La semana anterior pudimos ver el castigo de Dios por la dureza de su corazón, además de todo un conjunto de advertencias y lamentos de parte de Dios por su pueblo.
También vimos como se nos advertía de las consecuencias de un arrepentimiento momentáneo y no genuino.
Un auténtico arrepentimiento debe ser perdurable en el tiempo, que provoca cambios reales en nosotros y en nuestro estilo de vida. El arrepentimiento no es sólo mientras dure la “tormenta” y justo es eso lo que pedía Dios a su pueblo y nos sigue pidiendo a nosotros.
En el día de hoy terminaremos el libro de Amós con las 5 visiones y la promesa de la Restauración de Israel al final.
- Del enjambre de langostas (Amós 7:1-3).
- Del fuego (Amós 7:4-6).
- De la pared y la plomada (Amós 7:7-9).
- Del canasto de la fruta de verano (Amós 8).
- De Dios parado sobre el altar (Amós 9:1-10).
Amós 7:1-9. Visiones del castigo.
En estos próximos versículos tenemos un diálogo directo entre Dios y el profeta Amós, a partir de las visiones que Dios le va mostrando, donde Amós no deja de interceder por Israel.
1 Esto es lo que el Señor y Dios me mostró: empezaba a crecer la hierba después de la siega que corresponde al rey y vi al Señor preparando enjambres de langostas. 2 Cuando las langostas acababan con la hierba de la tierra, exclamé: ¡Señor mi Dios, te ruego que perdones a Jacob! ¿Cómo va a sobrevivir, si es tan pequeño?
Nos dice que después de haber segado la primera cosecha para el rey, sería enviada una plaga de langostas al inicio de la siguiente que sería para el pueblo y el profeta le ruega para que no fuere así, porque sería la destrucción total de su pueblo.
Ya sabemos que era un reino muy pequeño, pero además no contaba con muchos recursos naturales y por ello le estaba rogando a Dios para que no permitiera su destrucción. Me recuerda como cuando Moisés también intercedía por Israel en el desierto.
Algunos comentaristas dicen que el relato podría no ser tan literal, sino que se podría estar refiriendo a la futura invasión del rey de Asiria, tal y como se relata en 2ª Reyes 15:19.
19 Tiglat Piléser, rey de Asiria, invadió el país y Menajem le entregó mil talentos de plata para ganar su apoyo y mantenerse en el trono.
Ya pudimos ver con anterioridad como el rey Menajen de Israel tuvo que hacer una “recolecta” entre los ricos del reino para pagar a los asirios y eso permitió que se fueran y tener una paz momentánea.
Sea como fuere, termina la visión con la respuesta misericordiosa de Dios.
3 Entonces el Señor se compadeció y dijo: Esto no va a suceder.
Sigamos viendo el pasaje con la segunda visión de Amós.
4 Esto es lo que el Señor y Dios me mostró: Vi al Señor y Dios llamar a juicio con un fuego que devoraba el gran abismo y consumía los campos. 5 Y exclamé: ¡Detente, Señor mi Dios, te lo ruego! ¿Cómo sobrevivirá Jacob, si es tan pequeño?
En este caso lo que vio el profeta Amós no era la amenaza de nada exterior, sino que era Dios mismo quien en la visión estaba impartiendo justicia, mandando fuego sobre esos mismos campo, pero Amós rogó por Israel porque vio que no sobreviviría a ello.
Y nuevamente Dios le responde igual a Amós. El poder de la oración se manifiesta de nuevo aquí.
6 Entonces el Señor se compadeció y dijo: Esto tampoco va a suceder.
Pero no se queda ahí el texto, porque nos presenta una tercera visión que completa a las dos anteriores.
7 Esto es lo que me mostró: El Señor estaba de pie junto a un muro construido a plomo y tenía una cuerda de plomada en la mano.
8 Y el Señor me preguntó: ¿Qué ves, Amós? Una cuerda de plomada —respondí. Entonces el Señor dijo: Mira, voy a tirar la plomada en medio de mi pueblo Israel; no volveré a perdonarlo.9 »Los altares paganos de Isaac serán destruidos y quedarán en ruinas los santuarios de Israel; me levantaré con espada contra la casa de Jeroboán».
Una plomada de albañil es un instrumento empleado para verificar si una pared esta derecha. Una pared que no está derecha se puede derrumbar a la larga y era lo que Dios le estaba mostrando a Amós con ese ejemplo.
Ya no era cuestión de enviar una plaga o el propio fuego, porque el pueblo se Israel terminaría por desplomarse.
Dios quería que fuera recto con Él. Quería que no siguieran pecando contra Él. La Palabra de Dios es nuestra “plomada”, que nos permite conocer nuestra conciencia de pecado y orientar nuestras vidas a lo que Dios pide de nosotros.
¿Está nuestra pared derecha o está edificada “a ojo”? ¿Permanecerá derecha y firme o terminará por desplomarse, como pasó con el reino de Israel? Tengamos siempre a mano la “plomada”.
Amós 7:10-17. Amasías contra Amós.
A menudo los profetas como Amós eran vistos como traidores. Llegado el caso ellos se sentían libres para hablar contra del rey y sus consejeros. Exponían sus pecados y podían cuestionar su autoridad.
10 Entonces Amasías, sacerdote de Betel, envió un mensaje a Jeroboán rey de Israel: «Amós está conspirando contra ti en medio de Israel. La tierra no puede soportar sus palabras, 11 porque anda diciendo: »“Jeroboán morirá a espada e Israel será llevado cautivo lejos de su tierra”».
Amasías era el Jefe de los sacerdotes en Betel y al escuchar las palabras de Amós informó al rey. No podía soportar sus palabras, ni tampoco su presencia allí porque podría alterar el “orden establecido”.
Así que, el rey lo vio como una amenaza y un enemigo, en lugar de verlo como alguien que le estaba ayudando a él y a la propia nación.
Vemos a continuación la lucha entre Amasías y Amós.
12 Entonces Amasías dijo a Amós: ¡Vete de aquí, vidente! ¡Si quieres ganarte el pan profetizando, vete a la tierra de Judá! 13 No vuelvas a profetizar en Betel, porque este es el santuario del rey; es el templo del reino.14 Amós respondió a Amasías: Yo no soy profeta ni hijo de profeta, sino que soy pastor y cultivo higos silvestres. 15 Pero el Señor me sacó de detrás del rebaño y me dijo: “Ve y profetiza a mi pueblo Israel”.16 Así que oye la palabra del Señor. Tú dices: »“No profetices contra Israel; deja de predicar contra los descendientes de Isaac”.17 »Por eso, así dice el Señor: »“Tu esposa se prostituirá en la ciudad y tus hijos y tus hijas caerán a espada. Tu tierra será medida y repartida, tú mismo morirás en un país pagano e Israel será llevado cautivo lejos de su tierra”».
El profeta Amós, una persona seguramente sin preparación alguna obedece a Dios y sale de su tierra para predicar lo que Dios le pidió, contra el rey Jeroboán II y contra el orden religioso establecido, que estaba totalmente de espaldas a Dios.
En el versículo 17 profetiza directamente contra el sacerdote Amasías, además de mostrar como será el final colectivo de todos: “morirás en un país pagano e Israel será llevado cautivo lejos de su tierra”.
Amós 8. Una canasta de fruta madura.
En cada visión Dios da como un paso más para explicar lo que sería inevitable.
En este caso pone de ejemplo a una canasta de fruta madura. Podría haber sido de fruta verde aún sin madurar, pero no fue así, sino madura como el juicio de Dios contra Israel.
1 Esto es lo que el Señor y Dios me mostró: una canasta de fruta madura 2 y me preguntó: «¿Qué ves, Amós?». «Una canasta de fruta madura», respondí. Entonces el Señor me dijo: «Ha llegado el tiempo de que Israel caiga como fruta madura; no volveré a perdonarlo.
Sigue el texto diciendo que en palacio ya no se oirá música agradable, sino de lamento y luto, porque habrá muchos muertos.
También hace un llamamiento expreso a quienes pisotea a los necesitados y extermina a los pobres. Y también denuncia la corrupción en los sacrificios religiosos donde se trucaba las medidas y se vendía a los pobre aquello que no se debía hacer.
7 El Señor ha jurado por el orgullo de Jacob: «Jamás olvidaré nada de lo que han hecho. 8 »¿Y con todo esto no temblará la tierra? ¿No se enlutarán sus habitantes? Subirá la tierra entera como el Nilo; se agitará y bajará, como el río de Egipto.
¡Basta ya! ¡Hasta aquí hemos! Dios no podía soportar todo ese pecado por más tiempo.
Describe que el final sería terrible, a tal punto que en esos momentos la gente no podrían encontrar el consuelo de Dios.
12 La gente vagará sin rumbo de mar a mar; andarán errantes del norte al este, buscando la palabra del Señor, pero no la encontrarán.
Más bien se debe entender que el pueblo no deseaba la Palabra de Dios, cuando profetas como Amós le hablaban. Debido a la apatía, Dios dijo que les quitaría la oportunidad de escuchar su Palabra.
Para nosotros que tenemos la Palabra de Dios, sabemos de su importancia para nuestras vidas y no podemos vivir sin ella.
¿Pero qué pasa con aquellos que no la tienen? ¿Podrían estar viviendo en circunstancias similares al reino de Israel? Lo podemos comentar juntos.
Amós 9:1-10. Israel será destruida.
Aquí tenemos a la quinta y última visión de Amós. Si clara fue la anterior contra el pueblo de Israel, en esta ocasión va en contra el sistema religioso establecido, que era totalmente idólatra.
1 Vi al Señor de pie junto al altar y él dijo: «Golpea los capiteles de las columnas para que se estremezcan los umbrales y caigan en pedazos sobre sus cabezas. A los que queden los mataré a espada. Ni uno solo escapará, ninguno saldrá con vida.
El castigo de Dios comenzará en el altar, porque era el centro de la vida de la nación y donde el pueblo esperaba la protección y la bendición. ¡Pues se acabaría la protección y no quedaría nadie!
Y aunque se huyeran a lo más alto, al mar o al desierto, nadie tendría escapatoria. Pero aun así, Israel no será borrado de todo.
8 «Por eso los ojos del Señor y Dios están sobre este reino pecador. Borraré de la faz de la tierra a los descendientes de Jacob, aunque no del todo», afirma el Señor.
¿Cómo es posible tener todavía misericordia para no borrar del todo a su pueblo? La historia demuestra que aunque Asirio los destruyó por completo y los deportó, no todos fueron muerto o deportados, sino que algunos consiguieron escapar al reino de Judá o otros lugares y son justo estos a los que se refiere. ¿No crees?
Amós 9:11-15. Restauración de Israel.
El libro de Amós podría terminar aquí, pero no quiere sin dar un paso más y en este caso a la esperanza.
Aunque tuvieron que pagar por vivir de espaldas a Dios, ofrece en los versículos finales la llegada de la Restauración de Israel. ¿Pero como se puede restaurar aquello que ha sido destruido y ya no es? Leamos los versículos finales de Amós y luego podremos comentarlos juntos.
11 »En aquel día »restauraré la casa caída de David. Repararé sus grietas, restauraré sus ruinas y la reconstruiré tal como era en días pasados, 12 para que ellos posean el remanente de Edom y todas las naciones sobre las que se ha invocado mi nombre», afirma el Señor, quien hará estas cosas.13 «Vienen días», afirma el Señor, «en los cuales el que ara alcanzará al segador y el que pisa las uvas, al sembrador. Los montes destilarán vino dulce, el cual correrá por todas las colinas. 14 Restauraré a mi pueblo Israel; ellos reconstruirán las ciudades arruinadas y vivirán en ellas. Plantarán viñedos y beberán su vino; cultivarán huertos y comerán sus frutos.15 Plantaré a Israel en su propia tierra, para que nunca más sea arrancado de la tierra que yo le di», dice el Señor tu Dios.
El pacto que Dios hizo con David estableció que uno de sus descendientes estaría sentado en el trono para siempre (2ª Samuel 7:12-16).
El exilio hizo que esto fuera imposible. Sin embargo, en ese tiempo Dios levantará y restaurará el reino según lo prometido. Esta era una promesa tanto para Judá como para Israel, que no se cumpliría en un gobernante político terrenal, sino posteriormente en el Mesías, que renovaría el reino espiritual y gobernaría para siempre.
En esos tiempos el pueblo de Judá e Israel había perdido la visión del cuidado y el amor que Dios tenía para con ellos.
Amós anunció las advertencias de destrucción a causa de su maldad. ¿Qué podemos aprender de este libro de Amós?
Debemos asumir que asistir a la Iglesia aunque es bueno, no es suficiente. Dios quiere que creer en Él penetre en todas las áreas de nuestras vidas, para permitir alcanzar a otras personas.
Debemos permitir que las palabras de Amós nos inspiren a vivir fielmente como Dios anhela.
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El próximo día Roland seguirá con el profeta Oseas. Leamos los primeros capítulos para poder compartir todos de la lección.
¡¡¡Que Dios os bendiga!!!
10/03/2024
Escuela Bíblica Dominical
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