Una tonelada de desechos destinados al vertedero puede producir suficiente gas para reemplazar cinco barriles y medio de petróleo crudo.
Tal como lo explica Jan Grimbrandt, director ejecutivo de la startup Boson Energy, la producción local de hidrógeno económico con emisiones negativas de carbono a partir de desechos domésticos, médicos y agrícolas tiene mucho valor desde el punto de vista financiero y ambiental.
“En la actualidad, los residuos se ven como un valor negativo en términos del clima y la economía. Pero la biomasa y los flujos de desechos son en gran medida portadores químicos de hidrógeno inexplorados. Una tonelada de residuos destinada al vertedero puede reemplazar cinco barriles y medio de petróleo crudo. Ese es un beneficio real al que se le puede poner números. Es fácil de entender”, le explicó Grimbrandt a ISRAEL21c en Español.
Y así es como su empresa está preparada para acelerar la transición lenta pero constante de los combustibles fósiles. Pero no tan fácil de lograr.
En un mundo donde los inversores climáticos están interesados en el software, la solución de Boson es un hardware que podría instalarse en áreas urbanas donde más se necesita energía.
Para la configuración local Boson lo llama “IMBY”, siglas de “en mi patio trasero” en inglés.
La tecnología desarrollada en Israel usa la gasificación para recolectar hidrógeno de forma continua a partir de residuos y biomasa no reciclables.
Las antorchas de plasma derriten la ceniza restante en un material de vidrio utilizable, lo que hace que el proceso sea completamente circular, según señaló Grimbrandt.
El proceso también captura una tonelada de dióxido de carbono de cada tonelada de residuos tratados, lo que permite conseguir una huella de carbono negativa en comparación con el vertido o la incineración de residuos,.
Quitar la presión de la red de energía
De acuerdo con el Departamento de Energía de EEUU, el hidrógeno utilizado en una celda de combustible para producir electricidad es un atractivo portador de energía que se puede producir a partir de diversos recursos fácilmente disponibles, incluida la energía renovable. Las únicas emisiones de una celda de combustible de hidrógeno son vapor de agua y aire caliente.
Sin embargo, el potencial de descarbonización del hidrógeno se vio obstaculizado por la falta de tecnologías de producción e infraestructura de distribución.
Ahí es donde entra en juego la basura.
“En el pasado, e incluso hoy, los desechos eran algo non grato: nadie quiere saber qué sucede allí. Al encontrar una manera de que los residuos se conviertan en un recurso en lugar de un problema, cambia la forma de verlos”, indicó Liran Dor, director de tecnología de la empresa que ayudó a diseñar la tecnología y trabaja en el centro de I+D de Boson Energy en Modi’in.
Dor señaló que otros métodos de producción de hidrógeno son verticales y distantes, como la eólica o la solar. Un enfoque local de abajo hacia arriba basado en los residuos es excepcionalmente económico y sustentable.
“Los residuos son algo que siempre se genera y siempre hay que tratar. Queríamos hallar una manera de utilizarlos porque vivimos en una economía de escasez de recursos. La gente está empezando a darse cuenta de que ya no pueden dar por sentado que la luz se encenderá cuando toquen el interruptor”, le dijo Dor a ISRAEL21c en Español.
Muchos usos potenciales
Boson Energy obtendría múltiples beneficios en varias direcciones: cobrar por el tratamiento de los residuos desviados de los vertederos y vender tanto el hidrógeno como el dióxido de carbono como productos básicos locales.
El hidrógeno podría utilizarse de varias formas, como la carga rápida de vehículos eléctricos mientras que el CO2 podría almacenarse o reemplazar el CO2 de combustibles fósiles en invernaderos y en la industria de alimentos y bebidas.
A medida que más consumidores compran vehículos eléctricos, crece la preocupación de que la red eléctrica no pueda gestionar el aumento de la demanda.
Así, Boson tiene como objetivo quitar esa presión.
Jan Grimbrandt, Liran Dor y Heike Zatterstrom con escoria de carbono. Foto: Jan Weissenberg / Boson Energy
El principal cliente objetivo serían los municipios de todo el mundo.
Además de la responsabilidad siempre presente de la gestión de residuos, muchas ciudades han establecido objetivos de huella climática, emisiones de CO2 y movilidad libre de combustibles fósiles.
“Tenemos múltiples clientes potenciales, incluidas industrias, fabricantes de equipos originales y empresas químicas. Así que el ‘nombre del juego’ para nosotros es la flexibilidad”, dijo Dor.
Recientemente, Boson Energy terminó el campo de entrenamiento Calling2Scale dirigido por EIT Hub Israel, la rama local de innovación y tecnología de la Unión Europea, que fomenta colaboraciones innovadoras entre el país y el Viejo Continente para hacer frente a los retos de la sociedad.
En los últimos dos años, Calling2Scale ayudó a sus nuevas empresas a perfeccionar su producto y presentar y conectarse con socios de financiación e industriales.
“Calling2Scale es una forma de estar en el radar de posibles inversores y clientes. Somos una empresa muy nerd y necesitamos aprender cómo contar mejor nuestra historia y qué podemos hacer para prepararnos para un rápido crecimiento”, explicó Dor.
La empresa espera que su primer proyecto se ponga en marcha en 2024.
Boson Energy fue cofundada por el profesor Wlodzimierz Blasiak del Instituto Real de Tecnología KTH de Estocolmo, donde ahora es profesor emérito de ingeniería energética y de hornos.
Grimbrandt viene del lado del negocio tecnológico, ya que anteriormente estuvo involucrado en dos nuevas empresas suecas de tecnología limpia adquiridas por Siemens AG y Nalco, respectivamente.
A su vez, Bengt Andersson, ex propietario de Hans Andersson Recycling en Suecia, es presidente del directorio e inversor. Otro inversor es Per-Anders Hjort, ex director ejecutivo de la empresa de gestión de residuos Sita en Suecia y el Reino Unido.
Un bosón, por cierto, es una partícula subatómica portadora de energía.
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Fuente: ISRAEL21c
13/08/2022 en AURORA
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