domingo, 29 de septiembre de 2013

MITOS Y REALIDADES. #5. Las raíces de Israel.

MITO:
<<La "posición tradicional" de los árabes en Palestina fue puesta en peligro por el asentamiento judío>>.



REALIDAD:
Durante muchos siglos, Palestina fue un territorio "escasamente poblado, pobremente cultivado y en extremo abandonado" de colinas erosionadas, desiertos arenosos y ciénagas infectadas de malaria. Hasta en 1880, el cónsul norteamericano en Jerusalén informaba que la zona mantenía su decadencia histórica. <<La población y riqueza de Palestina no han aumentado durante los últimos cuarenta años>>, afirmaba.

El informe de la Real Comisión sobre Palestina cita una relación de la planicie costera (de la zona) en 1913:

La carretera que va de Gaza al norte era sólo un camino de verano adecuado para el transporte en camellos y carretas...no había naranjales, ni se veían huertos ni viñedos hasta que uno llegaba a (la aldea judía de ) Yabna (Yavne)... La parte occidental, hacia el mar, era casi un desierto...Las aldeas en esta área eran pocas y escasamente pobladas. Muchas ruinas de aldeas salpicaban la región, pero debido a la frecuencia de la malaria, muchas de ellas habían sido abandonadas por sus habitantes.




Lewis French, el británico que era Director de Desarrollo escribió sobre Palestina:

La encontramos habitada por campesinos que vivían en chozas de barro y que padecían severamente la malaria reinante...Grandes áreas...estaban baldías...Los campesinos, si no eran ellos mismos ladrones de ganado, siempre estaban dispuestos a darles albergues a éstos o a otros delincuentes. Las parcelas individuales...cambiaban anualmente de manos. Había poca seguridad pública, y el destino de los labradores alternaba entre el pillaje y el chantaje de sus vecinos, los beduinos.

Sorprendentemente, muchas personas que no simpatizaban con la causa sionista creyeron que los judíos mejorarían las condiciones de los árabes palestinos. Por ejemplo, Dawood Barakat, editor del periódico egipcio Al-Ahram, escribió:

<<Es absolutamente necesario llegar a un entendimiento entre sionistas y árabes, porque la guerra de palabras sólo puede hacer mal. Lo sionistas son necesarios al país: el dinero que traerán, su conocimiento y su inteligencia, y la industriosidad que los caracteriza, contribuirán sin duda a la regeneración del país>>.

Incluso un dirigente nacionalista árabe creía que el regreso de los judíos a su patria ayudaría a resucitar el país. Según el jerife Hussein, el custodio de los Santos Lugares islámicos de Arabia:

Los recursos del país son aún un terreno virgen y serán desarrollados por los inmigrantes judíos. Una de las cosas más notables hasta los tiempos recientes era que el palestino solía abandonar el país, vagando por alta mar en todas direcciones. Su suelo nativo no podía retenerlo, aunque sus antepasados hubieran vivido en él por 1.000 años. Al mismo tiempo hemos visto que los judíos de países extranjeros acuden a Palestina provenientes de Rusia, Alemania, Austria, España y América. La causa de las causas podría no pasar inadvertida a los que tenían el don de un discernimiento más profundo. Sabían que el país era para sus hijos originales (abna'ihilasliyin), pese a todas sus diferencias, una patria sagrada y amada. El regreso de estos exiliados (jaliya) a su patria probará (ser) material y espiritualmente una escuela experimental para sus hermanos, que están con ellos en los campos, las fábricas, los oficios y en todas las cosas relacionadas con el trabajo y la faena.

Tal como Hussein lo previera, la regenaración de Palestina, y el crecimiento de su población, se produjo solamente después de que los judíos regresaron en gran número.

Mark Twain, que visitó Palestina en 1867, la describió como <<...(un) país desolado cuyo suelo es bastante rico, pero tomado enteramente por las malezas: una extensión callada y triste... La desolación es tal que ni siquiera la imaginación puede congraciarse con el esplender de la vida y de la acci´´on... Nunca vimos a un ser humano en toda la ruta... Apenas si había un árbol o arbusto en alguna parte. Hasta los olivos y los cactus, esos constantes amigos de los suelos más pobres, casi han desertado del país>>.


Fuente:
Extracto del libro Mitos y Realidades de la Jewish Virtual Library.





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