La exhumación del dictador Franco, las primarias en el Partido Popular que hoy comienzan, la decisión del Juez Llarena de retirar la Euroorden de Puigdemont y demás huidos de la justicia española, la huelga de Raynair o el estreno de Luis Enrique como seleccionador nacional.
Un día cargado de noticias en España. Un viernes apasionante. Las tertulias no darán abasto desde bien entrada la mañana.
Los medios de comunicación se frotan las manos, porque tanto tema candente hará subir las entradas en los digitales y las audiencias en las televisiones.
Menos El País, el principal diario español, que ha decidido utilizar su Editorial para criticar a…. ¡Israel!
Ayer no pasó nada destacable en Israel. Bueno sí. Cinco cohetes de Hamas fueron lanzados contra el Sur de Israel, activando las sirenas en varias comunidades israelíes. Además las cometas de Hamas provocaron 15 incendios en Israel.
Para la sorpresa de los que nos leen, que no son pocos: El País decidió NO dedicar su Editorial a este tema. Los más de 400 cohetes y los más de 1000 incendios provocados por Hamas en los últimos 3 meses no parecen importarle al diario español.
El País dedica su Editorial para criticar una Ley aprobada por la Knesset que declara (¡ojo a la novedad!) que Israel es un Estado Judío.
Bajo el título de “Un Israel solo para judíos”, El País dedica sus principales líneas para criticar a Israel por haberse declarado como el “hogar nacional de los judíos”, y critica (¡atentos!) que a “los israelíes de origen palestino se les niega por exclusión el derecho a la autodeterminación”.
Al diario El País no le gusta la idea de que Israel impida por ley que los israelíes de origen palestino logren la autoderminación, es decir, un Estado árabe, dentro del territorio israelí. En otras palabras, les parece fatal que el Parlamento Israelí haga lo posible para que Israel no desaparezca.
Sin embargo, el diario El País ha sido uno de los defensores del orden constitucional español durante estos últimos meses donde el separatismo catalán ha intentado (de manera ilegal) ejercer su derecho a la autoderminación. Las críticas del País al derecho de la autoderminacion catalán ponen de manifiesto que lo que critica con unos, lo demanda a otros. Y esta doble moral, queridos amigos del País, apesta.
Ante tanta ignominia, doble moral e ignorancia que roza el antisemitismo, El País dedica su editorial a una noticia que no lo es. Israel ha sido, es y (con o sin el permiso del diario) seguirá siendo un Estado Judío. La única crítica que se le puede hacer a esta ley es que no aporta muchas cosas nuevas. La Ley del Retorno ya fijaba esto precisamente. Israel, como cualquier otra nación del planeta, tiene el derecho de reafirmarse como nación, como el resto de 191 países.
El País afirma (cito textualmente) que Israel “priva [….] a la minoría de toda aspiración a una identidad propia y se confirma su estatuto relegado de ciudadanos de segunda clase”.
Unos “ciudadanos de segunda clase” que ya han anunciado que irán a la Corte Suprema para tratar de que ésta declare nula la ley. Derecho de primera clase, para ciudadanos de primera clase.
Unos “ciudadanos de segunda clase” que cada año aumentan el índice de matriculados en universidades israelíes, de doctorados, de médicos, de miembros de instituciones públicas.
Unos “ciudadanos de segunda clase” como Nawaf Massalha, viceministro de Asuntos Exteriores en la década del 2000 o George Karra, juez en la Corte Suprema de Israel. Ojo a este dato. Os gustará (al País no mucho). Karra fue el juez que condenó al presidente israelí Moshe Katsav por violación. Un “ciudadanos de segunda clase” juzgando al ciudadano israelí número uno).
Pero sigamos: El jefe de cirugía de Hadassah, uno de los mejores hospitales de Israel, se llama Ahmed Eid. Según El País, un ciudadano de segunda. Que el número de árabes en la educación superior israelí creciera un 79% en los últimos siete años, o que los árabes cuenten con un grupo parlamentario fuerte y unido en la Knesset de Israel, o que Ahmed Tibi sea desde el año 2003 Vicepresidente de la Knéset … no interesa al diario El País.
El Editorial acaba así: “Está por ver si el carácter democrático que defendieron sus padres fundadores, con David Ben Gurion a la cabeza, queda preservado tras esa nueva ley que proclama un Estado nación solo para judíos”.
Señores del diario El País. Israel no tiene que demostrar que es un país democrático. Y menos a ustedes. Su preocupación o duda responde a una campaña sistemática de deslegitimación del carácter judío y democrático del Estado de Israel. Que nació democrático y judío y 70 años después sigue siendo judío y democrático.
Ver las calles llenas de velos, de colegios mixtos donde los árabes y judíos más pequeños conviven, o la generosa ayuda valorada en millones de shekels que Israel proporciona a los refugiados sirios, o simplemente entrar en la Fundación Peres por la Paz o en la Knesset y ver el ambiente de cordialidad que se respira, o ver cada cuatro años a todos los ciudadanos, judíos, cristianos o árabes acudir a las urnas para votar a sus representantes políticos, hace que esté fuera de toda duda que Israel es un Estado democrático.
Nunca leímos un editorial criticando la falta de democracia en nuestros países vecinos. Nunca leímos un editorial criticando que los palestinos sigan pagando a terroristas por matar israelíes. Nunca leímos un editorial criticando a Hamas por lanzar cohetes contra la población civil israelí indefensa. Nunca leímos un editorial criticando a Ali Khomenei por pedir la destrucción de Israel.
La doble moral y la obsesión con Israel del diario El País han quedado puestas de manifiesto. Corregir es de sabios. Pero solo los sabios corrigen. Y ustedes tienen un amplio historial de hacer economías con la verdad.
Hasta entonces, buenas tardes.
***Jacob Israel, Director Internacional de United with Israel
24/07/2018 en POR ISRAEL
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