Estados Unidos ya no considera que la ocupación israelí de los asentamientos judíos en Cisjordania viole el derecho internacional.
Israel está hoy más cerca que nunca de anexionarse una parte importante de Cisjordania, la ocupada por los asentamientos, y convertir al resto del territorio en una amalgama de cantones aislados, haciendo inviable la construcción de un Estado palestino.
Estados Unidos ya no considera que la ocupación israelí de los asentamientos judíos en Cisjordania viole el derecho internacional, como así lo establece la ONU. El premier israelí, Beniamin Netanyahu, cree que con este gesto Donald Trump asume una “verdad histórica”, la de que el pueblo judío “no es una fuerza colonizadora extranjera en Judea y Samaria”, nombres bíblicos de la actual Cisjordania.
Yuli Edelstein, presidente del Parlamento y número dos del Likud detrás de Netanyahu, cree que “ha llegado la hora de construir la paz desde abajo”. Esto implica “ser realistas” y asumir que “los asentamientos no son un obstáculo” para la coexistencia. En un encuentro ayer tarde con corresponsales europeos dio por muerta la estrategia de negociar acuerdos de paz porque durante el futuro previsible “será imposible llevarlos a la práctica”.
La paz desde abajo implica, a su juicio, mantener el statu quo, y puso el ejemplo de los polígonos industriales judíos en Cisjordania que emplean mano de obra palestina. “Esta cooperación de hoy –dijo– será la paz de mañana”.
Netanyahu lucha por su supervivencia política después de dos elecciones, en abril y septiembre, que no le han permitido formar gobierno. El cambio de postura de EE.UU. sobre los asentamientos es un favor que debe aumentar sus opciones. Es el último que Trump le hace después de haber trasladado la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén, reconocido la anexión de los altos del Golán, cerrado el consulado estadounidense en Jerusalén oriental y haber castigado a la Autoridad Palestina cerrando también la sede de la OLP en Washington y cortando los fondos a la agencia de la ONU para los refugiados.
AUTORIDAD PALESTINA: “Es el último intento por reemplazar el derecho internacional por la ley de la jungla”
El gobierno palestino lamenta el “desprecio total por la ley” que supone el apoyo de EE.UU. a la legalidad de los asentamientos. “Es el último intento por reemplazar el derecho internacional por la ley de la jungla”, dijo Saeb Erekat, jefe del equipo negociador.
La Unión Europea considera que Israel es “una fuerza ocupante” en Cisjordania que debe cesar en su empeño de seguir aumentando su presencia en el territorio.
A Edelstein le duele esta crítica. “La UE no quiere entender la situación sobre el terreno –dice– y esto la convierte en irrelevante”. Le duele también que Bruselas obligue a identificar el origen de los productos israelíes fabricados en Cisjordania, como si las fábricas y los polígonos no fueran territorio israelí.
Desde que Israel conquistó Cisjordania en la Guerra de los Seis Días (1967), su prioridad ha sido proteger a los colonos. Hoy hay más de 400.000 en Cisjordania y otros 200.000 en Jerusalén oriental.
Israel siempre ha defendido la legalidad de ocupar permanentemente territorios ganados en “guerras justas de autodefensa”. Cuando ha cedido territorios logrados por la fuerza, como en Líbano en el 2000 y en Gaza en el 2005, se ha arrepentido porque allí se han instalado y fortalecido sus enemigos. “La situación de los palestinos en Gaza –explica Edelstein– era mucho mejor cuando había asentamientos judíos, un ejemplo clarísimo de que no son un obstáculo para la convivencia”.
TIERRA: La anexión afecta al 60% del territorio de un hipotético Estado palestino
Netanyahu, en sus campañas, prometió anexionar Cisjordania, todos los asentamientos más el valle del Jordán que hace frontera con Jordania: el 60% de territorio sobre el que los palestinos aspiran a construir su Estado. El otro 40% lo forman enclaves desconectados, como Jericó, Hebrón, Nablús y Yenín.
El principio de paz por territorios parece que ha dejado de funcionar a pesar de que, al menos sobre el papel, el gobierno israelí sigue abierto a un futuro Estado palestino. El presidente Rueven Rivlin, sin embargo, preferiría un solo Estado para judíos y palestinos entre el Jordán y el Mediterraneo. Hace casi tres años que Trump estudia también esta opción que, en todo caso, dejaría fuera de la ecuación a Gaza.
Entre el Jordán y el mar viven 13 millones de personas. Todas están bajo control israelí y casi la mitad son palestinas. De estos palestinos, tres millones viven en Cisjordania, dos lo hacen en Israel y otros dos en Gaza. Ninguno de ellos tiene los mismos derechos y libertades que los judíos. Si los tuvieran, en un hipotético Estado único, Israel correría el riesgo de perder la ventaja demográfica.
La anexión total de los territorios ocupados no es, por tanto, una opción que Netanyahu tenga sobre la mesa. Con los asentamientos es suficiente. Pero esta estrategia plantea otra realidad incómoda, la de administrar a unos ciudadanos de segunda clase. El carácter judío del Estado israelí discrimina al 21% de los ciudadanos israelíes que son palestinos. Los que viven en Cisjordania aún lo tienen peor. Israel limita sus movimientos y les aplica la legislación militar.
Consolidar este statu quo coloca a Israel ante el riesgo de instaurar un régimen de apartheid en Cisjordania. Y tampoco soluciona el problema de raíz: ¿cómo cumplir con la visión sionista de un Estado judío en un territorio con una población palestina tan grande?
PELIGRO: Israel se coloca ante el riesgo de instaurar un régimen de apartheid en Cisjordania
Netanyahu es posible que no pueda repetir como primer ministro. Benny Gantz intenta desplazarlo al frente de una coalición de centro izquierda con apoyo de los palestinos israelíes. Tiene hasta esta medianoche para conseguirlo. Sobre él pende una probable imputación por corrupción y tráfico de influencias. Hasta ahora, ha sobrevivido con los regalos de Trump y una retórica antipalestina que ha dividido a la sociedad.
Sea cual sea su suerte, los asentamientos seguirán siendo un problema irresoluble.
20/11/2019 en LA VANGUARDIA
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