sábado, 4 de marzo de 2023

Profeta Samuel (parte 7).

LOS PROFETAS: Samuel (parte 7).

David contra Goliat. Saúl envidia a David. Saúl intenta matar a David.



Anteriormente vimos:

Después de que Saúl fuera definitivamente rechazado por Dios, por desobedecerle una vez más en la batalla contra los amalecitas, Samuel se volvió a Ramá y quedaría tan “harto”, que ya no lo quiso verlo nunca más (1ª Samuel 15).

En el siguiente capítulo (1ª Samuel 16), pudimos ver cómo Dios mandó a Samuel a Belén de Judea, para ungir al nuevo rey. Una nueva oportunidad para su pueblo, un nuevo rey que fuera según el corazón de Dios.

Samuel tuvo que asumir muchas y diferentes responsabilidades durante toda su vida. Lideró al pueblo y lo preparó para convertirlo en un reino, pero no como el de los otros pueblos.

Terminó sus días ungiendo a David. El consolidó y expandió el reino y terminó de plantar las bases de Israel.

La importancia de David y su legado perduran hasta nuestros días y de su linaje nacería Jesús el Mesías, nuestro Señor y Salvador.



1ª Samuel 17. David contra Goliat.

Una vez más los filisteos vuelven a la batalla contra los israelitas. En este caso se junta en el valle de Elá, que estaba más a menos a media distancia entre Jerusalén y las ciudades filisteas.

A cada uno de los valles se encontraban los 2 ejércitos y los filisteos en este caso con su “arma nuclear”: el gigante Goliat. Un guerrero de 3 metros. Algo así, como casi el doble de la altura de cualquier israelita.

En esta ocasión la lucha no sería global, sino de sólo 2 guerreros y quien venciera sometería el pueblo del perdedor. Una batalla económica.

Pero nadie se atrevía a luchar contra Goliat.

4 Un famoso guerrero, oriundo de Gat, salió del campamento filisteo. Su nombre era Goliat, y tenía una estatura de casi tres metros.

Es común actuar como Goliat. Lo vemos a diario en nuestra sociedad y no se puede desafiar nunca a Dios, pero tampoco amedrentarnos como lo hicieron los israelitas.

No sabía como responder al desafío del filisteo.

10 Dijo además el filisteo: «¡Yo desafío hoy al ejército de Israel! ¡Elijan a un hombre que pelee conmigo!» 11 Al oír lo que decía el filisteo, Saúl y todos los israelitas se consternaron y tuvieron mucho miedo.

16 El filisteo salía mañana y tarde a desafiar a los israelitas, y así lo estuvo haciendo durante cuarenta días.

David era el encargado de llevar víveres a sus hermanos mayores y pudo ver por sí mismo lo que estaba pasando. Estoy seguro que no se podía creer lo que estaba pasando.

17 Un día, Isaí le dijo a su hijo David: «Toma esta bolsa de trigo tostado y estos diez panes, y vete pronto al campamento para dárselos a tus hermanos.

24 Cada vez que los israelitas veían a Goliat huían despavoridos.

Al ser ungido por Samuel, el poder de Dios estaba sobre él y por ello preguntaba y se revelaba al ver esa escena.

26 David preguntó a los que estaban con él: ¿Qué dicen que le darán a quien mate a ese filisteo y salve así el honor de Israel? ¿Quién se cree este filisteo pagano, que se atreve a desafiar al ejército del Dios viviente? 27 Al que lo mate —repitieron— se le dará la recompensa anunciada.

El mismo se ofrece a Saúl, para vencer a Goliat. Le explica a Saúl porqué puede vencerlo y Saúl accede.

¿Por qué accedió? ¿Tan desesperado estaba Saúl? ¿Tan convincente fue ese joven chaval, que seguramente no tenía todavía edad para ser soldado?

32 Entonces David le dijo a Saúl: ¡Nadie tiene por qué desanimarse a causa de este filisteo! Yo mismo iré a pelear contra él.

34 David le respondió: A mí me toca cuidar el rebaño de mi padre. Cuando un león o un oso viene y se lleva una oveja del rebaño, 35 yo lo persigo y lo golpeo hasta que suelta la presa. Y, si el animal me ataca, lo agarro por la melena y lo sigo golpeando hasta matarlo. 36 Si este siervo de Su Majestad ha matado leones y osos, lo mismo puede hacer con ese filisteo pagano, porque está desafiando al ejército del Dios viviente. 37 El Señor, que me libró de las garras del león y del oso, también me librará del poder de ese filisteo. Anda, pues dijo Saúl, y que el Señor te acompañe.

En el campo de batalla cambiaron las tornas: ahora es David quien desafió a Goliat. Y actuó de forma rápida y directa.

45 David le contestó: Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del Señor Todopoderoso, el Dios de los ejércitos de Israel, a quien has desafiado.

49 Metiendo la mano en su bolsa sacó una piedra, y con la honda se la lanzó al filisteo, hiriéndolo en la frente. Con la piedra incrustada entre ceja y ceja, el filisteo cayó de bruces al suelo. 50 Así fue como David triunfó sobre el filisteo: lo hirió de muerte con una honda y una piedra, y sin empuñar la espada. 51 Luego corrió adonde estaba el filisteo, le quitó la espada y, desenvainándola, lo remató con ella y le cortó la cabeza.

Tan pronto terminó el combate, Saúl pidió saber de quien era ese muchacho. Un poco extraño, cuando en el capítulo anterior se ve como ya estaba tocando el arpa para él. ¿Un error?

57 Tan pronto como David regresó, después de haber matado a Goliat, y con la cabeza del filisteo todavía en la mano, Abner lo llevó ante Saúl. 58 ¿De quién eres hijo, muchacho? le preguntó Saúl. De Isaí de Belén, servidor de Su Majestad, respondió David.



1ª Samuel 18. Saúl envidia a David.


Desde ese momento David se quedó en palacio y no le permitió volver a la casa de su padre.

1-2 Una vez que David y Saúl terminaron de hablar, Saúl tomó a David a su servicio y, desde ese día, no lo dejó volver a la casa de su padre. Jonatán, por su parte, entabló con David una amistad entrañable y llegó a quererlo como a sí mismo.

Cualquier cosa que Saúl pedía a David la hacía siempre con excelencia y lo llegó a poner al frente de todo su ejército.

5 Cualquier encargo que David recibía de Saúl, lo cumplía con éxito, de modo que Saúl lo puso al mando de todo su ejército, con la aprobación de los soldados de Saúl y hasta de sus oficiales.

Pero Saúl envidaba a David porque el pueblo lo querían más que a él.

7 y exclamaban con gran regocijo: «Saúl mató a sus miles, ¡pero David, a sus diez miles!»

Le llegó a ofrecer a su hija Merab, pero él no se sentía digno de ser el yerno del rey.

Más tarde le ofreció a su otra hija Mical, que sí estaba enamorada de David. Se la ofreció a cambio de 100 prepucios filisteos.

25 Pero Saúl insistió: Díganle a David: “Lo único que el rey quiere es vengarse de sus enemigos, y como dote por su hija pide cien prepucios de filisteos”. En realidad, lo que Saúl quería era que David cayera en manos de los filisteos.

Lo que realmente quería Saúl es que cayera en manos de los filisteos y en este caso si que David luchó por conseguir a la otra hija de Saúl matando a 200 filisteos y entregando sus prepucios.

27 cuando David fue con sus soldados y mató a doscientos filisteos, cuyos prepucios entregó al rey para convertirse en su yerno. Así fue como Saúl le dio la mano de su hija Mical.

Saúl pudo ver que Dios estaba con David. Su temor aumentó y fue su enemigo para el resto de su vida.

28 Saúl se dio cuenta de que, en efecto, el Señor estaba con David, y de que su hija Mical lo amaba. 29 Por eso aumentó el temor que Saúl sentía por David, y se convirtió en su enemigo por el resto de su vida.



1ª Samuel 19. Saúl intenta matar a David


Saúl era un hombre enfermo y Dios lo castigó con un espíritu maligno. Su odio contra David fue tal que comentó a Jonatán y a sus más allegados que quería matarlo.

Jonatán advirtió a David del peligro, pero quiso preguntar directamente a su padre cómo lo pretendía hacerlo para avisar a David.

1 Saúl les comunicó a su hijo Jonatán y a todos sus funcionarios su decisión de matar a David. Pero, como Jonatán le tenía tanto afecto a David, 2 le advirtió: «Mi padre Saúl está buscando una oportunidad para matarte.

3 Yo saldré con mi padre al campo donde tú estés, y le hablaré de ti. Cuando averigüe lo que pasa, te lo haré saber».

Jonatán le recordó a su padre cómo David arriesgó su vida para luchar contra Goliat y que no había motivo alguno para desear su muerte.

4 Jonatán le habló a su padre Saúl en favor de David: ¡No vaya Su Majestad a pecar contra su siervo David! —le rogó—. Él no le ha hecho ningún mal; al contrario, lo que ha hecho ha sido de gran beneficio para Su Majestad. 5 Para matar al filisteo arriesgó su propia vida, y el Señor le dio una gran victoria a todo Israel. Su Majestad mismo lo vio y se alegró. ¿Por qué ha de pecar contra un inocente y matar a David sin motivo?

Saúl le jura a su hijo que no lo matará y eso permitió que volviera de nuevo a palacio.

6 Saúl le hizo caso a Jonatán, y exclamó: Tan cierto como que el Señor vive, te juro que David no morirá.

7 Entonces Jonatán llamó a David y, después de contarle toda la conversación, lo llevó ante Saúl para que estuviera a su servicio como antes.



Aunque estaba de vuelta en palacio no dejaba de intentar matarlo con una lanza de nuevo. ¡Esto es de locos!

Mandó a varios hombres para vigilarlo en su casa, para matarlo en su momento y tuvo que salir corriendo por la ventana... De película.

14 Cuando Saúl mandó a los hombres para apresar a David, Mical les dijo: «Está enfermo». 15 Pero Saúl los mandó de nuevo a buscar a David: «Aunque esté en cama, ¡tráiganmelo aquí para matarlo!» 16 Al entrar en la casa, los hombres vieron que lo que estaba en la cama era un ídolo, con un tejido de pelo de cabra en la cabeza. 17 Entonces Saúl le reclamó a Mical: ¿Por qué me has engañado así? ¿Por qué dejaste escapar a mi enemigo? Ella respondió: Él me amenazó con matarme si no lo dejaba escapar.

Una vez que David quedó a salvo, se fue a ver a Samuel para contarle todo lo ocurrido. Ambos se fueron a Nayot de Ramá.

Cuando Saúl lo supo, mandó a sus hombres para apresarlos, pero se encontraron con un grupo de profetas enviados por Samuel que estaban profetizando y el Espíritu de Dios vino con poder y cayeron en un trance profético. No sé exactamente qué es, pero me lo imagino.

Al saberlo Saúl, mandó a un segundo y un tercer grupo de hombres y todos ellos cayeron también en un trance profético.

Finalmente, Saúl se vio obligado a ir personalmente contra David y... también cayó en un trace profético, pero en su caso, algo más.

23 Saúl se dirigió entonces hacia allá, pero el Espíritu de Dios vino con poder también sobre él, y Saúl estuvo en trance profético por todo el camino, hasta llegar a Nayot de Ramá. 24 Luego se quitó la ropa y, desnudo y en el suelo, estuvo en trance en presencia de Samuel todo el día y toda la noche. De ahí viene el dicho: «¿Acaso también Saúl es uno de los profetas?»

Está claro que no se puede luchar contra Dios. Ni siquiera nosotros mismos quienes les conocemos nos podemos permitir pelear entre nosotros.

Mejor no lo hagamos, porque nos puede mandar “un trance profético” y cuando nos demos cuenta nos veamos desnudos como Saúl.


===== *** =====

Para la próxima semana empezaremos con el capítulo 20, donde veremos la especial relación no homosexual entre David y Jonatán, donde ambos se confían sus vidas y la de sus familias.

Seguiremos con el capítulo 21 donde David sigue huyendo y termina por refugiarse con el sacerdote Ajimeléc y come algo que no debería comer. Lo puedes descubrir por ti mismo. Son circunstancias extrañas que terminan llevándolo a la ciudad filistea de Gat. Estuvo más perseguido que Curro Jiménez por los montes de Andalucía.

¡¡¡Bendiciones!!!


05/03/2023
Estudio BIBLICO DOMINICAL.





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