Volvemos de nuevo a tener las clases de Escuela Dominical tras las fiestas navideñas y espero que estemos a tope, para poder ver juntos y en detalle los siguientes capítulos de 2ª Reyes.
Desde octubre para acá, Lali ha estado impartiendo los capítulos que abarcan los profetas Elías y Eliseo. Sé que hemos aprendido nuevas cosas con el estudio de estos capítulos y me alegro.
Antes de entrar en los siguientes profetas, vamos a retomar el contexto histórico, retrocediendo un poco en 2ª Reyes y daremos un sencillo repaso desde Elías hasta llegar hasta Jonás. Como quiera que Jonás ya lo dimos en su momento, lo veremos de forma rápida, para entrar de lleno con el profeta Amós y luego con Oseas.
Hasta ahora hemos podido estudiar a Samuel, el periodo del reino unido con los reyes Saúl, David y Salomón, donde hemos podido ver ya a los profetas Natán y Gad.
Y durante el reino partido, a los profetas Semaías, Hanani y Jehú en el Reino de Judá (del sur) y a los profetas Ahías, Micaías, Elías y Eliseo en el Reino de Israel (del norte).
De todos estos profetas estudiados hasta ahora de ambos reinos, Elías y Eliseo han sido los más determinantes para sus generaciones y el recuerdo por el ejemplo y Ministerio de Elías perduró aún hasta los tiempos de Jesús (Mateo 16:14). ¡Que privilegio!
2ª Reyes 1. El juicio del Señor Contra Ocozías rey de Israel.
Como ya vimos, en estos primeros capítulos se describen la vida y Ministerios de los profetas Elías y Eliseo. Y por tanto, la historia se centrará más sobre el Reino de Israel (del norte), más que sobre el Reino de Judá (del sur).
Tras la muerta del rey Acab, el pueblo de Moab se reveló contra Israel. Ocozías es el siguiente rey y no hace nada por mejorar respecto a Acab. Se cayó por la ventana y se hizo pupita y en lugar de pedir la ayuda de Dios, mandó que preguntaran al dios Baal Zebub que estaba en Ecrón.
Dios manda a Elías que mate a los mensajeros que fueron a Ecrón en más de una ocasión, para finalmente ir al rey y explicar su destino por no seguir a Dios.
15 El ángel del Señor ordenó a Elías: «Baja con él; no le tengas miedo». Así que Elías se levantó y bajó con el oficial para ver al rey,
16 a quien le dijo: «Así dice el Señor: “Enviaste mensajeros a consultar a Baal Zebub, dios de Ecrón. ¿Acaso no hay Dios en Israel a quien puedas consultar? Puesto que has actuado así, ya no te levantarás de tu lecho de enfermo, sino que morirás, sin duda alguna”».
17 Así fue como murió el rey, según la palabra que el Señor había anunciado por medio de Elías.
Como Ocozías no tuvo ningún hijo, reinó en su lugar Jorán. Curiosamente en Judá estaba reinando otro rey con el mismo nombre.
2ª Reyes 2. Elías es llevado al cielo.
Ya estudiamos ampliamente este pasaje, donde pudimos ver la larga despedida de Eliseo de su maestro Elías. No quería despegarse de Elías.
Salieron de Guilgal, para pasar por Betel, luego por Jericó, pasaron el Jordán y lo cruzaron en seco, para terminar viendo a su maestro salir en un carro de fuego al cielo.
En su despedida Eliseo le pidió una doble porción de su espíritu, como si se tratara del reparto de la herencia de un padre para el hijo mayor. Esa era la costumbre en cuestión de bienes y herencias en esa época. De alguna forma, Eliseo era su alumno más cercano (el mayor de ellos) y quien sabe si se lo estaba pidiendo en esos términos.
Tras quedarse sólo, tomó su manto, golpeó también el rio Jordán para pasar de nuevo en seco, volvió a para de vuelta por Jericó, luego a Betel y finalmente en lugar de terminar en Gulgal, se fue al Monte Carmelo, para terminar en Samaria.
Me llama la atención que al pasar el río Jordán a la altura de Jericó se está justo casi frente al Monte Nebo, donde murió Moisés. Es curioso que Moisés y Elías terminaran sus días en lugares tan cercanos entre sí.
2ª Reyes 3. Los moabitas se rebelan.
Jorán, hijo de Acab comenzó a reinar en Israel (reino del norte) y también hizo lo malo ante los ojos de Dios, aunque no tanto como sus padres. Pero se enfrentó a los msmos pecados de los los reyes anteriores desde Jeroboam. No sólo pecaron ellos, sino que hicieron pecar a todo Israel.
Los moabitas era vasallos del reino de Israel, pero no quisieron seguir pagando su tributo anual, obligando a Israel a reclamar lo suyo. Se unió al reino de Judá y de Edom, para juntos luchar contra el reino de Moab. Fueron juntos desde el sur contra Moab, pero de camino se quedaron sin agua y pensaron que era un castigo de Dios por ir contra Moab.
El rey de Judá que estaba un poquito más orientado, preguntó si había algún profeta por allí y le dijeron que por allí cerquita estaba Eliseo.
Fueron los tres reyes a ver a Eliseo y le contestó con cierta ironía al rey de Israel.
13 Pero Eliseo dijo al rey de Israel: ¿Qué tengo yo que ver con usted? Váyase a consultar a los profetas de su padre y de su madre. No —respondió el rey de Israel—, pues el Señor nos ha reunido a los tres para entregarnos en manos de los moabitas.14 Eliseo respondió: Tan cierto como que vive el Señor de los Ejércitos, a quien sirvo, te aseguro que si no fuera por el respeto que le tengo a Josafat, rey de Judá, ni siquiera le daría a usted la cara.15 En fin, ¡que me traigan un músico! Mientras el músico tañía el arpa, la mano del Señor vino sobre Eliseo16 que dijo: Así dice el Señor: “Abran zanjas por todo este valle,17 pues aunque no vean viento ni lluvia —dice el Señor—, este valle se llenará de agua, de modo que podrán beber ustedes y todos sus animales”.18 Esto es poca cosa para el Señor, que además entregará a Moab en manos de ustedes.
Les profetiza que no sólo ganarían a los moabitas, sino que se llevarán todo lo mejor y los destruirían para que se les quitara las ganas de una nueva revuelta por un buen tiempo. Además les mandó hacer zanjas para que se llenaran de agua al día siguiente desde el sur (desde el desierto), para ellos y así poder luchar.
2ª Reyes 4. Algunos milagros de Eliseo.
Sólo los enunciaremos, porque ya los hemos estudiado con anterioridad.
- El aceite de la viuda.
- El hijo de la sunamita.
- El milagro de la comida envenenada.
- La alimentación a los 100 hombres.
2ª Reyes 5. Eliseo sana a Naamán.
Este capítulo lo estudiamos igualmente, pero destaquemos algunos detalles que nos vendrán bien retener para los siguientes estudios.
Naamán era comandante del rey de Aram. El reino de Aram estaba justo al norte del reino de Israel y en ese momento se encontraba en expansión. Israel se sentía un poco amenazado por los arameos, de ahí su reacción a la carta que le llevó Naamán.
Más adelante Aram fue conquistada por los Asirios y los Asirios conquistaron el reino de Israel. No sólo lo conquistaron, sino que el pueblo se esparció y perdió. Son las llamadas 10 tribus perdidas de Israel.
Pero no nos adelantemos, porque lo iremos viendo paso a paso.
2ª Reyes 6-7. Otros milagros de Eliseo.
Sólo los enunciaremos, porque ya los hemos estudiado con anterioridad.
- El milagro del hacha.
- Consigue capturar una tropa de arameos y no volvieron a invadir a Israel por un buen tiempo.
- Hambre extrema en Samaria tras ser sitiada por los arameos.
- Samaria es liberada por la huida de los arameos y acabó el hambre.
2ª Reyes 8: 1-6 La sunamita recupera su terreno.
A propuesta de Eliseo, la sunamita que anteriormente vimos se fue a tierra filistea, porque vendría una gran hambre sobre Israel durante 7 años.
A su vuelta, fue a pedir clemencia para poder recuperar sus tierras y a través del criado de Eliseo que estaba precisamente con el rey, las pudo recuperar junto con las ganancias que pudieran haber dado durante esos 7 años.
2ª Reyes 8: 7-15 Jazael rey de Aram.
Aquí tenemos un episodio un tanto extraño. La curación de Naamán fue un gran testimonio para el pueblo arameo, al punto de que el rey mando a consultarlo cuando supo que Eliseo estaba en Damasco. El rey mandó a Jazael con muchos presentes para que le consultara sobre su enfermedad.
Es curioso la de enfermedades que encontramos en el pueblo arameo, pero igualmente es lo que vemos a continuación.
9 Jazael fue a ver a Eliseo y como regalo le llevó de las mejores mercancías de Damasco, cargadas en cuarenta camellos. Cuando llegó, se presentó ante él y dijo: Ben Adad, rey de Aram, su servidor, me ha enviado para preguntarle si él se va a recuperar de su enfermedad.
Veamos con atención la respuesta de Eliseo, porque no tengo claro si fue una respuesta o una incitación.
10 Eliseo respondió: Ve y dile que sobrevivirá a esa enfermedad, aunque el Señor me ha revelado que de todos modos va a morir.11 Luego Eliseo se quedó mirándolo fijamente, hasta que Jazael se sintió incómodo. Entonces el hombre de Dios se echó a llorar.12 ¿Por qué llora mi señor? —preguntó Jazael. —Porque yo sé bien que vas a causarles mucho daño a los israelitas —respondió—. Vas a incendiar sus fortalezas, y a matar a sus jóvenes a filo de espada; despedazarás a los niños y les abrirás el vientre a las mujeres embarazadas.13 Jazael exclamó: ¡Qué es este servidor de usted sino un pobre perro! ¿Cómo es posible que haga tal cosa? Entonces Eliseo declaró: El Señor me ha revelado que vas a ser rey de Aram.
A su vuelta a palacio el rey le preguntó por las palabras de Elías y sólo le dijo que sobreviviría a la enfermedad, pero al día siguiente lo mató. Por lo menos se cumplió que no moriría por la enfermedad...
Me pregunto para qué fue Eliseo a Damasco. ¿No se pudo quedar mejor “tranquilito” en Samaria y no incitar a nadie? Aunque cueste entenderlo, Dios usa lo que estima oportuno en cualquier momento, para llevar a cabo su voluntad.
2ª Reyes 8: 16-24 Jorán rey de Judá.
Ahora pasamos al sur. Tras la muerte de Josafat, reinó su hijo Jorán. El texto es muy escueto. Para definir su reinado lo comparó a los reyes de Israel y decir de él que fue tan malo como ellos.
18 Jorán hizo lo malo ante los ojos del Señor, pues siguió el mal ejemplo de los reyes de Israel, como lo había hecho la familia de Acab, y llegó incluso a casarse con la hija de Acab.
No es que Jorán del reino de Judá fuera igualito que sus antecesores de Judá, sino que fue tan malo como los del reino de Israel.
Buena forma para indicar que su reinado fue de los peores de Judá. No obstante, nos recuerda que Dios mantiene su palabra por David su siervo.
19 Pero el Señor no quiso destruir a Judá por consideración a su siervo David, pues le había prometido mantener encendida para siempre una lámpara para él y sus descendientes.
Termina hablándonos de la rebelión de los edomitas. Este es otro pueblo que también dio muchos dolores de cabeza a los judíos a lo largo de su historia y de donde viene Herodes el grande.
2ª Reyes 8: 25-29 Ocozías rey de Judá.
Después de Jorán, reino Ocozías “el breve” por sólo 1 año en Judá. Al igual que su padre, siguió el ejemplo de los reyes de Israel (del norte), en lugar de seguir a Dios.
Judá e Israel fueron juntos para luchar contra Jazael, rey de Aram. ¿Lo recuerdas? Ese al que Eliseo fue a ver en Damasco para decirle que llegaría ser rey de Aram y que produciría mucho dolor a Israel.
28 Ocozías, junto con Jorán, hijo de Acab, marchó hacia Ramot de Galaad para hacerle guerra a Jazael, rey de Aram, pero en la batalla los arameos hirieron a Jorán.
Ramot de Gallad era una ciudad importante. ¿Recuerdas por qué? Permanecieron leales a Saúl y dieron sepultura a Saúl y sus hijos a riesgo de sus vidas. Tierra histórica de Israel, ahora en manos de los arameos.
Pero la batalla fue mal y Jorán rey de Israel cayó herido y se tuvo que ir a lugar seguro en el valle de Jezrel. Su compadre Ocozías rey de Judá fue a verlo y así termina el capítulo.
2ª Reyes 9: 1-13 Jehú ungido rey de Israel.
Con Jehú se inicia un nuevo capítulo en la historia del reino de Israel.
Eliseo llamó a uno de los para que viajara a Ramot de Galaad, con un frasco de aceite. No sabemos si seguían batallando con los arameos o si estaban defendiendo la ciudad, pero nuevamente tenemos a Ramot de Gallad.
2 Cuando llegues, busca a Jehú, hijo de Josafat y nieto de Nimsi. Ve adonde esté, apártalo de sus compañeros y llévalo a un cuarto.3 Toma entonces el frasco, derrama el aceite sobre su cabeza y declárale: “Así dice el Señor: ‘Ahora te unjo como rey de Israel’ ”. Luego abre la puerta y huye; ¡no te detengas!».
Así hizo el profeta enviado por Eliseo. Lo llevó adentro, lo ungió, le habló y salió pitando...
6 Jehú se levantó y entró en la casa. Entonces el profeta lo ungió con el aceite y declaró: «Así dice el Señor, Dios de Israel: “Ahora te unjo como rey sobre mi pueblo Israel.7 Destruirás a la familia de Acab, tu señor, y así me vengaré de la sangre de mis siervos los profetas; castigando a Jezabel, vengaré la sangre de todos mis siervos.8 Toda la familia de Acab perecerá, pues de sus descendientes en Israel exterminaré hasta el último varón, esclavo o libre.9 Haré con ellos lo mismo que hice con la familia de Jeroboán, hijo de Nabat, y con la familia de Basá, hijo de Ahías.10 Y en cuanto a Jezabel, los perros se la comerán en el campo de Jezrel y nadie le dará sepultura”».
Los compañeros de Jehú vieron contemplaron desde fuera la escena y le preguntaron sobre lo que estaba pasando, pero él respondió sin mucha convicción, pero sus compañeros le insistieron para que le dijera la verdad.
12 ¡Eso no es verdad! —contestaron—. Dinos la verdad. Jehú dijo: Esto es lo que me declaró: “Así dice el Señor: ‘Ahora te unjo como rey de Israel’ ”.13 Dicho esto, todos se apresuraron a tender sus mantos sobre los escalones, a los pies de Jehú. Luego tocaron la trompeta y gritaron: «¡Viva el rey Jehú!».
El próximo día veremos la carnicería que Jehú hará, según lo dispuesto por Dios a través de su profeta.
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La próxima semana seguiremos los siguientes capítulos de 2ª Reyes. Deberás seguir hasta el capítulo 13.
¡¡¡Bendiciones!!!
14/01/2024 Escuela Bíblica Dominical
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