Foto: Knéset
El Parlamento (Knéset) aprobó en segunda y tercera votación la “Ley de Regularización” que busca legalizar retroactivamente los asentamientos israelíes ilegales o “outpost” de Cisjordania (Judea y Samaria). La polémica ley fue aprobada por una mayoría de 60 votos contra 52, horas, después de una acalorada discusión y tras meses de maniobras políticas.
La ley fue presentada para su votación en la Knéset; a pesar del pedido del primer ministro, Biniamín Netanyahu, al ministro de Educación y líder del partido religioso nacional Habait Haiehudí, Naftalí Bennett, para que postergara la votación hasta que regresara de su visita oficial al Reino Unido donde se reunió con su homóloga británica Theresa May.
La votación se llevó a cabo mientras Netanyahu regresaba de Gran Bretaña, y tuvo lugar en su ausencia.
Antes de regresar de Londres, Netanyahu aseguró que había informado al Gobierno de Estados Unidos sobre el proyecto de ley porque “uno no sorprende a sus amigos”.
Netanyahu prefería esperar a votar la iniciativa después del encuentro que tiene previsto el próximo 15 de febrero, en Washington con el presidente de EE.UU., Donald Trump; pero finalmente cedió a la presión de Bennett, para que no volviese a suspenderse como sucedió en varias oportunidades en los últimos meses.
El borrador final del proyecto de ley busca regularizar el estatus de alrededor de dos mil viviendas, en los asentamientos, erigidas sobre terrenos privados palestinos.
De acuerdo con la propuesta, el estado transferirá los derechos del uso de esas tierras al Comisionado de la Propiedad Gubernamental en Cisjordania; mientras que los propietarios palestinos serán indemnizados con un paquete financiero cuya suma excede el valor de la tierra actual o recibirán parcelas alternativas, de acuerdo con lo que elijan.
Los miembros de la oposición presentaron numerosas reservas al proyecto de ley y usaron el podio para contraatacar, comenzando por el líder de la oposición, el laborista Itzhak Herzog.
“La Ley de Regulación es una anexión de facto”, afirmó. “Nuestra oposición al proyecto proviene de nuestra oposición a la anexión… [, a] la entrada de miles de palestinos al Estado judío”.
“Quedan pocos minutos para detener este tren del horror antes de que siga. Este tren partirá aquí y se detendrá en la estación final de La Haya”, advirtió. “Las imputaciones internacionales dejará sus vagones contra los soldados y oficiales judíos e israelíes. El primer ministro de Israel [será responsable] de esos procesamientos”.
Los principales promotores de la ley saben que a pesar de que fue aprobada en segunda y tercera votación en la Knéset; le espera muy posiblemente un obstáculo insalvable en la Corte Suprema de Justicia.
De hecho, el asesor jurídico del Gobierno, Avichai Mandelblit, advirtió recientemente que no defenderá el proyecto de ley en la Corte Suprema, incluso si es aprobada por el Parlamento.
La Organización Paz Ahora prometió detener “este peligroso proyecto de ley en la Corte Suprema de Justicia”.
07/02/2017 en AURORA DIGITAL.
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