sábado, 18 de marzo de 2023

LOS PROFETAS: 1ª Samuel 27 - 2ª Samuel 1 (parte 9).

Hoy concluiremos 1ª Samuel. Si la semana pasada pudimos ver la muerte del profeta Samuel, hoy tendremos la muerte del rey Saúl e inicio del reinado de David.

Seguiremos de forma rápida en todos estos acontecimientos a lo largo de los libros de Samuel, sin perder de vista que el centro del estudio sigue siendo la VIDA y el MINISTERIO de todos los PROFETAS a lo largo del ANTIGUO TESTAMENTO.

Reino unido de Israel durante Saúl y David, aunque con Saúl fue algo menor.


Anteriormente vimos:


Estuvimos estudiando desde el capítulo 20 al 26, cómo David se pasaba la vida huyendo de las garras de Saúl y aunque contaba con la ayuda de Jonatán, tuvo que ser muy duro para él.

En 2 ocasiones David tuvo la posibilidad de matar a Saúl y sin embargo no le tocó. ¿Crees que hubieras actuado de igual manera?




1ª Samuel 27.     
David entre los filisteos.


David sentía que de seguir así, antes o después podría morir en mano de Saúl, así que decidió volver de nuevo a tierras filisteas. Pensaba que así se cansaría y se olvidaría de él.

Volvió de nuevo a la ciudad de Gat junto con sus seiscientos hombres y sus familias. También David llevó consigo a sus dos esposas (Ajinoán la jezrelita y Abigaíl de Carmel, la viuda de Nabal).

En esta ocasión, el rey Aquis les dio protección

5 David le dijo a Aquis: «Si en verdad cuento con el favor de Su Majestad, le ruego que me conceda algún pueblo en el campo, y allí viviré. No tiene ningún sentido que este siervo suyo viva en la capital del reino».

6 Aquel mismo día Aquis le dio la ciudad de Siclag, la cual hasta hoy pertenece a los reyes de Judá.

Las circunstancias de esta huida son completamente diferentes de las relatadas en 1ª Samuel 21:10. El fugitivo solitario anterior, reconocido como el asesino de Goliat, pudo escapar por poco, pero en esta ocasión se trataba de un líder forajido de una banda de guerreros incondicionales, que fueron bienvenidos como aliados.

Estuvo con los filisteos por 1 año y 4 meses. Acostumbraba saquear a los pueblos que estaban al sur y de camino a Egipto (guesureos, guirzitas y amalecitas). Nunca contra su propio pueblo.

En cada internada no dejaba a nadie con vida y entregaba a Aquis todo de cuanto se podía apoderar. Un perfecto aliado de los filisteos.

12 Aquis, por su parte, confiaba en David y se decía: «David se está haciendo odioso a los israelitas, su propia gente. Sin duda me servirá para siempre».

El rey filisteo pensaba que le serviría para siempre por liquidar a esos pueblos, cuando en realidad esos no pertenecían a Judá.




1ª Samuel 28.     Saúl y la adivina de Endor.

Por aquel tiempo los filisteos se prepararon de nuevo para hacer guerra contra Israel, pero en esta ocasión sería una guerra mucho mayor: “la madre de todas las guerras”.

Aquis rey de los filisteos se había hecho mucho más poderoso. En parte por todo lo que David fue ganado para él.

En esta ocasión subieron por la costa hasta llegar a una explanada cercana a Jezrael para batallar contra Saúl.

1 Por aquel tiempo, los filisteos reunieron sus tropas para ir a la guerra contra Israel. Por lo tanto, Aquis le dijo a David: Quiero que sepas que tú y tus hombres saldrán conmigo a la guerra. 2 Está bien, respondió David. Ya verá Su Majestad de lo que es capaz este siervo suyo. Si es así, añadió Aquis, de ahora en adelante te nombro mi guardaespaldas.

A Saúl le temblaron las piernas cuando vio el ejército filisteo. Consultó a Dios y no tuvo respuesta de Él de ninguna forma, ni siquiera por los profetas. Estaba sólo y acongojado.

La ley prohibía la adivinación y él mismo los expulsó de Israel, pero en su desesperación mandó a sus oficiales a buscar a un adivino donde fuera. Al parecer sabían de una en Endor.

De inmediato fue a Endor para que la adivina le hablara y para que no lo reconociera se disfrazó. Una nueva escena ridícula de Saúl. Aun siendo conocedor de que estaba haciendo una cosa prohibida por Dios, insiste en su empeño.

8 Saúl se disfrazó con otra ropa y, acompañado de dos hombres, se fue de noche a ver a la mujer. Quiero que evoques a un espíritu,le pidió Saúl. Haz que se me aparezca el que yo te diga. 9 ¿Acaso no sabe usted lo que ha hecho Saúl? respondió la mujer. ¡Ha expulsado del país a los adivinos y a los hechiceros! ¿Por qué viene usted a tenderme una trampa y exponerme a la muerte?

11 ¿A quién desea usted que yo haga aparecer? preguntó la mujer. Evócame a Samuel, respondió Saúl. 12 Al ver a Samuel, la mujer pegó un grito. ¡Pero si usted es Saúl! ¿Por qué me ha engañado? le reclamó. 13 No tienes nada que temer, dijo el rey. Dime lo que has visto. Veo un espíritu que sube de la tierra, respondió ella.

¿Pero qué está pasando? ¿Saúl haciendo espiritismo? ¿Qué más podemos esperar de este hombre? ¿Se puede caer más bajo?

Aun así recibió la misma respuesta que Samuel le dio en vida:

16 Samuel le replicó: Pero, si el Señor se ha alejado de ti y se ha vuelto tu enemigo, ¿por qué me consultas a mí? 17 El Señor ha cumplido lo que había anunciado por medio de mí: él te ha arrebatado de las manos el reino, y se lo ha dado a tu compañero David.

18 Tú no obedeciste al Señor, pues no llevaste a cabo la furia de su castigo contra los amalecitas; por eso él te condena hoy. 19 El Señor te entregará a ti y a Israel en manos de los filisteos. Mañana tú y tus hijos se unirán a mí, y el campamento israelita caerá en poder de los filisteos.

Saúl se desplomó al oír de nuevo la respuesta de Samuel. Era tal su aspecto, que le obligaron a que se quedara allí a comer algo, porque estaba desfallecido. La angustia no le permitía ver más allá.

La “bruja” tenía un ternero gordo y lo mató para el rey y sus 2 oficiales. Comieron para reponer fuerzas y enseguida emprendieron el camino de vuelta “la mar de contentos”...




1ª Samuel 29.     Los filisteos desconfían de David.

Los filisteos siguen avanzando para llegar al lugar de la batalla. Los oficiales del rey filisteo se preguntaban, ¿que hacen estos hebreos aquí con nosotros?

4 Pero los generales filisteos, enojados con Aquis, le exigieron: Despídelo; que regrese al lugar que le diste. No dejes que nos acompañe en la batalla, no sea que en medio del combate se vuelva contra nosotros. ¿Qué mejor manera tendría de reconciliarse con su señor, que llevándole las cabezas de estos soldados?

5 ¿Acaso no es este el David por quien danzaban, y en sus cantos decían: «Saúl mató a sus miles; pero David, a sus diez miles»?

Aunque Aquis confiaba en David, finalmente determinó mandarlo a casa, para tranquilidad de sus oficiales.

David no lo entiende y pide luchar a su lado, porque era su rey. Le explica que sus oficiales lo ven con recelo y por ello es mejor que se vuelva.

Al día siguiente de mañana volvió al país filisteo y de esa manera usó Dios a Aquis para evitar que David luchara contra su propio pueblo.

Una vez más, la protección de Dios sobre su vida y además ese hecho impidió que interviniera directamente en la batalla donde matarían a Saúl y sus hijos.




1ª Samuel 30.     David derrota a los amalecitas.


Después de 3 días de camino llegaron de nuevo a casa, a la ciudad de Siclag. Estaba destruida e incendiada.

Fueron los amalecitas que habían invadido la zona del Neguev y destruido también la ciudad de Siclag, llevándose consigo a todas las mujeres y niños, porque los hombres estaban todos en la batalla.

Después de consultar a Dios, David salió con sus “600” en rescate de sus esposas e hijos, de las manos de los amalecitas. Fueron exterminados todos, excepto 400 muchachos que salieron pitando en sus camellos.

Consiguieron rescatarlo todo y no faltó nada. Era tanto lo que habían conseguido, que pudieron enviar parte del botín a los ancianos de Judá. Una muestra clara de que su corazón estaba todavía con los suyos y no con los filisteos.

26 Después de llegar a Siclag, David envió parte del botín a sus amigos que eran ancianos de Judá, con este mensaje: «Aquí tienen un regalo del botín que rescatamos de los enemigos del Señor».

27 Recibieron ese regalo los ancianos de Betel, Ramot del Néguev, Jatir, 28 Aroer, Sifmot, Estemoa, 29 Racal, las ciudades de Jeramel, las ciudades quenitas 30 de Jormá, Corasán, Atac, 31 y Hebrón, y los ancianos de todos los lugares donde David y sus hombres habían vivido.




1ª Samuel 31.     Muerte de Saúl.

Bien, pues los filisteos fueron a la guerra contra Israel y los israelitas huyeron ante ellos. Tuvo que ser una auténtica masacre.

Una vez que cayó la primera línea, los filisteos fueron directamente contra Saúl y mataron a sus hijos Jonatán, Abinadab y Malquisúa.

Saúl fue alcanzado por flechas y sabía que su hora había llegado. Pidió a su escudero que lo matara en lugar de que lo hicieran ellos, pero no quiso. Saúl terminó matándose a si mismo, dejándose caer sobre su propia espada.

Al ver el escudero a su rey muerto, él mismo también se tiró sobre la misma espada. En aquel día murieron el rey, sus hijos, el escudero y todos sus hombres. No quedó nada de nada.

7 Cuando los israelitas que vivían al otro lado del valle y del Jordán vieron que el ejército de Israel había huido, y que Saúl y sus hijos habían muerto, también ellos abandonaron sus ciudades y se dieron a la fuga. Así fue como los filisteos las ocuparon.

Ganaron con muy poquito esfuerzo la batalla y con menos aún las ciudades que encontraron después por el camino. Arrasaron por abandono.

Al día siguiente volvieron los filisteos para despojar a los cadáveres y encontraron al de Saúl y sus hijos en el Monte Guilboa.

9 Entonces lo decapitaron, le quitaron las armas, y enviaron mensajeros por todo el país filisteo para que proclamaran la noticia en el templo de sus ídolos y ante todo el pueblo.

10 Sus armas las depositaron en el templo de la diosa Astarté, y su cadáver lo colgaron en el muro de Betsán.

Se enteraron los habitantes de Jaber de Gallad. Ellos eran conscientes de la deuda que tenían con Saúl por salvarlos de los amonitas (capítulo 11).

Los más valientes caminaron toda la noche hasta Betsán para tomar el cuerpo de Saúl y de sus hijos y llevarlos hasta Jabes para su incineración.

11 Cuando los habitantes de Jabés de Galaad se enteraron de lo que habían hecho los filisteos con Saúl, 12 los más valientes de ellos caminaron toda la noche hacia Betsán, tomaron los cuerpos de Saúl y de sus hijos y, luego de bajarlos del muro, regresaron a Jabés. Allí los incineraron, 13 y luego tomaron los huesos y los enterraron a la sombra del tamarisco de Jabés. Después de eso guardaron siete días de ayuno.




2ª Samuel 1.     Noticia de la muerte de Saúl. Lamento de David por Saúl y Jonatán.

Al tercer día de David haber derrotado a los amalecitas, recibe la visita de un hombre que venía del campamento de Saúl y le da la terrible noticia.

3 ¿De dónde vienes? le preguntó David. Vengo huyendo del campamento israelita, respondió. 4 Pero ¿qué ha pasado? exclamó David. ¡Cuéntamelo todo! Pues resulta que nuestro ejército ha huido de la batalla, y muchos han caído muertos, contestó el mensajero. Entre los caídos en combate se cuentan Saúl y su hijo Jonatán.

Y le siguió preguntando.

6 Por casualidad me encontraba yo en el monte Guilboa. De pronto, vi a Saúl apoyado en su lanza y asediado por los carros y la caballería, respondió el criado. 7 Saúl se volvió y, al verme, me llamó. Yo me puse a sus órdenes.

8 Me preguntó quién era yo, y le respondí que era amalecita. 9 Entonces me pidió que me acercara y me ordenó: “¡Mátame de una vez, pues estoy agonizando y no acabo de morir!”

10 Yo me acerqué y lo maté, pues me di cuenta de que no iba a sobrevivir al desastre. Luego le quité la diadema de la cabeza y el brazalete que llevaba en el brazo, para traérselos a usted, mi señor.

El amalecita mintió a David para quedar bien y ganar su favor. David y todos los que estaban con él se rasgaron las vestiduras en señal de dolor, además lloraron y ayunaron hasta el anochecer, por Saúl, Jonatán, por el ejército de Dios y por la nación de Israel. Un nuevo momento triste para lo que quedaba de Israel.

Luego le pregunto David de donde era y le dijo que era amalecita.

Pobre amalecita... David, que tenia todavía a flor de piel la batalla contra los amalecitas, se encuentra con otro para darle la triste noticia. Mejor le hubiera sido no haber ido a él.

13 Entonces David le preguntó al joven que le había traído la noticia: ¿De dónde eres? Soy un extranjero amalecita, respondió.

14 ¿Y cómo te atreviste a alzar la mano para matar al ungido del Señor? le reclamó David. 15 Y en seguida llamó a uno de sus hombres y le ordenó: ¡Anda, mátalo! Aquel cumplió la orden y lo mató. 16 David, por su parte, dijo: ¡Que tu sangre caiga sobre tu cabeza! Tu boca misma te condena al admitir que mataste al ungido del Señor.

Recordemos que David era músico y le daba al arpa. En medio del dolor compuso el “Cántico del Arco” en honor a Saúl y su hijo Jonatán.

Mandó que se enseñara a todos en Judá. Lo puedes leer tranquilamente si lo deseas en 2ª Samuel 1: 17-27.

19 «¡Ay, Israel! Tus héroes yacen heridos en las alturas de tus montes. ¡Cómo han caído los valientes!




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El próximo día veremos la coronación de David. ¿Sabías que fue coronado 2 veces? ¿Es posible? Así es, una en Judá y la otra en Israel. Piensa en ello y lo comentamos juntos.

Y seguiremos adelante ya con el profeta Natán, cuando David le comunica que quiere construirle un Templo. Veremos la respuesta de Dios a través de Natán y la reacción de David.

¡¡¡Bendiciones!!!



19/03/2023
Estudio BIBLICO DOMINICAL.




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