Miles de palestinos han participado en manifestaciones masivas en la entidad sionista en medio de convocatorias para una huelga general después de que las fuerzas militares israelíes allanaran una aldea en el Desierto del Neguev y derribaran un grupo de viviendas.
“Salimos a las calles para protestar y hacer oír la voz del pueblo palestino. No aceptaremos ser expulsados de nuestras casas, marginados y asesinados”, dijo Julud Abu Ahmed, un residente de Haifa, en el norte de Israel.
Él añadió que los palestinos seguirán protestando y se opondrán a la demolición de sus hogares, así como al terrorismo del régimen israelí.
Las autoridades israelíes, dijo Abu Ahmed, están tratando de expulsar a los residentes locales de la aldea de Umm al Hayran de sus hogares, y construir un asentamiento judío en su lugar.
Fuerzas militares israelíes atacaron Umm al Hayran el miércoles por la mañana para demoler varias casas palestinas en construcción.
La incursión dio lugar a fuertes enfrentamientos entre los residentes y tropas israelíes, que lanzaron bombas de gases lacrimógenos, granadas de aturdimiento y balas de goma para dispersar a la multitud. Un residente, identificado como Yacub Abu al Qiyan, resultó muerto y otros cuatro sufrieron heridas de bala.
Ayman Odeh, un miembro árabe del Parlamento israelí (Knesset) que actualmente es el líder de la alianza política de los partidos árabes, denominada Lista Conjunta, recibió un disparo en la cabeza y resultó herido durante la pelea cuerpo a cuerpo con los militares israelíes.
Las autoridades israelíes dijeron que Qiyan fue abatido a tiros mientras dirigía su automóvil contra las fuerzas israelíes en Umm al Hayran. Ellas afirmaron también que un oficial israelí, identificado como Erez Levi, fue muerto tras ser atropellado por un vehículo.
Los residentes locales, sin embargo, sostienen que Qiyan estaba dirigiéndose simplemente al escenario de los enfrentamientos para hablar con los militares israelíes en un intento por detener las demoliciones.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de las Naciones Unidas anunció el 29 de diciembre de 2016 que la campaña de demoliciones de casas y estructuras palestinas en Cisjordania y Jerusalén Este (Al Quds) había alcanzado un nivel sin precedentes en los últimos siete años.
El organismo de la ONU declaró que las autoridades israelíes habían demolido o incautado 1.089 estructuras de propiedad palestina desde principios de enero hasta el 28 de diciembre. Las demoliciones también dejaron a 1.593 palestinos sin hogar y afectaron a la vida de otros 7.101.
Las demoliciones israelíes de hogares y estructuras palestinos han despertado la alarma de diplomáticos extranjeros y grupos de derechos humanos que consideran tales prácticas como una continua violación del derecho internacional por parte del régimen de Tel Aviv.
21/01/2017 en AL-MANAR.
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