Hoy nos hemos levantado con la noticia de un terremoto en el Caribe, pero el auténtico terremoto político en estos días ha sido la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca.
En los escasos 20 días que lleva en el sillón presidencial no cabe duda de que ha puesto patas arriba a todo el mundo y nos tiene francamente descolocados.
¿Pero hasta donde puede llegar Trump? ¿Realmente va a llevar a cabo todo lo que está diciendo?
De momento ya casi ha borrado el legado de Joe Biden. ¿Quién se acuerda ya de él? Ha empezado poniendo orden en casa y casi de forma simultanea ha empezado a implementar su programa presidencial.
Entre otras cosas, quiere cambiar el nombre del Golfo de México por el Golfo de América y también se quiere quedar con la Franja de Gaza. ¿Gaza?
La jugada es muy inteligente y una gran apuesta dentro muy inestable campo de juego de Oriente Medio. Pero yo apostaría también por cambiar el nombre a la franja, para llamarla a partir de ahora la "Franja de Trump".
Se especula mucho desde todos los ámbitos, pero su propuesta ha sido la única propuesta real para dar solución al problema de los gazatíes. Nos podrá gustar más o menos, pero hasta hoy no hay otra propuesta creíble encima de la mesa.
Me temo que pasado un tiempo prudencial donde dará lugar a que todos los políticos y naciones digan las mismas ideas de siempre, que no han sabido implementar, se vea Trump con la autoridad para demostrar que él es capaz de solucionar este conflicto definitivamente, que se lleva arrastrando desde hace demasiado tiempo.
Desde que se fundó la ONU, nunca se supo entender que Liga de las Naciones otorgaba derechos políticos exclusivos a los judíos en Palestina; a su tierra ancestral. Derechos igualmente expuestos en el Mandato Británico para Palestina y reafirmados en la Conferencia de San Remo.
Esta postura distorsionada de la ONU ha permitido ayudar que lleguemos a la situación actual, que tanto dolor ha generado a árabes como a judíos.
Ya es hora de dar una solución definitiva, que permita eliminar el terrorismo en toda la zona, que pueda permitir a todos vivir con dignidad y crear prosperidad y futuro para las siguientes generaciones.
Nosotros en España hemos vivido el dolor del terrorismo. Nunca en esos mismos términos, pero nunca hemos permitido una negociación con una pistola encima de la mesa, como está pasando Hamas y sus socios. No puede construirse la paz, mientras exista el terrorismo genocida.
Y puestos a imaginar, si se tiene que desplazar de forma temporal a los árabes palestinos, que sea a Irán. Ya que ellos son los financiadores de todo este despropósito, que se encarguen también de recibir a los árabes palestinos. Sin su intervención, nunca se hubiéramos llegado al 7 de octubre pasado.
No sería justo dar esa carga a Jordania y Egipto, pero a Irán sí. Y sin olvidar de que Irán deberá también desmontar su programa nuclear y balístico, porque como han demostrado, no son nada de fiar.
La "Franja de Trump". Creo que suena muy bien, pero sobre todo, porque puede llegar a ser un foco de paz para todo Oriente Medio si el resto de las naciones hagan su parte.
09/02/2025.
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