El 7 de octubre, 2017 con motivo del aniversario No. 44 de la guerra de 1973 entre Israel y los árabes, el diario saudita en Londres Al-Sharq Al-Awsat, publicó un artículo de su antiguo editor ‘Abd Al-Rahman Al-Rashed, en el que elogió al entonces presidente egipcio Anwar Sadat por llevar a los árabes a “su única victoria sobre Israel” y luego equilibrar la victoria para firmar un tratado de paz con Israel. En el artículo, titulado “Existen Aquellos que no han Aprendido de la Guerra de Octubre”, Rashed también criticó a algunos líderes árabes e iraníes por no deducir las conclusiones correctas de la guerra y por frustrar la oportunidad de expandir también el acuerdo de paz entre Egipto e Israel en una paz integral con los palestinos. Este afirmó que, hasta el día de hoy, estos gobernantes distorsionan la historia para encubrir sus fracasos.
Logotipo en un portal egipcio – Día del Honor – 6 de octubre, 1973 (Imagen: dotmsr.com, 6 de octubre, 2017)
Lo siguiente son extractos traducidos del artículo.[1]
“[En la guerra de 1973] el estado judío perdió alrededor de 3.000 soldados, más de 8.000 resultaron heridos, 1.000 de sus tanques y vehículos [militares] fueron dañados o destruidos, y aproximadamente 100 de sus aviones de combate fueron eliminados. [Como resultado del subsiguiente tratado de paz], este perdió la mayor parte del terreno que controló 6 años antes en una guerra relámpago muy fácil. Esta es la historia corta de la Guerra de Octubre, 1973 – la cual es un gran [acuerdo], considerando que [Egipto] combatía contra un país con superioridad [militar].
“Las guerras son acciones políticas cuyo propósito no es derrotar al enemigo. Los logros de la guerra [de 1973] fueron expresados en un cambio de percepción en ambos lados del Canal de Suez. Israel era un país fuerte y desarrollado con un plan militar peligroso [dirigido a] la expansión, viviendo con una perpetua sensación de superioridad segura desde el momento de su victoria en la guerra de 1967. Sin embargo, la Guerra de Octubre cambió la mayoría de las variables en esta ecuación. Desde ese día hasta hoy, el plan de Israel ha sido defender lo que queda de lo logrado durante la guerra de 1967. Israel aprendió la lección y también lo hizo Egipto, aunque hay árabes que hasta el día de hoy no ha sacado las conclusiones necesarias… en Qatar, en Irán y [bajo el mandato de] lo que resta de los regímenes tiranos en Siria e Irak. Si no fuese por la guerra de 1973, quizás nunca hubiésemos recuperado el Sinaí y el Canal de Suez, y el apetito de Israel por aventuras expansionistas puede no haberse saciado si no hubiese sido por esa derrota.
“La Guerra de Octubre fue un hito único que causó un cambio radical en la relación entre las dos partes, a través de un cambio en la percepción del equilibrio de poder [entre estos]. Después de la guerra, ambos bandos reconocieron que no existen victorias garantizadas. Dentro del estado judío, muchas suposiciones se hicieron añicos. Sin embargo, [la guerra] no logró iluminar a muchos de los regímenes árabes hostiles a Egipto, que malinterpretaron la guerra y sus consecuencias. Anwar Sadat sigue siendo una figura histórica importante, desde un punto de vista político y una perspectiva militar; y esta guerra no fue más que un capítulo en su historia. Egipto ingresó a la guerra en una situación política y militar difícil, solo 6 años después de la guerra de junio [1967] que acabó con la mayor parte de su arsenal y su recelo. [Los consejeros de Sadat [en su momento] sin duda intentaron disuadirle a desistir de esta arriesgada aventura contra un país con un inmenso arsenal de armamento avanzado…
“La guerra fue una victoria sobre la convicción [de los israelíes] y su satisfacción como resultado de su sentido de superioridad [y que causo que Israel] por primera vez en la historia perdiera confianza, se volviese más humilde y se retirara [del Sinaí] – cuando [previamente] siempre buscó expandirse. Luego de la Guerra de 1973, Israel no libró más guerras expansionistas y ese fue el final del sueño de la “Gran Israel”. Todas las guerras posteriores de Israel fueron guerras de defensa contra la OLP en el Líbano y luego contra la organización Hezbolá iraní.
“En la Guerra de Octubre, Egipto derrotó a Israel, pero Israel obtuvo la victoria en el frente sirio, anexándose un territorio adicional que luego devolvió tras negociaciones y un acuerdo firmado con Hafez Al-Assad, el fallecido presidente sirio. Este no fue [realmente] un acuerdo sobre la separación de fuerzas y la reorganización de la frontera, tal como fue descrito para ese momento, sino más bien [un acuerdo para] poner fin a la guerra directa entre Damasco y Tel Aviv. A pesar de esto, los funcionarios del [Partido sirio] Ba’th realizaron una campaña de desinformación en contra de Egipto por la firma del Acuerdo de Camp David. A diferencia de ellos, Sadat era un político realista, que aprovechó la victoria como parte de un plan mayor. Si no fuera por las amenazas del régimen de Saddam [Hussein] en Irak y el [régimen] de Assad en Siria, Yasser Arafat, el líder palestino para ese momento, se hubiese unido a las conversaciones de Camp David, y esa guerra hubiese producido un acuerdo final de paz. [Todo esto hubiese sucedido] si los regímenes en Siria, Irak y Libia no hubiesen unido fuerzas contra Egipto y si no fuese por la traición cometida por las organizaciones islámicas que asesinaron a Sadat, el hombre que les liberó de las jaulas en el que el difunto presidente Gamal Abdel Nasser los había confinado.
“Egipto salió victorioso en la Guerra de Octubre, pero lamentablemente los árabes perdieron la gran oportunidad de beneficiarse de su única victoria sobre Israel. Hasta el día de hoy, algunos de ellos tratan todavía de distorsionar la historia de la guerra y los eventos que la siguieron, así como también cubrir sus fracasos y sus posturas políticas que posteriormente demostraron haber sido erróneas”.
[1] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 7 de octubre, 2017.
21/09/2018 en POR ISRAEL
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