lunes, 2 de febrero de 2015

Israel: Cráneo otorga evidencias de ‘mestizaje’ prehistórico.



Antropólogos de la Universidad de Tel Aviv en conjunto con los de la Universidad Ben Gurión que exploran en Israel la Cueva Manot descubrieron un cráneo fosilizado de 55 mil años de antigüedad que pordría ser la evidencia de una importante transición para la evolución humana, durante un tiempo y lugar cuando algunos de los primeros seres humanos se hallaban saliendo de África y aparentemente empezaron a cruzarse con los neandertales.

 

La historia tuvo lugar cuando la zona del Levante era un corredor para los seres humanos anatómicamente modernos que estaban extendiéndose fuera de África y luego por Euroasia, sustituyendo a todas las otras formas de especies tempranas relacionadas con ellos.

Dada la escasez de fósiles humanos que datan de dicha época, estos ancestros de las poblaciones no africanas de hoy se mantuvieron básicamente enigmáticos.

 

Según el nuevo fósil localizado, al parecer estos pueblos ya poseían características físicas un poco distintas de otros africanos a quienes estaban dejando atrás y de muchos habitantes radicados a lo largo del corredor. De hecho, ya pudieron haber tenido una apariencia algo similar a sus descendientes conocidos a partir de fósiles en la Europa de la Edad de Piedra.

 

El hallazgo podría apoyar la reciente evidencia genética de que el homo sapiens moderno y sus primos neandertales se cruzaron, quizá en Oriente Medio entre 65 mil y 47 mil años atrás.

No obstante, el equipo descubridor exhortó a tener cautela sobre el tema del mestizaje pero notó que las características anatómicas del cráneo sugieren que presuntamente ya había ocurrido cierta mezcla humana-neandertal antes de se registrara cualquier encuentro en Europa y algún otro lugar de Asia.

 

El descubrimiento de la Cueva Manot, hecho en 2008 pero sujeto a años de riguroso análisis, fue reportado en el boletín «Nature» por un equipo internacional de investigadores encabezado por Israel Hershkovitz de la Universidad de Tel Aviv. Los científicos señalaron tratarse de «la primera evidencia fosilizada del crucial periodo cuando los modelos genéticos y arqueológicos pronostican que los seres humanos africanos modernos emigraron exitosamente de África y colonizaron Euroasia».

Los investigadores concluyeron además que el espécimen de Manot «brinda pistas importantes acerca de la morfología de los seres humanos modernos en cercana proximidad cronológica con un posible cruce con los neandertales». Indicaron asimismo que la forma del cráneo estableció a éste como un ser humano completamente moderno en un tiempo cuando las condiciones más cálidas y húmedas eran favorables para que los humanos emigraran de África.

En otras palabras, dijo Hershkovitz, que el cráneo de Manot «es el eslabón perdido entre las poblaciones africanas y europeas».

Científicos que no colaboraron con el equipo de investigación elogiaron el «fascinante fósil nuevo» y la cauta interpretación en torno a sus implicaciones más amplias para comprender las primeras migraciones hacia Euroasia.

Una inquietud es que el tamaño del cráneo es considerablemente pequeño, con un neurocráneo un poco más bajo que el de los humanos modernos. Con un solo espécimen, resulta difícil saber si lo anterior es normal o falso para la población general, de acuerdo con científicos.

Investigadores recomendaron que sería interesante realizarle pruebas de ADN para fundamentar su posible hibridez en un momento de poblaciones variadas cuando los primeros humanos se dirigían a Europa.



30/01/2015 en ISRAEL EN LINEA.



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