Es un emplazamiento de interés arqueológico que se compone de templos egipcios ubicado en Nubia. Está localizado en la ribera occidental del lago Nasser, a unos 300 km por carretera de la presa se Assuán, próximo a su emplazamiento original.
Los templos forman parte del Museo al Aire Libre de Nubia y Asuán, complejo que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1979 con el nombre de Monumentos de Nubia, desde Abu Simbel hasta File.
"El rescate de los templos de Abu Simbel fue iniciado
en el año 1964 por un equipo multinacional de
arqueólogos, ingenieros y operadores de equipo
pesado que trabajaron juntos bajo el estandarte
de la Unesco."
Los templos fueron excavados en la roca (speos) durante el reinado del faraón Ramsés II en el siglo XIII a. C., como un monumento dedicado a dicho faraón y a su esposa Nefertari, para conmemorar su supuesta victoria en la batalla de Kadesh y mostrar su poder a sus vecinos nubios.
El complejo fue reubicado en una colina artificial en el año 1968, construida en terrenos próximos situados sobre el nivel del futuro lago Nasser. El traslado de los templos fue necesario para evitar que quedaran sumergidos, tras la construcción de la presa de Asuán, por el embalse formado por las aguas del río Nilo.
El templo fue construido por Ramsés II para conmemorar su victoria en la batalla de Kadesh. 1274 a. C. Está dedicado al culto del propio Ramsés y de las grandes deidades del Antiguo Egipto, Amón, Ra y Ptah. Estos tres dioses fueron muy venerados a lo largo de la Historia del Antiguo Egipto. Ra era la cabeza de la Enéada de Heliópolis, Amón la cabeza de la Tríada de Tebas y Ptah el gran dios artesano de Menfis. Al lado de los tres se representa a Ramsés como el cuarto gran dios de Egipto.
La dinastía XIX intentó recuperar la influencia de Egipto en el exterior, perdida después de los disturbios y turbulencias religiosas y políticas durante el reinado de Akenatón de la dinastía XVIII que apoyó el culto a Atón en detrimento de Amón y su influyente clero.
Ramsés II, hijo de Seti I, combatió a los enemigos del Norte, y del Sur. Su batalla más importante fue la de Kadesh contra los hititas. Esta batalla terminó con un tratado de paz entre ambas fuerzas. En los muros de Abu Simbel y de otros templos egipcios, Ramsés se jactaba de haber ganado la batalla; el rey de los hititas hizo lo propio en los templos de su país.
La construcción del templo se inició aproximadamente en 1284 a. C. y duró unos veinte años, hasta 1264 a. C. Es uno de los seis hipogeos excavados en roca que se edificaron en Nubia durante el largo periodo del reinado de Ramsés II. El propósito del templo era impresionar a los vecinos del sur y reforzar la influencia de la religión egipcia en la región.
Con el paso del tiempo el templo, abandonado, comenzó a llenarse de arena. Cerca del siglo VI a. C., la arena cubría las estatuas del templo principal hasta la altura de sus rodillas. Abu Simbel quedó olvidado hasta que, en el año 1813, el suizo Johann Ludwig Burckhardt lo visitó.
Burckhardt comentó su descubrimiento al explorador italiano Giovanni Belzoni, quien viajó al lugar, pero fue incapaz de excavar una entrada que permitiera el acceso al templo. Belzoni regresó en el año 1817 y esta vez tuvo éxito, pues consiguió entrar y se llevó todos los objetos de valor que pudo transportar.
Se inició una campaña internacional de recaudación de fondos para salvar los monumentos de Nubia en el año 1959, ya que algunos de ellos estaban en peligro de desaparecer bajo el agua, como consecuencia de la construcción de la presa de Asuán.
El rescate de los templos de Abu Simbel fue iniciado en el año 1964 por un equipo multinacional de arqueólogos, ingenieros y operadores de equipo pesado que trabajaron juntos bajo el estandarte de la Unesco.
Entre los años 1964 y 1968, todo el sitio fue cuidadosamente partido en grandes bloques de entre 20 toneladas y un máximo de 30 toneladas cada uno, desmantelado, elevado y reensamblado en una nueva ubicación 65 metros más alta y 200 metros más lejos del río, en uno de los mayores desafíos de la ingeniería arqueológica en la historia. Incluso fueron salvadas algunas estructuras sumergidas en las aguas del lago Nasser.
El complejo está compuesto por dos templos y alberga cuatro estatuas colosales de Ramsés II esculpidas en la roca de la fachada. El templo menor está dedicado a Nefertari, la esposa favorita de Ramsés.
GRAN TEMPLO
El Gran Templo de Abu Simbel, que tomó unos veinte años construir, fue completado alrededor del año 24 del reinado de Ramsés II que se corresponde al año 1265 a. C.. Fue dedicado a los dioses Amón, Ra-Horajti y Ptah, así como al Ramsés deificado. Generalmente, es considerado como uno de los más bellos de todos los edificados durante el reinado de Ramsés II y uno de los más monumentales de Egipto.
La fachada del templo tiene 33 metros de altura por 38 metros de ancho y está custodiado por cuatro estatuas sedentes. Todas las estatuas representan a Ramsés II, sentado en un trono con la doble corona del Alto y Bajo Egipto.
Cada una de ellas mide unos veinte metros de altura y están encabezadas por un friso de veintidós babuinos, adoradores del sol y que flanquean la entrada. Las estatuas y el templo fueron esculpidos en una colina rocosa. La estatua situada a la izquierda de la entrada se partió durante un terremoto y solo quedó intacta su parte inferior.
Cerca de los pies de los colosos, hay otras estatuas que no llegan a la altura de las rodillas del faraón. Estas representan a diversos miembros de la familia del faraón, como su esposa principal Nefertari, la reina madre Tuya, sus primeros dos hijos Amenherjepeshef, Ramsés, y sus primeras seis hijas Bintanat, Baketmut, Nefertari, Meritamón, Nebtaui e Isetnofret.
La entrada está coronada por un bajorrelieve que representa dos imágenes del rey adorando a Ra-Horajti con cabeza de halcón, cuya estatua se yergue en una gran nicho. Este dios está sosteniendo un jeroglífico y una pluma en su mano derecha, con Maat a su izquierda.
La fachada está encabezada por veintidós babuinos, cuyos brazos están extendidos en el aire, supuestamente adorando al sol naciente. Otra notable característica de la fachada es una estela que registra el matrimonio de Ramsés con una hija del rey Hattusili III, unión que selló la paz entre Egipto y los hititas.
La parte interior del templo tiene la misma disposición que la mayoría de antiguos templos egipcios, con habitaciones de tamaño decreciente a medida que se acercan al santuario.
El templo cuenta con una estructura compleja y bastante inusual debido a sus principales cámaras laterales. La sala hipóstila tiene 18 metros de largo y 16,7 metros de ancho y está sostenida por ocho grandes pilares osíridas que representan a Ramsés deificado vinculado al dios Osiris, el dios del inframundo, para indicar la naturaleza imperecedera del faraón.
Las estatuas colosales a lo largo del muro de la mano izquierda llevan la corona blanca del Alto Egipto, mientras que las ubicadas en el lado opuesto cargan la corona doble del Alto y el Bajo Egipto
Los bajorrelieves de las paredes de la sala hipóstila presentan escenas de batallas en campañas militares peleadas durante el reinado de Ramsés II. Muchas de ellas se refieren a la batalla de Qadesh, en el río Orontes en la actual Siria, en donde el faraón peleó contra los hititas.
El relieve más famoso muestra al rey en su carro lanzando flechas contra sus enemigos en retirada, que están siendo tomados prisioneros. Otras escenas muestras victorias egipcias en Libia y Nubia.
Después de la sala hipóstila, se ingresa en una segunda sala, que tiene cuatro pilastras decoradas con escenas de ofrendas a los dioses. Hay representaciones de Ramsés y Neferari con las barcas sagradas de Amón y Ra-Horajti.
Esta sala da acceso a un vestíbulo transversal en cuyo centro está la entrada al santuario. Allí, en una pared negra, se encuentran las esculturas talladas en la roca de cuatro figuras sentadas: Ra-Horajti, el dios deificado Ramsés, y los dioses Amón y Ptah. Ra-Horajti, Amón-Ra y Ptah fueron las principales deidades en ese período y sus centros de culto se ubicaban en Heliópolis, Tebas y Menfis, respectivamente.
El templo fue construido con tal orientación que durante los días 21 de octubre y 21 de febrero, 61 días antes y 61 días después del solsticio de invierno, los rayos solares penetran hasta el santuario, situado al fondo del templo, e iluminan tres de las cuatro estatuas sedentes, excepto la estatua del dios Ptah, el dios relacionado con el inframundo Duat, que siempre permanecía en penumbra.
Estas fechas podrían corresponder con el día del cumpleaños y el de la coronación del rey, respectivamente; sin embargo, no existen datos que lo corroboren, aunque es lógico suponer que estas fechas guardan alguna relación con un gran evento, como la fiesta Heb-sed que conmemoraba el 30º aniversario del reinado del faraón.
Tras el traslado del templo y por el desplazamiento del Trópico de Cáncer durante los últimos 3.280 años, se estima que la incidencia solar se ha desplazado un día más cerca del solsticio, por lo que debería ocurrir el 22 de octubre y el 20 de febrero, 60 días antes y 60 días después del solsticio, respectivamente.
EL TEMPLO MENOR
Está situado al norte del templo principal y está dedicado a la diosa Hator y Nefertari, que era la esposa favorita de Ramsés II y que era de origen nubio. Está también excavado en la roca arenisca. La fachada está decorada con seis estatuas, cuatro de Ramsés II y dos de Nefertari.
Se trata de una auténtica obra de ingeniería muy bien conservada. No sólo por la espectacularidad de sus esculturas enormes, sino por la calidad de las inscripciones de su interior y la habilidad increíble que permitía, en aquellos tiempos, controlar la entrada de la luz solar en determinadas fechas para que iluminase ciertas partes, la tríada en una cámara donde se dejaba a oscuras al dios de las tinieblas
Las seis son de igual tamaño con una tamaño de 10 metros dentro de hornacinas, algo poco corriente ya que las estatuas que representaban al faraón solían ser de mayor tamaño. La entrada conduce a una sala con seis columnas centrales, esculpidas con capiteles decorados con la cabeza de la diosa Hathor.
La sala Este contiene algunas escenas que muestran a Ramsés y su esposa ofreciendo sacrificios a los dioses. Tras esta sala se encuentra otra que muestra escenas similares. Al fondo del templo se halla el santuario que contiene una estatua de la diosa Hathor.
En su interior encontramos una sala hipóstila con seis columnas cuyos capiteles se encuentran decorados con la cabeza de la diosa Hator.
La fachada está compuesta por seis colosos, de aproximadamente diez, metros de altura, excavados en la roca, dentro de hornacinas rectangulares. Están divididos en dos grupos de tres estatuas a cada lado de la puerta de entrada. Los extremos representan a Ramsés II y los centrales a la esposa favorita de éste, la reina Nefertari, y son del mismo tamaño que los del faraón. Todos tienen adelantada la pierna izquierda, en actitud de marcha. Entre las piernas están representadas esculturas de menor tamaño de príncipes en las estatuas del rey y princesas en las de la reina.
EL TEMPLO DE RAMSÉS II O TEMPLO MAYOR
Fue construido bajo el mandato del tercer faraón egipcio de la Dinastía XIX, Ramsés II. Está considerado como uno de los más célebres de todo Egipto.
El templo se empezó a esculpir hacia el año 1284 a. C. y se finalizó, veinte años después, hacia el año 1264 a. C. Es uno de los seis templos excavados en la roca que se edificaron en Nubia durante el largo reinado de Ramsés II.
Abandonado durante siglos, en el año 1813, el suizo J. L. Burckhardt lo visitó y a su vuelta a Europa narró su descubrimiento al explorador italiano Giovanni Belzoni, el cual viajó al lugar pero no pudo acceder al templo, por lo que volvió en 1817, despejó la entrada y se llevó todos los objetos que encontró y pudo transportar.
Como consecuencia de la construcción de la presa de Asuán en el año 1964 el Templo de Ramsés y el de Nefertari se desmantelaron para volver a ser reconstruidos en una zona próxima, 65 metros más alta y unos 200 metros más alejada.
El templo es una construcción de tipo speos, que es una edificación excavada en la roca. La altura de la fachada: 30-33 metros aproximadamente. Su fachada tiene una anchura de 38 metros. En ella están esculpidas cuatro estatuas colosales de Ramsés II sentado en su trono con el nemes y la doble corona del Alto y Bajo Egipto.
Cada estatua mide 22 metros de altura que fueron tallados directamente en roca, destacando su pétrea mirada. A los pies de las cuatro figuras se encuentran diversas estatuas menores de varios miembros de la familia del faraón: Tuya, madre de Ramsés II y el príncipe Amonhorjepeshef que es el primer coloso de la izquierda. Las princesas Bentata, Nebettauy y Senefra que es el segundo coloso de la izquierda. La reina Nefertari, la princesa Beketmut y el príncipe Riamsese que es el primer coloso de la derecha. La princesa Nerytamun, Tuya y Nefertari que es el segundo coloso de la derecha.
La parte interior del templo tiene una distribución similar a la mayoría de los templos del antiguo Egipto, con salas de tamaño menor cuanto más cerca del santuario. La primera sala contiene ocho estatuas de Ramsés II elevado a la categoría de dios, tomando la forma de Osiris.
La sala Hipóstila además de sus enormes columnas, está decorada con numerosos relieves que muestran las victorias militares de Ramsés II, especialmente la batalla de Qadesh. Debemos fijarnos especialmente en el carro del faraón persiguiendo a los guerreros hititas.
Una vez pasada la sala Hipóstila accederá al Santuario donde se contempla las estatuas de los dioses a los que se rinde culto: el propio Ramsés, ya que en el Antiguo Egipto los faraones eran considerados dioses; Ra Hor Ajti, el dios del Sol que mezcla las figuras de Ra y Horus; Amón, dios principal del panteón de Tebas; y Ptah, el dios del inframundo y la Duat, el más allá del Antiguo Egipto.
Estas estatuas están adosadas a las columnas. En las paredes se pueden ver grabados que representan escenas de las victorias egipcias en Libia, Siria y Nubia. El santuario contiene tres estatuas de los dioses Ra, Ptah, Amón y una de Ramsés, todas en posición sedente.
A medida que se avanza por el templo, las salas van disminuyendo de tamaño, creando la impresión que se dirige a un lugar íntimo y místico.
El templo está construido de forma que durante los días 21 de febrero y 21 de octubre, los rayos solares penetran hasta el santuario, situado al fondo del templo, e iluminan las caras de Amón, Ra, y Ramsés, quedando solo la cara del dios Ptah en penumbra, pues era considerado el dios de la oscuridad.
Se cree que estas fechas corresponden respectivamente a los días del cumpleaños del rey y al de su coronación, aunque no existen datos que lo corroboren. Posiblemente, estos días correspondían respectivamente al inicio de dos estaciones para los egipcios: la de peret que es la germinación de las semillas y shemu que se corresponde con la recolección de la cosecha. Tras el desplazamiento del templo, el fenómeno solar ocurre dos días más tarde de la fecha original.
El templo está dedicado a los dioses Ra, Amón y Ptah. Se construyó con la intención de impresionar a los enemigos nubios de Egipto y mostrar la grandeza del reino.
04/12/2019 en NUEVA TRIBUNA
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