lunes, 1 de julio de 2019

SECUENCIAS DE HISTORIA: Amin al-Husayni (Gran Mufti de Jerusalén).

El Gran Mufti de Jerusalén es un clérigo musulmán sunita a cargo de los lugares sagrados islámicos de Jerusalén incluidos los situados en el Monte del Templo.

Entrada en Jerusalén en 1917

Fue un cargo creado en 1918 durante el periodo del Mandato Británico, para tener una cabeza visible dentro de la comunidad árabe musulmana, que fuera capaz de controlarla y de dirigirla en ese periodo tan complejo.

Amin al-Husayni (también conocido como Husseini) fue el segundo Gran Mutfi de Jerusalén (1921-1948) y ocupó el cargo tras la muerte de Kamil al-Husayni. Los al-Huseini eran muy respetados dentro de la comunidad árabe musulmana y los británicos los eligieron suguramente por eso. 

Amin al-Huseini

En contra de lo previsto, Amin al-Huseini fue un líder nacionalista árabe y lider religioso musulmán que desempeño un claro papel de oposición al sionismo, organizando numerosos pogromos contra ellos en Palestina durante su mandato. Posteriomente incluso se alió con el Tercer Reich alemán durante la Segunda Guerra Mundial.

Nació en Jerusalén y pertenecía a una de las familias más influyentes de la Ciudad Santa. Peregrinó a La Meca y sirvió en el ejército otomano ejerciendo de imán. En el ejército luchó contra las fuerzas británicas y fue capturado tras el colapso de la resistencia turca en 1918.

En 1921 fue indultado por los británicos y nombrado Gran Muft de Jerusalén. Fue elegido presidente del Consejo Supremo Musulmán, donde consiguió ejercer toda su influencia sobre todos los musulmanes de Palestina.

Desde el principio estuvo en contra de los proyectos del sionismo en Palestina y luchó para evitar las masivas inmmigraciones judías a la región. 


Lejos de prohibir la entrada de los judíos a Palestinas, los británicos permitieron en un principio su entrada. Al-Husayni fue uno de los líderes de las "revueltas árabes" de 1929-1936, dando lugar a varias masacres de judíos, de las que destaca la "matanza de Hebrón".

Fue un impulsor de las primeras guerrillas árabes para atacar tanto a judíos como a los soldados británicos. Estaba totalmente opuesto al establecimiento de un Estado Judío en Palestina durante el Mandato Británico, tal y como se contemplaba en el Mandato para Palestina.



Ante tales circuntancias, al poco tiempo tuvo que salir de Palestina y se exilió en un pais aliado y antisemita como la Alemania nazi.

Al inicio de la Segunda Guerra Mundial al-Husayni ya estaba en Berlin y se afilió al Tercer Reich. 

Su mayor aportación al régimen nazi fue el reclutamiento de musulmanes bosnios y albaneses para formar la 13ª División de Montaña SS Handschar de las Waffen-SS, donde luchó contra los partisanos yugoslavos. Esa división fue famosa por las masacres especialmente atroces contra los partisanos yugoslavos.


Amin al-Husayni pasando revista a tropas bosnias de las SS. 
Bundesarchiv, Bild 146-1978-070-04A / Mielke / CC-BY-SA 3.0


En 1941 logró entrevistarse con el mismísimo Adolf Hitler donde parece que intentó converlo para que ampliase el exterminio de los judíos a la Francia de Vichy y la Italia fascista que llegaba hasta el norte de Africa. También le propuso que la Lufwaffe bombardeara Tel Aviv, por estar habitada casi en su totalidad por judíos.

Amin al-Husayni y Adolf Hitler entrevistándose en Berlín, foto de noviembre de 1941.
Bundesarchiv, Bild 146-1987-004-09A / Heinrich Hoffmann / CC-BY-SA 3.0

No obstante en el acta de la reunión solo consta el ruego a Hitler de su apoyo al movimiento independentista árabe de Palestina, asi como su cordial negativa a ello.

Tras la caida de Alemania intentó escapar a Suiza pero no lo consiguió. Finalmente se vió forzado a entrar en Francia donde permaneció bajo arresto domiciliario.

En 1946 Al-Husayni logró escapar de Francia y al llegar a El Cairo pidió asilo político donde asumió el mando del recién creado Alto Comité Arabe. El movimiento sionista solicitó al Reino Unido (porque Egipto era por entonces protectorado británico) su extradición para juzgarlo como criminal de guerra, pero sin éxito. Lo mismo ocurrió con Yugoslavia, que tampoco lo consiguió. Los británico temían hacerlo porque seguía gozando de gran prestigio dentro del mundo árabe.

Aun hoy en día el espíritu de lucha y odio del Al-Husayni hacia los judíos sigue vivo entre los árabes palestinos. Lo podemos ver casi a diario en la frontera de Gaza y las declaraciones de los líderes de la Autoridad Palestina.


La historia, el vivir en su tierra ancestral y el sincero deseo de vivir en paz con sus vecinos árabes, le da el derecho al pueblo judío de vivir en la tierra de Palestina.

Una nueva secuencia más para la reflexión.


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01/07/2019





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