lunes, 2 de julio de 2018

El arma más poderosa en poder de Israel


José Ignacio Rodríguez

Los grandes avances de Israel, y de todo el mundo en general, tienen un elemento común que todo lo mueve, desarrolla y transforma.

El dinero, que como dijera el poeta, de verdad hace mentiras y de mentiras hace verdades, es el elemento de cambio definitivo. La influencia del uso de este medio de transacción internacional conocido como dinero, sea en el soporte que sea, está cambiando la faz del planeta tierra.

Uno de los campos en donde más se mueve el dinero es el terrorismo en general y el islamismo en particular.

Los miles de millones de dólares, por citar la moneda de referencia, que nueve el terrorismo islamista está produciendo una especie de efecto invernadero en la moral de toda la humanidad.

El dinero no es el problema, dejemos esto claro desde el principio, sino el deseo de su acumulación con fines destructivos, contaminantes y dominadores. Las dictaduras, los grupos terroristas, la ONU, valga la redundancia, y todo ese conglomerado de asociaciones para delinquir se sostienen, por el “maldito” dinero.

La decisión de Estados Unidos de abandonar, a su suerte, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas supone en la práctica el cierre del grifo de dinero que reciben este, y otros organismos de la ONU, cuyo único fin es acosar y acusar a Israel. Las diferentes asociaciones antijudías que anidan en las cavernas oscuras de la ONU están empezando a evaluar las consecuencias de su venenoso odio contra Israel, sus amigos y aliados.

La falta de dólares duele a la ONU y sus agencias antijudías. Una de estas agencias de la ONU para los refugiados islamistas palestinos, UNRWA, anuncia “que no podrán iniciar el próximo año lectivo en sus escuelas en la Franja de Gaza”.

Las arcas de Hamás en Gaza dejarán de recibir millones de dólares que les llegan por este medio y otros muchos insuflados, por Irán. Un dinero con sello ONU que ciertamente de verdades hace mentiras y viceversa. Unas “escuelas” UNRWA que son campos de entrenamiento de terroristas, bajo cobertura de la ONU, en donde los inocentes niños son transformados por medio del lavado de cerebro y adoctrinamiento ideológico al estilo de Venezuela o Cuba.

La capacidad destructiva, por medio de los misiles, cohetes y cometas incendiarias, se verá reducida cuando el grifo internacional de dinero se cierre o no llegue directamente a las manos de Hamás en Gaza o Hezbollah, en el Líbano y Siria.

El gasto incalculable que Occidente mantiene protegiendo a los terroristas cuando atacan a Israel está directamente relacionado con el dinero. Unos medios que permiten la también la incalculable compra de armamento, que Occidente también mantiene y soporta ¿Quién paga los misiles que utilizan los grupos islamistas? ¿Quién paga los sofisticados almacenes de material bélico en Gaza? ¿Quién paga los túneles de terror que sigue construyendo Hamás incluso desde las escuelas de UNRWA? Millones y millones de dólares están manejados, en contra de los ciudadanos árabes palestinos de Gaza, por Hamás.

El dinero es el arma más poderosa que también Israel utiliza, pero con el fin de fomentar la vida, el progreso, el desarrollo y el bienestar en general de aquellos que viven bajo la cobertura del moderno Estado de Israel. La propaganda diabólica que sigue atribuyendo al judío en general de avaro queda desdibujada cuando miramos al próspero y moderno Israel con sus ingentes maravillas técnicas, que cambian el mundo para bien.

El dinero en las manos económicas del laborioso pueblo hebreo siempre produce bendición y bienestar. Unos medios económicos que Israel produce los tiene que utilizar, en su mayor parte, para defenderse de sus “amigables vecinos” los cuales solo ponen la mano para recibir dólares de los enemigos de Israel. ¿Qué no podría hacer Israel con todo el dinero que tiene que emplear en la defensa de sus ciudadanos y sus fronteras? El arma más poderosa en poder de Israel no es solo el dinero sino la forma sabia de usarlo.


27/06/2018 en AURORA DIGITAL





No hay comentarios:

Publicar un comentario