11 de septiembre de 2012 — El peso cada vez mayor de los análisis estratégicos y militares cuerdos, argumenta enfáticamente en contra de cualquier ataque militar en contra del programa nuclear de Irán, debido al peligro de provocar una guerra más amplia que lo más probable llevaría a una confrontación termonuclear con Rusia y China. Anthony Cordeman, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales se agregó a este contrapeso con un estudio de 98 páginas, que se dio a conocer la semana pasada, sobre las opciones militares de EU e Israel, y las consecuencias de ejercitar dichas opciones. Cordeman llega a la siguiente conclusión con base a su estudio:
* "Israel no tiene la capacidad de llevar a cabo ataques preventivos que pudieran lograr algo más que un demora de uno o dos años en los esfuerzos de Irán". Esa conclusión es completamente coherente con las advertencias que ha dado a conocer el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Martin Dempsey en las últimas semanas.
* Estados Unidos pudiera demorar el programa nuclear por hasta 10 años. Pero hacerlo, representaría una enorme empresa. Solo el primer ataque aéreo "requeriría una enorme asignación de fuerza [incluyendo] la principal fuerza de bombardeo, supresión de los sistemas de defensa aérea del enemigo, escolta aérea para proteger a los bombarderos, guerra electrónica con propósitos de detectar e interferir, sobrevuelo de aviones de combate y patrullas aéreas de combate para contrarrestar cualquier represalia aérea por parte de Irán".
Así mismo, cualquier campaña militar preventiva en contra de Irán lanzada por EU o Israel, o ambos, tendría enormes consecuencias para la economía mundial. El Estrecho de Ormuz casi con seguridad se cerraría de inmediato, cortando el flujo de 17 millones de barriles de petróleo al día, con muy pocas opciones para sortear el cierre. El resultado sería una enorme alza en el precio del crudo. Cordeman no se aventura a pronosticar en cuanto, pero informa que según cálculos de la Energy Information Administration un 10% de alza sostenida en el precio del petróleo daría como resultado una reducción en el crecimiento global del PNB de 0.5 puntos porcentuales.
En cuanto a las consecuencias de un ataque israelí unilateral, la cosa se pone bastante fea en particular. Un ataque israelí tendría un riesgo muy alto con muy pocas probabilidades de éxito. "Un ataque de Israel en contra de Irán incrementaría la inestabilidad y conflictos regionales así como también el terrorismo" escribe Cordeman. "Las consecuencias para la seguridad regional serían catastróficas". De nuevo, las advertencias de Cordeman son congruentes con los comentarios recientes del general Dempsey sobre por qué Israel no debe atacar a Irán. Cordeman hasta considera el escenario en el que Israel atacara usando armas nucleares tácticas de baja potencia, pero deja por fuera las conclusiones obvias de esas suposiciones.
Cordeman concluye su análisis resumiendo el informe que publicó el New York Times el 29 de marzo del 2012 sobre un documento confidencial interno sobre un simulacro de guerra del Comando Central de EU llamado "Internal Look". El simulacro considera cual pudiera ser la consecuencia de un ataque israelí en contra de Irán, y llega a conclusiones aterradoras. El ejercicio pronostica que un ataque israelí conduciría a una guerra regional más amplia, arrastrando a Estados Unidos, con cientos de americanos muertos. Se dice que el jefe del Comando Central de EU, general James Mattis, en particular se preocupó mucho por los resultados, y le dijo a sus subalternos que un primer ataque israelí tendría consecuencias graves para la región y pondría en peligro las fuerzas estadounidenses estacionadas en el Golfo.
11/09/2016 en LAROUCHEPAC.
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