La semana pasada pudimos ver toda limpieza que Jehú hizo, pero igualmente como eliminó a toda la familia de Acab y los adoradores de Baal, tal y le fue ordenado por Dios. Pero esto sirvió para volverse a Dios, sino que por el contrario prefirió adorar al becerro de oro, igual que Jeroboam.
Siendo así, el reino de Israel (el del norte), siguió de espaldas a Dios y directos al precipicio, como veremos más adelante en Reyes.
Hoy seguiremos estudiaremos los capítulos del 11 al 13, para detenernos un momento para ver de forma rápida al profeta Jonás, porque ya lo estudiamos hace unos meses. Es importante verlo ahora, para seguir con la cronología.
2ª Reyes 11. Atalía y Joás.
El final del capítulo 10 termina con la muerte de Jehú, rey de Israel. A su muerte le sucedió su hijo Joacaz.
En el capítulo 11 volvemos al reino de Judá (al sur), donde tenemos a Atalía. Y la “lió” haciendo honor a su nombre. ¿Podríamos decir que fue una “infiltrada” del reino de Israel dentro del reino de Judá?
Lo que podremos decir, es que era hija de Acab y Jezabel (reino del norte) y estaba casada con Jorán hijo de Josafat (reino del sur). Los 2 linajes estaban unidos entre sí a través de ella. Hasta ahí no hay problemas, porque era común ese tipo de uniones entre reinos cercanos.
Pero Atalía tenía aspiraciones, eliminando a toda la familia real.
1 Cuando Atalía, madre de Ocozías, vio que su hijo había muerto, tomó medidas para eliminar a toda la familia real.
Ella quería ser reina de Judá, aunque fuera de ascendencia del linaje de Israel y por eso eliminó a todo el que pudo de la familia real, pero no lo consiguió.
2 Pero Josaba, que era hija del rey Jorán y hermana de Ocozías, raptó a Joás, hijo de Ocozías, cuando los príncipes estaban a punto de ser asesinados. Metiéndolo en un dormitorio con su nodriza, logró esconderlo de Atalía, de modo que no lo mataron.3 Seis años estuvo Joás escondido con su nodriza en el Templo del Señor, mientras Atalía reinaba en el país.
Josaba pudo esconder a su sobrino de manos de Atalía, para dejarlo con su nodriza. Estuvo 6 años escondido Joás en el Templo. Durante todo el reinado de Atalía.
Jehú había matado a Acab y toda su descendencia, pero no llegó a matar a Atalía. Si Jezabel fue mala, no creo que fuera mucho mejor Atalía.
Pasado 6 años, el sacerdote Joyadá llamó al ejército para que hicieran con el un pacto. Se aseguró que el ejército estaría con el nuevo rey, en lugar de seguir con Atalía.
12 Entonces Joyadá sacó al hijo del rey, le puso la corona y le entregó una copia del pacto. Luego lo ungieron, y todos aplaudieron, gritando: «¡Viva el rey!».
Cuando Atalía oyó el escándalo que estaba formando fue al Templo y pudo ver al nuevo rey. El sacerdote no quería que la mataran en el Templo y para evitar el numerito la llevaron a palacio por la puerta de atrás para matarla.
17 Luego Joyadá hizo un pacto entre el Señor, el rey y la gente para que fueran el pueblo del Señor; también hizo un pacto entre el rey y el pueblo.18 Entonces todo el pueblo fue al templo de Baal y lo derribó. Destruyeron los altares y las imágenes, y frente a los altares degollaron a Matán, sacerdote de Baal.
No fue sólo un cambio de rey, sino que fue la eliminación del templo de Baal de su sacerdote. Un cambio radical en el reinado del joven Joás. Con sólo 7 años empezó a reinar.
20 Todo el pueblo estaba alegre y la ciudad, tranquila, pues habían matado a Atalía a filo de espada en el palacio. 21 Joás tenía siete años cuando comenzó a reinar.
2ª Reyes 12. Joás, rey de Judá.
Reinó durante 40 años en Jerusalén. Hizo lo correcto de cara a Dios mmientras que estuvo tutelado por el sacerdote Joyadá, pero se siguió permitiendo los altares paganos y el culto pagano.
2 Joás hizo lo correcto ante los ojos del Señor durante todo el tiempo que el sacerdote Joyadá lo instruyó. 3 Sin embargo, no se quitaron los altares paganos, sino que el pueblo siguió ofreciendo sacrificios y quemando incienso en ellos.
Un día se propuso restaurar el Templo. Ordenó que todo el dinero que se diera en el Templo se dedicara para su restauración y dejó el dinero y la restauración en manos de los sacerdotes.
Parece que pasaron los años y la restauración no se había efectuado y Joás pidió cuenta de ello a Joyadá y a los otros sacerdotes. Determinó que no recibirían más dinero y además deberían dar todo su dinero para realizar las reformas del Templo. A saber donde fue todo el dinero recaudado...
8 Los sacerdotes accedieron a no recibir más dinero del pueblo, y renunciaron al encargo de restaurar el Templo.9 Sin embargo, el sacerdote Joyadá tomó un cofre y, después de hacer una ranura en la tapa, lo puso junto al altar, a la derecha, según se entra en el Templo del Señor. Los sacerdotes que vigilaban la entrada comenzaron a poner en el cofre todo el dinero que la gente traía al Templo del Señor.
Accedieron a no recibir más dinero del pueblo, pero también a estar al frente de las reformas. No obstante si se encargaron de recaudar a la vista el dinero necesario para la reforma y lo hicieron “inventando la alcancía”. No hay nada como un cofre cerrado, para que nadie meta la mano y sólo se pueda meter dinero.
Tal y como se lenaba el cofre, se procedía a pagar a los trabajadores, con total seguridad de que haría bien y que nadie se quedaría sin cobrar.
15 Los encargados de pagar a los trabajadores no tenían que rendir cuentas, pues procedían con toda honradez. 16 El dinero de los sacrificios por el perdón de pecados y por la culpa no era para el Templo del Señor, pues pertenecía a los sacerdotes.
Y lo mejor de todo es que no se quitaba el dinero que sí era de los sacerdotes para pagar la restauración del Templo. Administrar con rectitud y honradez permite cumplir con todas las obligaciones, incluyendo las sacerdotales.
17 Por aquel tiempo, Jazael, rey de Aram, atacó la ciudad de Gat y la conquistó; luego se propuso atacar a Jerusalén.
Todavía tenemos dando guerra a Jazael. En este caso ya no en el reino de Israel, por la zona noreste de su reino, sino al suroeste de él, conquistando la ciudad filistea de Gat y acercándose muy peligrosamente a Jerusalén., capital del reino de Judá.
Israel estaba totalmente rodeada y asediada por los arameos y ya no sólo ellos, sino que también asediaba a los judíos.
Joás no quería la guerra contra los arameos y optó por pagarles y evitar así la guerra. Un reino en extrema debilidad.
18 Por eso Joás, rey de Judá, recogió todos los objetos que habían consagrado sus antepasados Josafat, Jorán y Ocozías, reyes de Judá, junto con los que él mismo había consagrado, más todo el oro que pudo encontrar entre los tesoros del Templo del Señor y en el palacio real. Todo esto se lo envió a Jazael, rey de Aram, el cual se retiró de Israel.
Termina el capítulo diciendo que sus propios ministros conspiraron contra él y lo mataron. Le sucedió su hijo Amasías.
2ª Reyes 13:1-9. Joacaz, rey de Israel.
Volvemos de nuevo al norte con el reino de Israel. Aunque reinó 17 años, su historia es muy breve y nada positiva.
2 Joacaz hizo lo malo ante los ojos del Señor, pues siguió el mal ejemplo de Jeroboán, hijo de Nabat, y no se apartó del pecado con que este hizo pecar a Israel. 3 Por eso la ira del Señor se encendió contra los israelitas y, por mucho tiempo, los puso bajo el poder de Jazael, rey de Aram, y de su hijo Ben Adad.
Fue otro rey que siguió el mal ejemplo del rey Jeroboán, “pecando él y haciendo pecar también a toda Israel”. Son palabras que repiten rey tras rey en Israel.
Y nuevamente tenemos a Jazael el arameo. En este caso no es que acosara, sino que sometió a Israel, después de haberlo derrotado en la batalla.
Dice la palabra que Joacaz clamó a Dios y Él lo escuchó mandando a un libertador. No dice de quién se trata, pero aún con la respuesta de Dios, Joacaz siguió a lo suyo.
6 Sin embargo, siguieron el mal ejemplo de la familia de Jeroboán y no se apartaron de los pecados con que estos hicieron pecar a Israel, y hasta dejaron en pie la imagen de la diosa Aserá, que estaba en Samaria.
Aquí encontramos una vez más como Dios responde aún a riesgo de que no le seamos después fieles. Es probable que Joacaz clamara con todo su corazón en ese momento, pero no fue suficiente para volverse a Dios de verdad. Desde luego es para pensar en ello.
Murió y le sucedió su hijo Joás. ¿Fue mejor rey?
2ª Reyes 13:10-13. Joás, rey de Israel.
Este hombre reino 16 años y esto supuso sólo 4 versículos de este capítulo.
11 Joás hizo lo malo ante los ojos del Señor, pues siguió el mal ejemplo de Jeroboán, hijo de Nabat, y no se apartó de ninguno de los pecados con que este hizo pecar a Israel.
El texto hace un “copia y pega” de su padre Joacaz, pero más corto si cabe. Lo sepultaron junto a sus antepasados en Samaria y reino en su lugar Jeroboán II.
2ª Reyes 13:14-21. Muerte de Eliseo.
En medio de todo este desastre, tenemos todavía al profeta Eliseo, pero ya muy enfermo y para morirse.
Al saberlo el rey Joás, fue a verlo y se echó sobre él llorando y exclamando.
Aun en ese último suspiro de vida, Eliseo ayuda a su rey
15 Eliseo le dijo: Consigue un arco y varias flechas. Joás así lo hizo. 16 Luego Eliseo dijo: Empuña el arco. Cuando el rey empuñó el arco, Eliseo puso las manos sobre las del rey 17 y dijo: Abre la ventana que da hacia el oriente. Joás la abrió, y Eliseo ordenó: ¡Dispara! Así lo hizo. Entonces Eliseo declaró: ¡Flecha victoriosa del Señor! ¡Flecha victoriosa contra Aram! ¡Tú vas a derrotar a los arameos en Afec hasta acabar con ellos! 18 Así que toma las flechas —añadió. El rey las tomó, entonces Eliseo ordenó: ¡Golpea el suelo! Joás golpeó el suelo tres veces y se detuvo.19 Ante eso, el hombre de Dios se enojó y dijo: Debiste haber golpeado el suelo cinco o seis veces; entonces habrías derrotado a los arameos hasta acabar con ellos. Pero ahora los derrotarás solo tres veces. 20 Después de esto, Eliseo murió y fue sepultado.
¿Qué hubiera golpeado al suelo 5 o 6 veces, hubiera derrotado totalmente a Jazael el arameo? ¡Qué pena!
Parece que del disgusto, y no pudo más y se murió. Pero aún muerto tuvo energía como para que recobrara la vida un muerto.
21 En cierta ocasión, unos israelitas iban a enterrar a un muerto, pero de pronto vieron a esas bandas y echaron el cadáver en la tumba de Eliseo. Cuando el cadáver tocó los huesos de Eliseo, ¡el hombre recobró la vida y se puso de pie!
Eliseo hizo muchos milagros como ya estudiamos a lo largo de su vida. Pues aquí tenemos otro más después de su muerte.
2ª Reyes 13:22-24. Jazael oprime a Israel.
Jazael el arameo seguía oprimiendo a Israel, pero Dios mantenía a su pueblo por amor a Abraham, Isaac y Jacob. Dios es fiel a sus promesas siempre.
23 Sin embargo, el Señor tuvo misericordia de ellos. Por causa del pacto que había hecho con Abraham, Isaac y Jacob, se compadeció de los israelitas y los preservó, y hasta el día de hoy no ha querido destruirlos ni arrojarlos de su presencia.
Recordad que en el texto anterior Eliseo le dice que vencería por 3 veces a los arameos. Pues así fue como podemos ver.
24 Cuando murió Jazael, rey de Aram, lo sucedió en el trono su hijo Ben Adad.25 Entonces Joás, hijo de Joacaz, logró rescatar del poder de Ben Adad las ciudades que este le había arrebatado a Joacaz. En tres ocasiones Joás logró derrotarlo, de modo que pudo recuperar las ciudades de Israel.
Paramos de momento el libro de Reyes, para continuar con la introducción al libro de Jonás.
Jonás. Introducción. El misionero “reacio”.
Es la historia del “misionero reacio”, a quien se le enseñó por medio de una experiencia amarga, la lección de la obediencia y la profundidad de la misericordia divina.
Puedes ver el libro de forma resumida a través de este enlace.
Jonás era natural de Galilea y fue uno de los primeros profetas. Nació en Gat Jefer y se cree que estaba a sólo unos 5 kilómetros al noreste de Nazaret. Cerca del Mar de Galilea.
Su nombre aparece por primera vez en 2ª Reyes 14:25. Durante el reinado de Jeroboán II, rey de Israel.
Llamado a ir como misionero a Nínive (capital del Imperio Asirio) para amonestar a los enemigos de su país y fue de muy mala gana.
Esta narración ha sido ridiculizada como un mito por los incrédulos y es vista por algunos eruditos como una leyenda o parábola.
Pero Jesús mismo dio fe de su verdad. Leer Mateo 12:39-41, Lucas 11:29-30.
Jesús les contestó: ¡Esta generación malvada y adúltera pide una señal milagrosa! Pero no se le dará más señal que la del profeta Jonás. Porque así como tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre de un gran pez, también tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en las entrañas de la tierra... (Mateo 12:39-40).
Además los propios judíos lo aceptaron como un suceso histórico. Se puede ver así por ejemplo, en los escritos de Flavio Josefo.
Flavio Josefo fue un historiador judío del primer siglo de nuestra era. Tienen muchos escritos interesantes de él, como “Antigüedades de los Judíos”.
Os invito a leamos el libro de Jonás. Es muy cortito y muy interesante. El domingo próximo seguiremos de lleno con Jonás.
¡¡¡Bendiciones!!!
28/01/2024 ESCUELA DIMINICAL
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