Como uruguayo-israelí y reservista en las Fuerzas de Defensa de Israel. Esta es mi respuesta, a título personal.
Florencia, todo el conocimiento judicial que tenés, lo careces del Medio Oriente y del radicalismo islámico, por eso. En mi humilde opinión, tu filosofía jurídica está en una torre de Zen y carece de conocimiento del caso.
No sé cuantos amigos perdiste en la guerra ni cuánto conoces los que es Hamás y el Islam políticos desde Hassan el Bana a esta parte. Estoy dispuesto a explicártelo.
La acusación de genocidio contra Israel no solo es completamente infundada en términos de hechos y de derecho, sino que es moralmente repugnante.
El uso de esa retórica busca utilizar como arma contra Israel un término acuñado para describir el peor crimen cometido contra el propio pueblo judío y, al hacerlo, es antisemita y profundamente ofensivo para la memoria de las víctimas del Holocausto.
Acusar de “genocidio” en un momento en que Israel se defiende legítimamente de una organización terrorista abiertamente genocida, y mientras procura constantemente minimizar el daño a la población civil palestina incluso cuando Hamás busca maximizarlo, es una difamación que vacía al término de su verdadero significado.
(Pueden verlo entero, pero el artículo responde a lo que expone la señorita a partir de 2:01:18)
Pocas acusaciones resultan más repugnantes que afirmar que se está produciendo un “genocidio” en Gaza. Esa acusación evoca el patrón antisemita más vil de culpar al pueblo judío y acusarlo de los mismos crímenes de los que ellos mismos han sido víctimas. Además, busca ocultar el hecho de que el 7 de octubre Hamás participó en la masacre sádica de judíos inocentes con la intención específica de destruirlos como grupo, en cumplimiento de los llamados explícitamente genocidas contenidos en su Carta Fundacional. Te recomiendo leerla.
El uso del término “genocidio” en relación con los ataques legítimos de Israel contra Hamás, la Yihad Islámica y otras organizaciones terroristas en Gaza vacía el término de todo significado.
La política de Israel ha sido expresada claramente por su liderazgo político y militar: Israel está en guerra con Hamás, no con el pueblo de Gaza. Israel está comprometido a llevar a cabo sus operaciones de acuerdo con el derecho internacional y no desea causar daño a los civiles palestinos en ningún lugar.
Conforme al derecho de los conflictos armados, y aún con un riesgo considerable para sus propias operaciones, Israel busca minimizar cualquier daño que pueda afectar a los civiles en Gaza como resultado de las hostilidades iniciadas por Hamás, incluso mientras Hamás intenta maximizar ese daño y persigue la estrategia aberrante de usar sistemáticamente a los civiles como escudos humanos y de emplear sitios protegidos y sensibles -como infraestructura civil, escuelas, mezquitas, ambulancias y hospitales- para fines militares.
Por mencionar solo algunos ejemplos, Israel emite advertencias previas a la población civil antes de operar en áreas específicas; insta a evacuar temporalmente por rutas seguras designadas; establece corredores y zonas humanitarias; realiza pausas localizadas en los combates para beneficiar a la población civil; y cancela operaciones cuando se anticipa que podrían causar daños excesivos a civiles. Además, Israel facilita el tratamiento médico de civiles heridos, monitorea continuamente la situación humanitaria en toda Gaza con preocupación por las necesidades de la población civil, y trabaja con diversos actores para garantizar el suministro de ayuda humanitaria a través de la frontera entre Egipto y Gaza, incluyendo alimentos, agua, suministros médicos, refugio y combustible, a pesar de los constantes y generalizados esfuerzos de Hamás por acaparar esa ayuda y robarla a su propia población.
Tu que sos tan experta en derecho internacional humanitario en conflictos bélicos, dime si hay un conflicto bélico en el cuál una de las partes haya permitido el pasaje a población enemiga de más de 103 MIL camiones con ayuda humanitaria (80% comida) lo que representan más de 2 MIL MILLONES de KGs de ayuda humanitaria para los civiles en Gaza desde el comienzo de la guerra, fuera del rol de Israel en la guerra contra el representante del islam político en la frontera con Israel-Hamás.
Israel también llama a Hamás a rendirse para que tanto israelíes como palestinos puedan prosperar. Todos estos pasos, por sí solos, desmienten claramente cualquier acusación de genocidio. La guerra pudiese terminar en 5 minutos si Hamás devuelve a nuestros 48 secuestrados y depone las armas.
La acusación de genocidio en estas circunstancias no solo carece de coherencia legal y fáctica, sino que es obscena. Dirigir esta acusación atroz contra Israel, y no contra Hamás o en relación con otros conflictos recientes -incluidos aquellos en los que cientos de miles de inocentes han sido atacados- es manifiestamente antisemita.
Las hostilidades impuestas a Israel, y el trato deplorable de Hamás hacia la población de Gaza, sin duda han causado un sufrimiento significativo y trágico a los civiles, pero esto de ninguna manera puede constituir una base válida, ni en los hechos ni en el derecho, para la indignante acusación de genocidio.
De hecho, la propia Corte Internacional de Justicia ha aclarado (en relación con los bombardeos de la OTAN sobre la República Federal de Yugoslavia en 1999) que la amenaza o el uso de la fuerza “no puede, por sí misma, constituir un acto de genocidio”. Esto aplica igualmente al contexto actual. Describir falsa y malintencionadamente las muertes trágicas de civiles en una guerra urbana como genocidio es un abuso del lenguaje que solo puede debilitar las protecciones que otorga el derecho internacional. Es una afrenta a las verdaderas víctimas de este crimen atroz, y en particular a la memoria de los seis millones de víctimas judías del Holocausto nazi. Cualquier persona con integridad moral debería rechazar de plano una acusación tan ofensiva.
Seguiremos pues con mucho orgullo y humildad, vistiendo la celeste y la camisa color de oliva.
Sin más, Roni Kaplan, Portavoz en reserva de las Fuerzas de Defensa de Israel, uruguayo-israelí, Perdón, algo más, soy civil la mayoría del tiempo (véase sistema de reservas de las FDI), padre de 6 hermosísimos con nacionalidad uruguayo, nieto de sobrevivientes del Holocausto que llegaron al Uruguay de Tomás Berreta al fin de la guerra, en el caso de mi abuela, como última sobreviviente de su familia.
Nunca más callaremos ante expresiones antisemitas, ¡te lo prometo! Ah, y el 25.8 no pude dejar de ir al encuentro que organizó la embajada de Uruguay en Israel y cantar emocionado tanto las estrofas del himno nacional, como del Hatikva, el himno de Israel. Hatikva- significa “esperanza”, el pueblo de Israel , durante unos 3500 años, nunca perdió la esperanza de ser un pueblo libre en su tierra, la tierra de Sión y de Jerusalén. Te deseo “mucha suerte” en tu metódico intento de negárselo. Pero ojo, estoy siempre abierto al diálogo con mate de por medio. Aguardo tu respuesta.
31/08/2025 en AURORA


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