sábado, 1 de abril de 2023

#11. HISTORIA DE ISRAEL Y JUDA A TRAVES DE LOS PROFETAS: 2ª Samuel 7 - 12.

La semana pasada vimos como David fue coronado 2 veces, las luchas internas por el vacío dejado por Saúl, el asesinato de Isboset, la conquista de Jerusalén, el traslado del Arca a Jerusalén y también los primeros pasos para consolidar el reino unido de Israel y Judá.

David observa a Betsabé como se baña desde su palacio

Hoy veremos al profeta Natán. Se tendrá que emplear a fondo con David, sobre todo por su pecado con Betsabé. Natán le sacará “tarjeta amarilla” a David, aunque podría haber sido “roja directa”. ¿No te parece?. Lo podremos comentar y debatir juntos.



2ª Samuel 7.     Promesa de Dios a David. Oración de gratitud de David.

Después de un tiempo indeterminado, un vez controlado todos los enemigos de su alrededor y de estar establecido en su palacio, habla con el profeta Natán de sus siguientes intenciones.

1 Una vez que el rey David se hubo establecido en su palacio, el Señor le dio descanso de todos los enemigos que lo rodeaban. 2 Entonces el rey le dijo al profeta Natán: Como puedes ver, yo habito en un palacio de cedro, mientras que el arca de Dios se encuentra bajo el toldo de una tienda de campaña. 3 Bien, respondió Natán. Haga Su Majestad lo que su corazón le dicte, pues el Señor está con usted.

Probablemente desde su palacio podría ver el tabernáculo. Estaba en una sencilla tienda de campaña, según las dimensiones dadas por Dios cuando estaban en el desierto. Seguramente sería minúsculo en relación a su palacio y la extensión de su reino.

David vivía en su palacio y mandó llamar a Natán para compartir lo que tenía en su corazón. Quería construirle a Dios “su palacio”, una casa donde habitara Él. Algo común en cualquiera de los pueblos de alrededor.

Pero Dios no quería y le habló en sueños a Natán.

4 Pero aquella misma noche la palabra del Señor vino a Natán y le dijo:

5 «Ve y dile a mi siervo David que así dice el Señor: “¿Serás tú acaso quien me construya una casa para que yo la habite? 6 Desde el día en que saqué a los israelitas de Egipto, y hasta el día de hoy, no he habitado en casa alguna, sino que he andado de acá para allá, en una tienda de campaña a manera de santuario. 7 Todo el tiempo que anduve con los israelitas, cuando mandé a sus gobernantes que pastorearan a mi pueblo Israel, ¿acaso le reclamé a alguno de ellos el no haberme construido una casa de cedro?”

Dios responde a través de Natán y se produce un diálogo muy interesante y hasta cierto modo contradictorio.

Le dice que no necesitaba una casa para habitar porque le bastaba con el Tabernáculo. A todos los aquellos que anteriormente lideraron su pueblo le pidió que pastorearan su pueblo, pero nunca les pidió construirle una casa.

Contra ese deseo de David, Dios recapitula y le promete:
  • Pasó de cuidar ovejas a gobernar sobre toda Israel.
  • Le recuerda que ha estado con David en todo momento y ha aniquilado a todos sus enemigos.
  • Que será tan famosos como los grandes de la tierra.
  • Designara un lugar concreto para su pueblo, para que pueda vivir en paz.
  • Sus enemigos no lo volverán a humillar como lo han hecho desde el principio, porque a él le dará el descanso de todos sus enemigos.
Y añade:

»”Pero ahora el Señor te hace saber que será él quien te construya una casa. 12 Cuando tu vida llegue a su fin y vayas a descansar entre tus antepasados, yo pondré en el trono a uno de tus propios descendientes, y afirmaré su reino. 13 Será él quien construya una casa en mi honor, y yo afirmaré su trono real para siempre.

El Templo de Jerusalén se construirá cuando Dios lo disponga y no antes, pero ya le avanza que será su hijo, a quién Dios también bendecirá. La bendición de Dios a David alcanzó también a su hijo Salomón.

Las vidas de los padres influyen en las de sus hijos y podemos llegar a ser de bendición para sus vidas. ¿No crees? Seamos siempre de bendición a nuestros hijos y a todos los que nos rodean.

Además, no sólo le confirmó cuando se le construirá el Templo y por quién, sino que le promete que su dinastía sería para siempre. ¿Se refiere sólo a la dinastía en el reino de Judá, o tiene que ver algo con Jesús? Lo podemos comentar juntos.

16 Tu casa y tu reino durarán para siempre delante de mí; tu trono quedará establecido para siempre”». 17 Natán le comunicó todo esto a David, tal como lo había recibido por revelación.

Ahí no quedó todo. Una vez que Natán le comunicó todo lo que Dios tenía para él, David oró a Dios y se lo agradeció de forma personal. Podemos ver en este capítulo a David en estado puro. Aquí tenemos un resumen de su oración, que incluso parece un pacto.

...«Señor y Dios, ¿quién soy yo, y qué es mi familia, para que me hayas hecho llegar tan lejos?...

...¿Qué más te puede decir tu siervo David que tú no sepas, Señor mi Dios?...

...¡Qué grande eres, Señor omnipotente!...

...¿Y qué nación se puede comparar con tu pueblo Israel?...

...Estableciste a Israel para que fuera tu pueblo para siempre, y para que tú, Señor, fueras su Dios...

...»Y ahora, Señor y Dios, reafirma para siempre la promesa que les has hecho a tu siervo y a su dinastía. Cumple tu palabra para que tu nombre sea siempre exaltado, y para que todos digan: “¡El Señor Todopoderoso es Dios de Israel!”...

...»Señor Todopoderoso, Dios de Israel, tú le has revelado a tu siervo el propósito de establecerle una dinastía, y por eso tu siervo se ha atrevido a hacerte esta súplica...

No sólo agradece la promesa de Dios, sino que le pide la bendición sobre su familia para asegurar que se lleve a cabo lo prometido a su descendencia y así ser testimonio al resto de las naciones.



2ª Samuel 8.     Victorias de David. Los oficiales de David.

Este capítulo es un resumen de las guerras de David, donde se puede ver cómo establece la supremacía de Israel sobre todas las naciones vecinas. Venció a filisteos, moabitas, sirios, edomitas, amonitas y amalecitas. Los venció a todos y se hizo poderoso en caballos, carros, oro y plata.

Podéis leer el capítulo en casa, porque hay muchos detalles de interés que podrás descubrir.

La extensión del reino de David y también de Salomón llegó a su máxima extensión. Por el sur desde el mar Rojo y el Torrente de Egipto (al inicio del Sinaí), hasta el río Éufrates por el norte. Y por el este desde el el desierto arameo (el actual desierto de Jordania), hasta el mar Mediterráneo por el oeste. Lo puedes ver bien en los mapas de tu Biblia.

15 David reinó sobre todo Israel, gobernando al pueblo entero con justicia y rectitud.




2ª Samuel 9.     David y Mefiboset.

A la memoria de David vino el pacto realizado a su amigo Jonatán. En su corazón estaba el saber si todavía vivía alguno de los familiares de Saúl, para ayudarles en memoria de Jonatán. Encontraron a Mefiboset hijo de Jonatán, el cual estaba imposibilitado de sus 2 piernas.

Lo mandó llamar a palacio para que comiera a partir de entonces siempre en su mesa y le restituyó las tierras de su abuelo Saúl.

6 Cuando Mefiboset, que era hijo de Jonatán y nieto de Saúl, estuvo en presencia de David, se inclinó ante él rostro en tierra. ¿Tú eres Mefiboset? le preguntó David. A las órdenes de Su Majestad, respondió.

7 No temas, pues en memoria de tu padre Jonatán he decidido beneficiarte. Voy a devolverte todas las tierras que pertenecían a tu abuelo Saúl, y de ahora en adelante te sentarás a mi mesa. 8 Mefiboset se inclinó y dijo: ¿Y quién es este siervo suyo, para que Su Majestad se fije en él? ¡Si no valgo más que un perro muerto!

Lo hizo en justicia al pacto realizado con Jonatán y por respeto al anterior rey.




2ª Samuel 10.     David derrota a los amonitas.

¡Otro episodio con los amonitas! Este pueblo no tenía remedio. Durante toda la historia veremos episodios similares, enfrentándose a Israel, pero en este caso la jugada les salió muy mal.

El pueblo amonita estaba bajo el dominio de Israel y a la muerte de su rey, David decide enviar a 2 de sus mensajeros al nuevo rey, para darle el pésame.

El nuevo rey (mal asesorado por sus oficiales) pensó que estos mensajeros iban a espiarles y les apresó para afeitarles media barba y rasgar sus ropas a la altura de las nalgas.

No podía haber un insulto más grosero que afeitarle a un hombre su barba en oriente, porque la barba mostraba la dignidad de su virilidad. Sólo se rapaban cuando querían mostrar luto y ese no era el caso. Se sabe que en muchos casos, preferían morir antes de afeitarse la barba. Luego el nuevo rey amonita buscaba humillar a los mensajeros.

5 Los hombres del rey David se sentían muy avergonzados. Cuando David se enteró de lo que les había pasado, mandó que los recibieran y les dieran este mensaje de su parte: «Quédense en Jericó, y no regresen hasta que les crezca la barba».

Al darse cuenta los amonitas que David también se había sentido humillado, sintieron miedo y pidieron ayuda a los sirios del norte. Enseguida David se enteró de la jugada porque la contra-inteligencia seguía funcionando muy bien por allí y se preparó para defenderse y parar la insurgencia.

Mandó a Joab junto con su hermano Abisay, para hacer frente a los amonitas; Joab se encargó de luchar con los sirios y Abisay con los amonitas. Nada más que empezó Joab a luchar, los sirios salieron corriendo y cuando los amonitas lo supieron, hicieron lo mismo. Está claro que Dios estaba con ellos.

Pero ahí no quedó la cosa. Cuando el sirio Hadad Ezer vio volver a los suyos derrotados, mandó que se le unieran a él a más sirios del otro lado del río Eufrates, para ir de nuevo contra Israel. La cosa se estaba poniendo sería.

17 Cuando David se enteró de esto, reunió a todo Israel, cruzó el Jordán y marchó hacia Jelán. Los sirios se enfrentaron con David y lo atacaron, 18 pero tuvieron que huir ante los israelitas. David mató a setecientos soldados sirios de caballería y cuarenta mil de infantería. También hirió a Sobac, general del ejército sirio, quien murió allí mismo.

19 Al ver que los sirios habían sido derrotados por los israelitas, todos los reyes vasallos de Hadad Ezer hicieron la paz con los israelitas y se sometieron a ellos. Y nunca más se atrevieron los sirios a ir en auxilio de los amonitas.

El estratega de David no se lo pensó y fue directamente contra ellos, para evitar que se complicara más. Y no sólo consiguió someter de nuevo a Hadad Ezer, sino a todos los reyes vasallos de Hadad Ezer. David consiguió recuperar y aumentar su poder, porque Dios estaba con él y nunca más los sirios fueron en auxilio de los amonitas.




2ª Samuel 11.     David y Betsabé.

1 En la primavera, que era la época en que los reyes salían de campaña, David mandó a Joab con la guardia real y todo el ejército de Israel para que aniquilara a los amonitas y sitiara la ciudad de Rabá. Pero David se quedó en Jerusalén.

En esta ocasión David mandó a Joab con la guardia real y todo el ejército para terminar con los amonitas y para sitiar a Ramá su capital. Se cree que Ramá es la actual Amán (capital de Jordania).

Una tarde al levantarse David de su siesta, paseando por la azotea de su palacio vio a una hermosa mujer bañarse. Él pidió saber de quién se trataba y le informaron que era Betsabé hija de Elián y esposa de Urías el hitita (el extranjero).

Mandó que la llevaran a palacio y aún sabiendo quien era y que estaba casada, se acostó con ella. Tras todo ello, Betsabé se volvió a casa. Hacía poco de su purificación de la menstruación y al estar en esos días tan fértiles, quedó embarazada y tan pronto lo supo se lo dijo a David. “Houston, tenemos un problema”... En realidad era mucho más que un problema.

David quiso tapar su pecado con otros pecado mayor, de forma que pidió a Joab que enviara a Urías a palacio. Al llegar a palacio preguntó a Urías por Joab y sus soldados y por cómo iba la campaña. Me supongo la cara de Urías, porque él no quien para informar de ello y porque sabría que el rey ya estaría muy bien informado ya. ¿No crees? Me supongo que tendrían una conversación como las que tenemos en los ascensores, cuando no sabemos de qué hablar.

8 Luego le dijo: «Vete a tu casa y acuéstate con tu mujer». Tan pronto como salió del palacio, Urías recibió un regalo de parte del rey, 9 pero, en vez de irse a su propia casa, se acostó a la entrada del palacio, donde dormía la guardia real.

En lugar de irse con su mujer y disfrutar del poco tiempo antes de volver al campo de batalla, prefirió quedarse con la guardia real. Aquello puso aún más nervioso a David, porque quería endosarle a Urías el embarazo de Betsabé. ¡Qué hombre!

10 David se enteró de que Urías no había ido a su casa, así que le preguntó: Has hecho un viaje largo; ¿por qué no fuiste a tu casa?

11 En este momento, respondió Urías, tanto el arca como los hombres de Israel y de Judá se guarecen en simples enramadas, y mi señor Joab y sus oficiales acampan al aire libre, ¿y yo voy a entrar en mi casa para darme un banquete y acostarme con mi esposa? ¡Tan cierto como que Su Majestad vive, que yo no puedo hacer tal cosa!

12 Bueno, entonces quédate hoy aquí, y mañana te enviaré de regreso, replicó David.

Al día siguiente David invitó de nuevo a palacio a Urías a un banquete y lo emborrachó, pero aún así no fue a su casa, sino que volvió a quedarse con la guardia real.

A la mañana siguiente, viendo que no había solución le escribió a Joab una carta, que el propio Urías le entregaría en mano, para que lo pusieran al frente de la batalla, con la intención de que quedara sólo y fuera de los primeros en caer.

La bola se estaba haciendo cada vez más grande y su pecado ya empezaba a “sangrar”. No le importó en absoluto mandarlo directamente a la muerte: ya que algunos de sus soldados caerán en batalla, que sea Urías el hitita de los primeros y no otros.

Joab envió a un mensajero para informar del desarrollo de la batalla y entre los 3 montaron una especie de parodia. Se le informa al rey de la batalla y en particular de la muerte de Urías y por otra parte David responde que son cosas normales que pasan en las batallas y les anima a que sigan luchando.

22 El mensajero partió, y al llegar le contó a David todo lo que Joab le había mandado decir.

23 Los soldados enemigos nos estaban venciendo, dijo el mensajero, pero cuando nos atacaron a campo abierto pudimos rechazarlos hasta la entrada de la ciudad. 24 Entonces los arqueros dispararon desde la muralla a los soldados de Su Majestad, de modo que murieron varios de los nuestros. También ha muerto Urías el hitita, siervo de Su Majestad.

25 Entonces David le dijo al mensajero: Dile a Joab de mi parte que no se aflija tanto por lo que ha pasado, pues la espada devora sin discriminar. Dile también que reanude el ataque contra la ciudad, hasta destruirla. Y anímalo.

Betsabé se enteró de la muerte de su esposo e hizo luto por él. Tras terminar el luto, David se la llevó a palacio y tomó por esposa, antes de que “aquello” fuera a más. Y a su tiempo tuvieron el hijo.

Y como era de esperar, todo cuanto hizo David desagradó a Dios. Él no estaba ausente. Las consecuencias de su pecado no se harían esperar.




2ª Samuel 12.     Natán reprende a David.

Desde la antigüedad la literatura sapiencial tomaba forma de parábolas para mostrar alguna enseñanza. Ya sabemos que Jesús usaba mucho este recurso y es una excelente herramienta para visualizar una enseñanza.

También fue el caso del profeta Natán y la empleó con mucha sabiduría.

1 El Señor envió a Natán para que hablara con David. Cuando se presentó ante David, le dijo: Dos hombres vivían en un pueblo. El uno era rico, y el otro pobre.

2 El rico tenía muchísimas ovejas y vacas; 3 en cambio, el pobre no tenía más que una sola ovejita que él mismo había comprado y criado. La ovejita creció con él y con sus hijos: comía de su plato, bebía de su vaso y dormía en su regazo. Era para ese hombre como su propia hija.

4 Pero sucedió que un viajero llegó de visita a casa del hombre rico y, como este no quería matar ninguna de sus propias ovejas o vacas para darle de comer al huésped, le quitó al hombre pobre su única ovejita.

Tal y como escuchó David la historia se enfadó, respondiendo a Natán que esa persona merecía morir. “¡Que pague 4 veces el valor de la oveja!”.

7 Entonces Natán le dijo a David: ¡Tú eres ese hombre! Así dice el Señor, Dios de Israel: “Yo te ungí como rey sobre Israel, y te libré del poder de Saúl. 8 Te di el palacio de tu amo, y puse sus mujeres en tus brazos. También te permití gobernar a Israel y a Judá. Y por si esto hubiera sido poco, te habría dado mucho más.

9 ¿Por qué, entonces, despreciaste la palabra del Señor haciendo lo que le desagrada? ¡Asesinaste a Urías el hitita para apoderarte de su esposa! ¡Lo mataste con la espada de los amonitas!

10 Por eso la espada jamás se apartará de tu familia, pues me despreciaste al tomar la esposa de Urías el hitita para hacerla tu mujer”.

11 »Pues bien, así dice el Señor: “Yo haré que el desastre que mereces surja de tu propia familia, y ante tus propios ojos tomaré a tus mujeres y se las daré a otro, el cual se acostará con ellas en pleno día. 12 Lo que tú hiciste a escondidas, yo lo haré a plena luz, a la vista de todo Israel”».

Tremendo castigo de parte de Dios para David.

13 ¡He pecado contra el Señor! reconoció David ante Natán. El Señor ha perdonado ya tu pecado, y no morirás, contestó Natán. 14 Sin embargo, tu hijo sí morirá, pues con tus acciones has ofendido al Señor.

Natán se volvió a su casa y Dios hirió al hijo que David tuvo con Betsabé. David rogaba a Dios por su vida; ayunaba y pasaba las noches en el suelo implorando por su hijo. Los ancianos de la corte le rogaban que se levantara, pero se resistía y no comía nada.

A los 7 días murió el niño y los oficiales tenían miedo de darle la noticia, porque pensaban que se podría volver loco. Pero David se dio cuenta por los movimientos de ellos y les preguntó directamente.

19 Pero David, al ver que sus oficiales estaban cuchicheando, se dio cuenta de lo que había pasado y les preguntó: ¿Ha muerto el niño? Sí, ya ha muerto, le respondieron.

20 Entonces David se levantó del suelo y en seguida se bañó y se perfumó; luego se vistió y fue a la casa del Señor para adorar. Después regresó al palacio, pidió que le sirvieran alimentos, y comió.

Los oficiales se quedaron extrañados por sus acciones, porque se levantó, bañó, perfumó, vistió y se fue a la casa del Señor para adorarlo, para volver luego a palacio y seguir como si nada.

22 David respondió: Es verdad que cuando el niño estaba vivo yo ayunaba y lloraba, pues pensaba: “¿Quién sabe? Tal vez el Señor tenga compasión de mí y permita que el niño viva”.

23 Pero, ahora que ha muerto, ¿qué razón tengo para ayunar? ¿Acaso puedo devolverle la vida? Yo iré adonde él está, aunque él ya no volverá a mí.

Después se fue a consolar a su esposa Betsabé y tuvo un nuevo hijo que David llamó Salomón. Dios amó a ese nuevo hijo y a través de Natán le mandó decir a David que lo llamara Jedidías (amado por el Señor), pero no parece que atendiera a ese mandato.

Mientras tanto Joab seguía con su batalla contra los amonitas en Rabá. Había capturado la fortaleza real y pedía ayuda a David para que movilizara el resto de las tropas y poder terminar la conquista. Pero que si no le acompañaba David en la batalla, él la terminaría, le pondría su nombre y se llevaría los honores y quien sabe si también los tesoros como recompensa.

29 Por tanto, David, movilizando todas las tropas, marchó contra Rabá, la atacó y la capturó. 30 Al rey de los amonitas le quitó la corona de oro que tenía puesta, la cual pesaba más de treinta kilos y estaba adornada con piedras preciosas. Luego se la pusieron a David. Además, David saqueó la ciudad y se llevó un botín inmenso.

31 Expulsó de allí a sus habitantes y los puso a trabajar con sierras, trillos y hachas, y también los forzó a trabajar en los hornos de ladrillos. Lo mismo hizo con todos los pueblos amonitas, después de lo cual regresó a Jerusalén con todas sus tropas.

Salió rápido en auxilio a Joab y se llevó el mismo los honores y los tesoros de los amonitas. Se acabó y a partir de ese momento puso a los amonitas a trabajar para él. Ya era hora.

David cometió una sucesión de pecados imperdonables. Se arrepintió, pero eso no impidió que sufriera el castigo y las consecuencias de su pecado. Pidió misericordia al menos por su hijo, pero lo perdió como parte de su castigo. No obstante, Dios lo restauró y tuvo otro nuevo hijo con Betsabé.

Y en medio de todo estos problemas de palacio, tuvo tiempo para salir al galope a masacrar a los amonitas.

Dios siempre ofrece nuevas oportunidades a quienes le aman de todo corazón.


===== *** =====

La próxima semana seguiremos hasta el capítulo 13 de 2ª Samuel. Veremos el cumplimiento del castigo profetizado por Natán, con diferentes problemas y rebeliones dentro de palacio, que acabarán pasando factura a David.

Animo y a seguir estudiando.

Y pronto estará Manu con vosotros, siguiendo con los profetas Elías y Eliseo. Ya mismo.

¡¡¡Bendiciones!!!


02/04/2023
Escuela BIBLICA DOMINICAL





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