Varios grupos palestinos, muchos de ellos apoyados por Irán y estrechamente vinculados al derrocado régimen de Bashar al Assad, han abandonado Siria tras una intensa campaña de presión ejercida por las nuevas autoridades lideradas por Ahmed Al-Sharaa. Esta ofensiva forma parte de las condiciones impuestas por Estados Unidos para el levantamiento de las sanciones contra Damasco.
El éxodo de los líderes y combatientes palestinos se aceleró tras la caída de Assad en diciembre, cuando el grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTC) facilitó el ascenso de un nuevo gobierno. Desde entonces, el régimen de Al-Sharaa ha emprendido una serie de medidas para desmantelar la presencia de las facciones palestinas armadas, consideradas como “organizaciones terroristas” por Washington.
Fuentes palestinas confirmaron que muchas de estas facciones entregaron sus arsenales, incluso armas ligeras, y proporcionaron listas con los nombres de sus miembros armados. Las propiedades vinculadas a los grupos -casas, oficinas, vehículos y campos de entrenamiento- fueron confiscadas, mientras que sus sedes en barrios de Damasco y en el devastado campo de refugiados de Yarmouk fueron clausuradas.
Las detenciones también han aumentado. Entre los arrestados figuran Talal Naji, del Frente Popular para la Liberación de Palestina–Comando General (FPLP-CG), y miembros de la Yihad Islámica como Khaled Khaled y Yasser al-Zafri. Según un líder de facción aún presente en la capital siria, las nuevas autoridades no emitieron una orden oficial de expulsión, pero aplicaron restricciones severas y limitaron la operatividad de las organizaciones palestinas.
A pesar de estas acciones, Hamás -que cuenta con respaldo iraní pero con una presencia mínima en Siria desde el inicio del conflicto- ha mantenido canales de comunicación abiertos con Damasco. No obstante, su representación en el país sigue siendo limitada.
El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció recientemente el levantamiento de las sanciones a Siria, luego de recibir garantías de que el régimen de Al-Sharaa tomaría medidas decisivas contra el terrorismo y restringiría la influencia iraní en suelo sirio. Durante una reunión en Riad, Trump habría presentado a Al-Sharaa una lista con exigencias, entre ellas la deportación de terroristas palestinos vinculados a Irán.
Algunos reportes no confirmados sugieren que el nuevo régimen habría iniciado contactos indirectos con Israel para explorar una posible normalización de relaciones, una movida que marca un giro radical respecto a la política exterior tradicional de Siria.
Desde mediados del siglo XX, Siria había servido como refugio para miles de palestinos desplazados tras la creación del Estado de Israel en 1948. Durante décadas, el país ofreció un santuario a facciones armadas palestinas, especialmente bajo el mandato de Assad. La nueva etapa política siria, sin embargo, marca el fin de esa era.
Una fuente del campo de Yarmouk lo resumió así: “La gente solo quiere vivir. Están exhaustos”.
Agencias colaboraron con este artículo de AURORA
25/05/2025 en AURORA

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