sábado, 11 de marzo de 2023

LOS PROFETAS: 1ª Samuel (parte 8).

Como parte del estudio del profeta Samuel, seguiremos viendo de forma muy resumida los siguientes capítulos de 1ª Samuel, donde la historia se centrará en la vida de David.

Veremos la muerte de Samuel y también algunas cosas del profeta Gad.

Anteriormente vimos:

En el final del capítulo 19 vimos cómo Saúl mandó varias veces a sus hombre para apresar a David, pero no pudieron. Incluso él mismo fue con ellos y tampoco pudo, porque Dios no se lo permitía. Saúl no podía ir contra el ungido de Dios.

Saúl terminó bajo unas circunstancias muy humillantes. ¿No crees? Pero persistía en su empeño.



1ª Samuel 20. David y Jonatán.

El anterior capítulo se terminó con el “espectáculo” de Saúl ante la presencia de Samuel y David.

David huyó de allí para ir a ver a Jonatán y preguntarle por qué su padre lo quería matar.

1 David huyó de Nayot de Ramá y fue adonde estaba Jonatán. ¿Qué he hecho yo? le preguntó. ¿Qué crimen o delito he cometido contra tu padre, para que él quiera matarme?

El inocente de Jonatán no podía creérselo.

2 ¿Morir tú? ¡De ninguna manera! respondió Jonatán. Mi padre no hace nada, por insignificante que sea, sin que me lo diga. ¿Por qué me lo habría de ocultar? ¡Eso no es posible!

Jonatán se sentía muy seguro ante su padre y no lo creía posible.

4 Dime qué quieres que haga, y lo haré —le respondió Jonatán.

David le pide que ponga a prueba a Saúl. Al día siguiente sería la FIESTA DE LUNA NUEVA donde todos deberán comer juntos con el rey. “Si me echa de menos dile que que estoy comiendo con mi familia en Belén y si se enfada, sabrás que me quiere matar”.

Era una fiesta de 2 días y al segundo día preguntó por él y lógicamente se enfureció en extremo. Idearon la forma para comunicar el resultado, sin que David tuviera que salir de su escondite.

Allí mismo hicieron un juramento de mutua protección.

15 ¡Nunca dejes de ser bondadoso con mi familia, aun cuando el Señor borre de la faz de la tierra a todos tus enemigos! 16 ¡Que el Señor pida cuentas de esto a tus enemigos! De ese modo Jonatán hizo un pacto con la familia de David, 17 pues quería a David como a sí mismo. Por ese cariño que le tenía, le pidió a David confirmar el pacto bajo juramento.

David pudo escuchar cómo Jonatán le decía a su criado “ve más lejos por la flecha”, confirmando lo que no quería oír: que tenía que huir porque su vida estaba en peligro y tenía que abandonar su vida de palacio.

Cuando marchó el criado de Jonatán, David salió a su encuentro, para despedirse y recordar ambos el pacto realizado para ellos y sus familias.

41 En cuanto el criado se fue, David salió de su escondite y, luego de inclinarse tres veces, se postró rostro en tierra. En seguida se besaron y lloraron juntos, hasta que David se desahogó. 42 «Puedes irte tranquilo —le dijo Jonatán a David—, pues los dos hemos hecho un juramento eterno en nombre del Señor, pidiéndole que juzgue entre tú y yo, y entre tus descendientes y los míos». Así que David se fue, y Jonatán regresó a la ciudad.



1ª Samuel 21:1-9. David en Nob.

Nob era en ese momento una ciudad de sacerdotes (1ª Samuel 22:18), aunque no se especifica entre los lugares que Josué asignó, su puede ver que lo era y en 1ª Samuel 21:6 que el Tabernáculo estaba allí.

Es curioso que desde la muerte de Elí no se menciona más el Tabernáculo hasta ese momento. La ciudad de Nob todavía no ha sido identificado, pero se piensa que podría estar cerca de Jerusalén (que por aquel entonces se conocía como Jebus de los jebuseos). En el mapa se indica por dónde podría estar.

¿Por qué fue allí David? ¿A refugiarse? ¿A buscar la voluntad de Dios? Pues seguramente para ambas cosas y para procurar alimentos y armas, porque con las prisas, en su huida no pudo llevarse nada.

David recurre a la mentira y el sacerdote le ofrece la poca comida que tiene y la espada de Goliat que estaba allí guardada.

1 Cuando David llegó a Nob, fue a ver al sacerdote Ajimélec, quien al encontrarse con David se puso nervioso. ¿Por qué vienes solo? le preguntó. ¿Cómo es que nadie te acompaña? 2 David le respondió: Vengo por orden del rey, pero nadie debe saber a qué me ha enviado ni cuál es esa orden. En cuanto a mis hombres, ya les he indicado dónde encontrarnos.

3 ¿Qué provisiones tienes a mano? Dame unos cinco panes, o algo más que tengas. 4 No tengo a la mano pan común y corriente —le contestó el sacerdote—. Podría darte el pan consagrado, si es que tus hombres se han abstenido por lo menos de estar con mujeres.

8 Más tarde, David le preguntó a Ajimélec: ¿No tienes a la mano una lanza o una espada? Tan urgente era el encargo del rey que no alcancé a tomar mi espada ni mis otras armas. 9 El sacerdote respondió: Aquí tengo la espada del filisteo Goliat, a quien mataste en el valle de Elá. Está detrás del efod, envuelta en un paño. Puedes llevártela, si quieres. Otras armas no tengo. Dámela dijo David. ¡Es la mejor que podrías ofrecerme!



1ª Samuel 21:10-15. David en Gat.

Ese mismo día salió de allí para ver al rey filisteo de Gat. No tenía dónde esconderse.

David era famoso y los oficiales del rey de Gat lo reconocieron enseguida.

10 Ese mismo día David, todavía huyendo de Saúl, se dirigió a Aquis, rey de Gat. 11 Los oficiales le dijeron a Aquis: ¿No es este David, el rey del país? ¿No es él por quien danzaban, y en los cantos decían: «Saúl mató a sus miles, pero David, a sus diez miles»?

Se tuvo que hacer el loco para que lo dejaran vivir y el rey filisteo mandó dejarlo en paz.

12 Al oír esto, David se preocupó y tuvo mucho miedo de Aquis, rey de Gat. 13 Por lo tanto, fingió perder la razón y, en público, comenzó a portarse como un loco, haciendo garabatos en las puertas y dejando que la saliva le corriera por la barba.


1ª Samuel 22:1-5 David huye a Adulán y a Mizpa.

Como no podía estar tampoco con los filisteos se ocultó en la cueva de Adulán y su familia fueron a verlo.

Se juntaron con David muchos hombres que estaban fuera de la ley (se le unieron muchos otros que estaban en apuros, cargados de deudas o amargados). “Lo mejorcito de cada casa...”

Llegó a tener a 400 hombre bajo su mando.

De allí se fue a Mizpa en Moab. Si era en Moab, tenía que ser al oeste del Jordán y podría ser otra Mizpa diferente. ¿Es un error o es otra Mizpa?. Lo cierto es que salió fuera del reino de Israel para pedir protección para su familia, mientras él estuviera refugiado.

Es curioso que tuviera que estar refugiado siendo el ungido de Dios y futuro rey de Israel. Para pensar...

Y termina el pasaje con la presencia de un nuevo Profeta. Se trata de Gad para aconsejar correctamente a David.

5 Pero el profeta Gad le dijo a David: «No te quedes en el refugio. Es mejor que regreses a la tierra de Judá». Entonces David se fue de allí, y se metió en el bosque de Jaret.

Es la primera vez que se menciona al profeta Gad y no se vuelve a mencionar hasta que David sube al trono.

¿Quién era ese profeta? Fue uno de los cronistas del reinado de David (1ª Crónicas 29:29); ayudó en el arreglo de los servicios musicales en el Templo (2ª Crónicas 29:25); y fue enviado por Dios para que David eligiera el castigo por haber pecado al realizar el censo de sus soldados (2ª Samuel 21:11 y siguientes).



1ª Samuel 22:6-23 Saúl elimina a los sacerdotes de Nob

Saúl seguía al acecho para “cazar” a David. Llegó a pensar que sus oficiales estaban en favor de David y que conspiraban contra él.

Conocía el pacto realizado entre David y Jonatán. Supongo que sería algo muy difícil de digerir para él.

Un oficial edomita le dijo que vio a David en Nob.

9 Doeg el edomita, que se encontraba entre los oficiales de Saúl, le dijo: Yo vi al hijo de Isaí reunirse en Nob con Ajimélec hijo de Ajitob. 10 Ajimélec consultó al Señor por David y le dio provisiones, y hasta le entregó la espada de Goliat.

11 Entonces el rey mandó a llamar al sacerdote Ajimélec hijo de Ajitob, y a todos sus parientes, que eran sacerdotes en Nob.

Lo llamó para pedir explicaciones. Saber de viva voz por qué estaba conspirando contra su rey.

13 ¿Por qué tú y el hijo de Isaí conspiran contra mí? —le reclamó Saúl—. Le diste comida y una espada. También consultaste a Dios por él para que se subleve y me aceche, como en realidad está pasando.

14 Ajimélec le respondió al rey: ¿Quién entre todos los oficiales del rey es tan fiel como su yerno David, jefe de la guardia real y respetado en el palacio? 15 ¿Es acaso esta la primera vez que consulto a Dios por él? ¡Claro que no! No debiera el rey acusarnos ni a mí ni a mi familia, pues de este asunto su servidor no sabe absolutamente nada.

Inmediatamente Saúl mandó matarlo a él y toda su familia, pero los oficiales del rey no se atrevieron a levantar la mano contra los sacerdotes del Señor.

Así que Saúl ordenó a Doeg el edomita que lo hiciera él. Aquel día murieron 85 hombres que tenían puesto el efod de lino (sacerdotes) y luego fue a Nob a matar a todo lo que pilló por delante: hombre, mujeres, niños, recién nacidos y hasta los bueyes, asnos y ovejas. Hizo lo que Saúl no cumplió con los amalecitas.

Al saber David de todo eso se sintió culpable, porque estando en Nob vio a Doeg y el sabía que él avisaría a Saúl y que algo así podría ocurrir.



1ª Samuel 23:1-6 David libera la ciudad de Queilá.

Queilá era una ciudad fortificada, nombrada por Josué cuando relacionó las ciudades que serían para la tribu de Judá.

Era fronteriza con la tierra de los filisteos y ellos la atacaron y saquearon.

David le preguntó a Dios por 2 ves, para saber si tenía que ir contra los filisteos y 2 veces le dijo que fuera y Queilá fue liberada por David.



1ª Samuel 23:7-29 Saúl sigue persiguiendo a David

Se dice que un país es avanzado cuando tiene un buen servicio de contra-inteligencia. Pues aquí se observa, que ambos bandos lo tenían y muy buenos por cierto, porque sabían muy bien por dónde se movía cada uno. Andaban como el perro y el gato.

Pues cuando Saúl supo que David estaba en Queilá, se apresuró para ir contra él, porque sabía que era una ciudad fortificada y que sería “una ratonera” para David y sus hombres.

Dios muestra a David que deben irse y huyen al desierto de Zif. Al enterarse Saúl que ya no esta David “en la ratonera” desiste de ir contra él.

Estando en Hores, en el desierto de Zif, Jonatán fue a ver a David para animarlo.

16 Jonatán hijo de Saúl fue a ver a David en Hores, y lo animó a seguir confiando en Dios. 17 «No tengas miedo —le dijo—, que mi padre no podrá atraparte. Tú vas a ser el rey de Israel, y yo seré tu segundo. Esto, hasta mi padre lo sabe». 18 Entonces los dos hicieron un pacto en presencia del Señor, después de lo cual Jonatán regresó a su casa y David se quedó en Hores.


El asedio contra David no tenía tregua y se tenía que esconder en los lugares más remotos e inhóspitos. En este caso bajó hasta el desierto de Araba.

24 Los de Zif se despidieron de Saúl y volvieron a su tierra. Mientras tanto, David y sus hombres se encontraban en el desierto de Maón, en el Arabá, al sur del desierto. 25 Cuando le avisaron a David que Saúl y sus hombres venían en su búsqueda, bajó al peñasco del desierto de Maón. Al enterarse de esto, Saúl dirigió la persecución hacia ese lugar.


Cuando Saúl estaba a punto de encerrar a David en el Desierto, lo avisan que los filisteos de nuevo estaban cargando contra Israel y tuvo que dejar la búsqueda. Menos mal.

27 cuando un mensajero llegó y le dijo a Saúl: «¡Apresúrese, Su Majestad, que los filisteos están saqueando el país!» 28 Saúl dejó entonces de perseguir a David y volvió para enfrentarse con los filisteos. Por eso aquel sitio se llama Sela Hamajlecot. 29 Luego David se fue de allí para establecerse en los refugios de Engadi.

Finalmente David subió a Engadi para descansar de tanto desierto y “darse un baño”. A través de los filisteos consiguió una pequeña tregua, para reponer fuerzas. Porque un bonito oasis en el desierto nunca viene mal a nadie.



1ª Samuel 24. David le perdona la vida a Saúl.

Cuando Saúl terminó de luchar contra los filisteos, le informaron que David se encontraba en el desierto de Engadi, junto al Mar Muerto.

Saúl salió contra él con 3 batallones y por el camino entró en una cueva para hacer sus necesidades (…).

David estaba justo al fondo de esa misma cueva junto con sus hombres y tuvo la oportunidad de matar a Saúl de forma sencilla y sin nigún tipo de riesgo, pero se negó porque Saúl era el ungido de Dios.

Al terminar Saúl de lo suyo y salir al exterior, salió también David para mostrar sus respetos y que él no tiene intención de matarlo. Le mostró parte de su manto, que le cortó mientra estaba dentro de la cueva.

Saúl le respondió.

16 Cuando David terminó de hablar, Saúl le preguntó: David, hijo mío, ¡pero si eres tú quien me habla! Y alzando la voz, se echó a llorar. 17 Has actuado mejor que yo —continuó Saúl—. Me has devuelto bien por mal. 18 Hoy me has hecho reconocer lo bien que me has tratado, pues el Señor me entregó en tus manos, y no me mataste.

19 ¿Quién encuentra a su enemigo y le perdona la vida? ¡Que el Señor te recompense por lo bien que me has tratado hoy! 20 Ahora caigo en cuenta de que tú serás el rey, y de que consolidarás el reino de Israel.

21 Júrame entonces, por el Señor, que no exterminarás mi descendencia ni borrarás el nombre de mi familia. 22 David se lo juró. Luego Saúl volvió a su palacio, y David y sus hombres subieron al refugio.

Saúl se “arrepiente”, reconoce que será el nuevo rey, le hace jurar que no exterminará su descendencia, pero al final de todo, Saúl se vuelve a su palacio y David se vuelve a esconder en su refugio.

¡Qué bonito! Mucho arrepentimiento, pero David seguía en peligro.



1ª Samuel 25. David, Nabal y Abigaíl.

En medio de toda esta historia, casi como de puntillas se anuncia la muerte de Samuel. Fue enterrado en Ramá en la tierra de sus padres y donde vivió. Y el pueblo hizo duelo por él.

25 Samuel murió, y fue enterrado en Ramá, donde había vivido. Todo Israel se reunió para hacer duelo por él. Después de eso David bajó al desierto de Maón.

Aquí terminamos con el profeta Samuel. Su vida y su legado fueron ejemplares y muy importantes para el pueblo de Israel.

Fue un líder honesto, como se pudo ver en su discurso de despedida. Sentó las bases para pasar de un pueblo liderados por Jueces (o caudillos), a una nación liberada por un rey. Trabajó por la unidad y avisó en todo momento las consecuencias de ser infieles a Dios.

Es injusto meter la muerte de Samuel en este capitulo. ¿No crees?

Pero mientras tanto... David seguía refugiado en el desierto de Maón...

Nos cuenta el libro de Samuel que en Maón había un hombre muy rico y David le pidió ayuda a través de sus hombres, porque tiempo atrás también David les protegió en el pasado. Nabal respondió:

10 Pero Nabal les contestó: ¿Y quién es ese tal David? ¿Quién es el hijo de Isaí? Hoy día son muchos los esclavos que se escapan de sus amos. 11 ¿Por qué he de compartir mi pan y mi agua, y la carne que he reservado para mis esquiladores, con gente que ni siquiera sé de dónde viene?

Todo lo que tenía este hombre de rico, lo tenía también de grosero y no hizo caso a la petición de David. Le provocó a ira, al punto que salió a su encuentro para matarlo a él y a todo el que estuviera con él.

Menos mal que uno de los criados de Nabal habló con su esposa Abigaíl y la puso al día de todo.

14 Uno de los criados avisó a Abigaíl, la esposa de Nabal: «David envió desde el desierto unos mensajeros para saludar a nuestro amo, pero él los trató mal. 15 Esos hombres se portaron muy bien con nosotros. En todo el tiempo que anduvimos con ellos por el campo, jamás nos molestaron ni nos quitaron nada. 16 Día y noche nos protegieron mientras cuidábamos los rebaños cerca de ellos. 17 Piense usted bien lo que debe hacer, pues la ruina está por caer sobre nuestro amo y sobre toda su familia. Tiene tan mal genio que ni hablar se puede con él».

Abigaíl preparó comida para todos ellos y lo cargo sobre unos asnos para salir al encuentro de David y evitar la masacre.

Cuando vio venir a David y sus hombre, se bajo y se postró a sus pies.

24 Se arrojó a sus pies y dijo: Señor mío, yo tengo la culpa. Deje que esta sierva suya le hable; le ruego que me escuche. 25 No haga usted caso de ese grosero de Nabal, pues le hace honor a su nombre, que significa “necio”. La necedad lo acompaña por todas partes. Yo, por mi parte, no vi a los mensajeros que usted, mi señor, envió.

26 »Pero ahora el Señor le ha impedido a usted derramar sangre y hacerse justicia con sus propias manos. ¡Tan cierto como que el Señor y usted viven! Por eso, pido que a sus enemigos, y a todos los que quieran hacerle daño, les pase lo mismo que a Nabal.

27 Acepte usted este regalo que su servidora le ha traído, y repártalo entre los criados que lo acompañan.

Desde luego que tenía “un piquito de oro” y evitó la masacre.

30 Así que, cuando el Señor le haya hecho todo el bien que le ha prometido, y lo haya establecido como jefe de Israel, 31 no tendrá usted que sufrir la pena y el remordimiento de haberse vengado por sí mismo, ni de haber derramado sangre inocente. Acuérdese usted de esta servidora suya cuando el Señor le haya dado prosperidad».

Este diálogo parece casi un cortejo. ¿No te parece? Lee el texto completo y dime qué ves.

32 David le dijo entonces a Abigaíl: ¡Bendito sea el Señor, Dios de Israel, que te ha enviado hoy a mi encuentro! 33 ¡Y bendita seas tú por tu buen juicio, pues me has impedido derramar sangre y vengarme con mis propias manos!

34 El Señor, Dios de Israel, me ha impedido hacerte mal; pero te digo que, si no te hubieras dado prisa en venir a mi encuentro, para mañana no le habría quedado vivo a Nabal ni uno solo de sus hombres. ¡Tan cierto como que el Señor vive!

Cuando Abigaíl volvió a casa, vio que su marido estaba dando un banquete y estaba demasiado borracho como para decirle nada.

Al día siguiente al contarle lo sucedido, Nabal tuvo un ataque al corazón y quedó paralizado. Murió a los pocos días.

Cuando David se enteró de lo sucedido, dio gracias por no haber ido contra él y mando mensajeros a Abigaíl para pedirle matrimonio. No perdió el tiempo.

39 Cuando David se enteró de que Nabal había muerto, exclamó: «¡Bendito sea el Señor, que me ha hecho justicia por la afrenta que recibí de Nabal! El Señor libró a este siervo suyo de hacer mal, pero hizo recaer sobre Nabal su propia maldad». Entonces David envió un mensaje a Abigaíl, proponiéndole matrimonio.

40 Cuando los criados llegaron a Carmel, hablaron con Abigaíl y le dijeron: David nos ha enviado para pedirle a usted que se case con él.

41 Ella se inclinó, y postrándose rostro en tierra dijo: Soy la sierva de David, y estoy para servirle. Incluso estoy dispuesta a lavarles los pies a sus criados.

David se caso con 2 nuevas esposas: con Ajinoán y con Abigaíl.

Por su parte Saúl entregó a su hija Mical (anterior esposa de David) a otro hombre. Cosas de palacio.

43 David también se había casado con Ajinoán de Jezrel, así que ambas fueron sus esposas. 44 Saúl, por su parte, había entregado su hija Mical, esposa de David, a Paltiel hijo de Lais, oriundo de Galín.



1ª Samuel 26. David le perdona de nuevo la vida a Saúl.

Aquí tenemos un pasaje muy parecido al capítulo 24, donde David tiene la oportunidad de matar de nuevo a Saúl. No lo hace y además lo avergüenza a él y a todo su ejército.

Saúl sale de nuevo con 3 batallones a cazar a David y nuevamente en el desierto de Zif.

David bajó de noche al campamento junto con Abisay y lo vio durmiendo junto con Abner y su ejército.

Con sigilo, David toma la lanza y su jarra de agua y nadie los vio pasar por el campamento.

De noche siempre hay guardia que deben custodiar al ejército y más al rey, pero nadie se percató de su presencia. A la mañana siguiente:

13 David cruzó al otro lado y se detuvo en la cumbre del monte, de modo que había una buena distancia entre ellos. 14 Entonces llamó al ejército y a Abner hijo de Ner: ¡Abner! ¿Me oyes? Abner replicó: ¿Quién le está gritando al rey?

15 David le contestó: ¿No eres tú el valiente sin par en Israel? ¿Cómo es que no has protegido a tu señor el rey? Te cuento que uno del pueblo entró con la intención de matarlo. 16 ¡Lo que has hecho no tiene nombre! Tan cierto como que el Señor vive, que ustedes merecen la muerte por no haber protegido a su rey, el ungido del Señor. A ver, ¿dónde están la lanza del rey y el jarro de agua que estaban a su cabecera?

17 Saúl, que reconoció la voz de David, dijo: David, hijo mío, ¡pero si eres tú quien habla! Soy yo, mi señor y rey —respondió David—.

18 ¿Por qué persigue mi señor a este siervo suyo? ¿Qué le he hecho? ¿Qué delito he cometido?

Lo mismo que en el capítulo 24: muy buenas palabras pero al final Saúl se fue a Palacio y David siguió su camino para protegerse de él.

22 David respondió: Su Majestad, aquí está su lanza. Mande usted a uno de sus criados a recogerla. 23 Que el Señor le pague a cada uno según su rectitud y lealtad, pues hoy él lo había puesto a usted en mis manos, pero yo ni siquiera me atreví a tocar al ungido del Señor. 24 Sin embargo, así como hoy valoré la vida de usted, quiera el Señor valorar mi propia vida y librarme de toda angustia. 25 ¡Bendito seas, David, hijo mío! —respondió Saúl—. Tú harás grandes cosas, y en todo triunfarás. Luego David siguió su camino, y Saúl regresó a su palacio.

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El próximo día terminaremos 1ª Samuel e intentaremos avanzar con los primeros capítulos de 2ª Samuel para no perder el ritmo.

¡¡¡Bendiciones!!!


12/03/2023

Estudio BIBLICO DOMINICAL.





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