jueves, 9 de noviembre de 2017

La renuncia de Hariri agita el fantasma de una nueva guerra en el Líbano

Efectivos de Hezbollah

El ex primer ministro libanés, Saad Hariri, que renunció recientemente a su cargo a través de un mensaje televisivo transmitido desde Arabia Saudita, abandonó este país con destino a Abu Dabi, donde tiene programado reunirse con el príncipe heredero de los Emiratos Árabes Unidos, Mohammad ben Zayed al Nahyan.


El viaje de Hariri pone fin a rumores en Beirut de que el ex mandatario libanés estaría bajo arresto domiciliario, en Arabia Saudita.

Al anunciar su sorpresiva renuncia, Hariri señaló que hubo un complot para asesinarlo y que el clima en el Líbano se parece al que había pocoa antes del asesinato de su padre, el primer ministro Rafic Hariri, en 2005.

El periódico saudita Asharq al Awsat, citando fuentes occidentales, precisó que la caravana del primer ministro libanés, en Beirut, había detectado intentos de interferencia para confundir las cámaras de vigilancia y los sistemas de radares, y que esos equipos resultaron ser de fabricación iraní.

Aunque los móviles de la dimisión de Hariri han sido cuestionados; deben interpretarse dentro de la guerra sin compromisos que el rey Salman bin Absulaziz al Saud y su hijo están liderando contra la influencia regional iraní. Ambos tienen dificultades para tolerar la creciente influencia en el Líbano de Hezbollah, considerado un alfil de Teherán.

Pocas horas después del anuncio televisivo de Hariri, un misil balístico fue disparado desde la zona controlada por los rebeldes hutíes contra el aeropuerto de Riad. El misil fue derribado por las defensas antiaéreas sauditas, sin provocar víctimas.

El ministro de Exteriores saudita, Adel bin Ahmed al Jubeir acusó a Hezbollah de haber disparado el misil contra la capital saudita, bajo las órdenes de Irán y aseveró que se trató de un acto de guerra.

“Fue un misil iraní, lanzado por Hezbollah, desde el territorio ocupado por los hutíes en Yemen”, expresó al Jubeir a la cadena CNN.

“Lo vemos como un acto de guerra”, apuntó al Jubeir. “Irán no puede lanzar misiles a las ciudades sauditas y esperar que no tomemos medidas”.

El príncipe heredero Mohammed bin Salman acusó a Irán de “agresión militar directa” contra su reino al suministrar a los rebeldes hutíes misiles balísticos.

“El involucramiento de Irán al suministrar misiles a los hutíes es una agresión militar directa del régimen iraní” le dijo el príncipe al secretario de Exteriores británico Boris Johnson, en una conversación telefónica.

Mientras tanto, las fuerzas políticas pro-iraníes prefieren hacer de cuenta como que todo sigue igual en el Líbano. El presidente del parlamento libanés, Nabih Berri, manifestó después de reunirse con el presidente del Líbano, Michel Aoun, que es prematuro hablar de la dimisión del primer ministro Saad Hariri, o de la formación de un nuevo Gobierno.

Si bien el Líbano se ha convertido de hecho, desde hace años, en un protectorado de Irán gracias al poderío militar de Hezbollah.

La renuncia de Hariri le quita a Beirut el disfraz o la pantalla de presunta independencia, lo que le permitiría a Israel disfrutar de un mayor grado de legitimidad internacional en un eventual conflicto militar con Hezbollah, la organización terrorista más poderosa de Oriente Medio.


07/11/2017 en AURORA DIGITAL





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