huir al Mandato Británico en Palestina. Él nació en Haifa (Israel), pero posteriormente la familia retornó a Alemania, donde había vivido durante 400 años.
Uno de los retos que tendrá durante su mandato será precisamente buscar un acuerdo para que el gobierno alemán vuelva a abrir las fronteras para judíos de los países de la antigua Unión Soviética.
"Antes bastaba con demostrar la condición de judío para obtener un permiso de residencia en Alemania", explicó Glöckner.
Schuster se comprometió también a hacer frente en sus cuatro años de mandato a los brotes de antisemitismo.
Según Schoeps, estos brotes tienen dos vertientes: el antisemitismo de la ultraderecha y el sentimiento antijudío en parte de la población árabe como consecuencia del conflicto de Oriente Medio.
"Quien ha sufrido una pulmonía, se toma en serio cualquier ataque de tos", dijo en una ocasión el nuevo presidente del Consejo, médico de profesión, para explicar la especial sensibilidad que hay que tener ante cualquier manifestación de antisemitismo. EFE
01/12/2014 en AURORA DIGITAL.
http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Newsletter/61643/?utm_source=Noticias+diarias+Lunes-TEA&utm_medium=01-12-2014%202da%20edic
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