Cumbre de París Foto: Departamento de Estado de EE.UU.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas discutió la “cuestión palestina”, bajo el telón de fondo de una creciente campaña en los organismos internacional para reactivar las conversaciones entre Israel y los palestinos.
Pero los temores de Jerusalén de que el Consejo de Seguridad promoviera una iniciativa de último momento antes de que asuma la nueva Administración norteamericana, se esfumaron tras los esfuerzos de Washington para suavizar el texto de la reciente Cumbre de París y el rechazo de Londres a firmar el documento, y la promesa de la Administración Obama de que no permitirá otra resolución anti-israelí durante sus últimos días de gobierno.
El director general del Ministerio de Exteriores, Yuval Rotem, se felicitó por el deslucido resultado de la Conferencia de París, calificándolo de victoria para Israel, e indicando que la decisión de Jerusalén de ausentarse envía un mensaje a la comunidad internacional.
“El hecho de que la conferencia de París no tenga un mecanismo de seguimiento es desde nuestra perspectiva el logro más importante”, declaró Rotem.
Mientras tanto, el ministro de Cooperación Regional, Tzachi Hanegbi, cercano al primer ministro, Biniamín Netanyahu, manifestó que el hecho de que la nueva Administración norteamericana tiene posiciones pro-israelíes podría volver a los palestinos más dispuestos a reanudar las conversaciones de paz.
“El hecho de que tengamos un cambio tan importante en EE.UU. podría hacer que los palestinos se vuelvan más realistas y más pragmáticos para volver a la mesa de negociaciones”, apuntó.
Entre tanto, la jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Federica Mogherini, advirtió al presidente electo norteamericano, Donald Trump, que se abstenga de tomar medidas unilaterales en Oriente Medio; aunque la UE no adoptó una posición formal sobre la Cumbre de París y la Resolución 2334 de la ONU.
Mogherini dijo que la UE se opone a cualquier plan de trasladar la embajada norteamericana a Jerusalén, advirtiendo que eso elevaría la tensión con el mundo árabe.
“Nosotros con certeza no vamos a trasladar nuestra delegación, que se encuentra en Tel Aviv”, puntualizó Mogherini. “Esperamos que se reflexione sobre las consecuencias de cualquier acción que se tome. Creo que es muy importante para todos nosotros abstenerse de adoptar medidas unilaterales, especialmente aquellas que pueden tener consecuencias graves en grandes sectores de la opinión pública en amplias partes del mundo”.
En la misma sintonía, el ministro de Exteriores de Francia, Jean Marc Ayrault dijo que la propuesta para trasladar la embajada norteamericana a Jerusalén tendría graves consecuencias.
“Por supuesto (que es una provocación). Creo que no podrá hacerlo”, puntualizó Ayrault al Canal France 3. “Tendría consecuencias muy graves y no es la primera vez que es que está en la agenda de un presidente de EE.UU., pero ninguno ha tomado esa decisión”.
17/01/2017 en AURORA DIGITAL.
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