Hezbolá ha iniciado una importante revisión estratégica tras su devastadora guerra con Israel, que incluye la posibilidad de reducir su papel como movimiento armado sin desarmarse por completo, dijeron 3 fuentes a Reuters.
Las conversaciones internas, que aún no han finalizado ni se han publicado previamente, reflejan las enormes presiones que ha enfrentado la representación iraní desde que se alcanzó una tregua a finales de noviembre.
Las fuerzas israelíes continúan atacando zonas donde el grupo tiene influencia, acusando a Hezbolá de violaciones del alto el fuego, algo que este niega.
También se enfrenta a graves dificultades financieras, a las exigencias estadounidenses de su desarme y a una menor influencia política desde que un nuevo gabinete asumió el cargo en febrero con el apoyo de Estados Unidos.
Las dificultades del grupo se han visto agravadas por los profundos cambios en el equilibrio de poder regional desde que Israel diezmó su mando, mató a miles de sus combatientes y destruyó gran parte de su arsenal el año pasado.
Bashar al-Assad, aliado sirio de Hezbolá, fue derrocado en diciembre, lo que interrumpió una importante vía de suministro de armas desde Irán.
Teherán está saliendo de su propia y contundente guerra con Israel, lo que genera dudas sobre la cantidad de ayuda que puede ofrecer, según informaron a Reuters una fuente de seguridad regional y un alto funcionario libanés.
Otro alto funcionario, familiarizado con las deliberaciones internas de Hezbolá, afirmó que el grupo había estado manteniendo conversaciones clandestinas sobre sus próximos pasos.
Pequeños comités se han estado reuniendo presencialmente o a distancia para debatir temas como la estructura de liderazgo del grupo, su papel político, su labor social y de desarrollo, y el armamento, declaró el funcionario bajo condición de anonimato.
El funcionario y otras dos fuentes familiarizadas con las conversaciones indicaron que Hezbolá ha llegado a la conclusión de que el arsenal que había acumulado para disuadir a Israel de atacar el Líbano se ha convertido en un lastre.
Hezbolá “tenía un exceso de poder”, declaró el funcionario. “Toda esa fuerza se convirtió en un punto débil”.
Hezbolá está considerando entregar algunas armas que posee en otras partes del país —en particular misiles y drones, considerados la mayor amenaza para Israel— con la condición de que Israel se retire del sur y cese sus ataques, según las fuentes.
Sin embargo, el grupo no entregará todo su arsenal, según las fuentes. Por ejemplo, pretende conservar armas ligeras y misiles antitanque, afirmaron, describiéndolos como un medio para resistir futuros ataques.
Que Hezbolá preservara alguna capacidad militar no cumpliría con las ambiciones israelíes y estadounidenses.
Según los términos del alto el fuego negociado por EE. UU. y Francia, las fuerzas armadas libanesas debían confiscar “todas las armas no autorizadas”, comenzando en la zona al sur del río Litani, la más cercana a Israel.
El gobierno libanés también quiere que Hezbolá entregue el resto de sus armas mientras trabaja para establecer un monopolio estatal sobre las armas.
De no hacerlo, podrían generar tensiones con los rivales libaneses del grupo, quienes acusan a Hezbolá de usar su poderío militar para imponer su voluntad en los asuntos de Estado y de arrastrar repetidamente al Líbano a conflictos.
Casi una docena de fuentes familiarizadas con el pensamiento de Hezbolá afirmaron que el grupo quiere conservar algunas armas, no solo ante futuras amenazas de Israel, sino también porque teme que los yihadistas suníes de la vecina Siria puedan aprovechar la falta de seguridad para atacar el este del Líbano, una región de mayoría chiita.
A pesar de los catastróficos resultados de la última guerra con Israel —decenas de miles de personas quedaron sin hogar y amplias zonas del sur y de los suburbios del sur de Beirut quedaron destruidas—, muchos de los principales partidarios de Hezbolá quieren que siga armado.
Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío
04/07/2025 en ENLACE JUDIO
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