“No queremos guerra con Israel”.

El secretario general del grupo terrorista chií libanés Hezbollah, jeque Hassan Nasrallah, manifestó que la única opción que tienen los pueblos del Oriente Medio en general y del Líbano en particular es la “resistencia” contra Israel “en todos sus aspectos: cultural, militar, etc.” Sin embargo, a pesar de su extenso discurso incendiario, en una sola frase Nasrallah resumió su verdadero mensaje “no buscamos guerra”.

Es que el cabecilla de Hezbollah sabe – y si no lo sabe debería saberlo – que los generales del Ejército de Defensa de Israel (Tzáhal) están con el dedo en el gatillo esperando que Nasrallah vuelva a equivocarse como el 12 de julio 2006, cuando por un profundo error provocó la Segunda Guerra del Líbano. Si Nasrallah vuele a equivocarse los militares israelíes transformarán seguramente, esta vez, las zonas que controla su organización islamista chií en una inmensa playa de estacionamiento.

A pesar de su retórica impetuosa; Nasrallah continúa transmitiendo sus discurso vía satélite desde su escondite porque, desde la Segunda Guerra del Líbano, teme que

las redes de espionaje de Israel lo eliminen si sale a ver la luz del día.

En este discurso, Nasrallah reconoció por primera vez que el presunto ataque aéreo israelí en la frontera sirio-libanesa, hace un mes, hizo blanco sobre una de las bases de Hezbollah en el valle de la Bekaa.

Nasrallah dijo que Hezbollah es mucho más fuerte que durante la Segunda Guerra del Líbano y que en el Líbano hay suficientes bosques como para hacer madera para los féretros de los soldados israelíes; si el Estado judío lanza un ataque. Lo que Nasrallah no dijo es que, en estos momentos, de los bosques del Líbano se está extrayendo mucha madera para los numerosos combatientes de Hezbollah que regresan en ataúdes del pantano sirio. Mientras tanto, el grupo extremista se niega a revelar la cifra de bajas para no desmoralizar a sus partidarios chiís y no alentar a sus enemigos - que aumentan cada día -.

Nasrallah tampoco dijo que Hezbollah está políticamente más débil que nunca. La masiva intervención militar de Hezbollah en Siria está minando la legitimidad del grupo y trasladando el conflicto desde Siria hacia el Líbano.



Publicado el 29/03/2014 en AURORA DIGITAL.

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