MITO:
«Israel está robándoles el agua a los árabes en los territorios. Israel deja que los judíos caven pozos, pero impide que los árabes lo hagan».
«Israel está robándoles el agua a los árabes en los territorios. Israel deja que los judíos caven pozos, pero impide que los árabes lo hagan».
El Mar Muerto se está secando.
REALIDAD:
En los años que siguieron inmediatamente a la guerra de 1967, los recursos hidráulicos de Cisjordania aumentaron considerablemente. El sistema hidráulico en el sur de la región de Hebrón, por ejemplo, se expandió. Se abrieron nuevos pozos cerca de Jenín, Nablus y Tulkarm. A más de 60 pueblos en Cisjordania les proporcionaron nuevos sistemas de suministros de agua, o la administración israelí en los territorios modernizó algunos anticuados.
Sin embargo, a fines de la década del setenta y principios de los años ochenta, el Oriente Medio sufrió una de las peores sequías de la historia moderna.
El agua del río Jordán y del Mar de Galilea descendió a niveles críticos. La situación se agravó aún más a comienzos de los noventa y ha seguido siendo un problema en el nuevo milenio.
Bajo estas condiciones, el gobierno israelí restringió la apertura de nuevos pozos en la Cisjordania. Apenas si tenía otra opción porque la Cisjordania e Israel comparten el mismo manto freático, y el drenaje de agua potable podía promover una filtración de agua salina.
Los granjeros árabes de Cisjordania se sirven aproximadamente de 100 manantiales y 300 pozos —muchos de ellos cavados hace décadas y ahora utilizados en exceso. Las restricciones en la sobreexplotación de los pozos de bajos fondos tenían por objeto evitar la infiltración o el total agotamiento del agua salina. Algunos pozos se cavaron para que las aldeas judías pudieran perforar nuevos y profundos acuíferos nunca antes usados. Esas reservas de agua por lo general no drenan las fuentes árabes que son más superficiales.
A fines de 1991, se programó una conferencia en Turquía para discutir los problemas regionales del agua. La reunión fue torpedeada por Siria. Los sirios, los jordanos y los palestinos boicotearon las conversaciones multilaterales en Moscú en enero de 1992, que incluían un grupo de trabajo sobre los problemas hidráulicos.
Luego de los acuerdos de Oslo, los palestinos se mostraron más interesados en cooperar en lo relacionado con el agua. En la reunión del grupo de trabajo multilateral en Omán, en abril de 1994, se aprobó una propuesta israelí para rehabilitar y hacer más eficientes los sistemas hidráulicos en comunidades de tamaño mediano (en la Cisjordania/Gaza, Israel y en todas partes de la región). Por la misma época se creó una institución palestina para el control del agua, tal como se pedía en la Declaración de Principios israelí-palestina.
En noviembre de 1994, el equipo de trabajo se reunió en Grecia y los israelíes, jordanos y palestinos convinieron en comenzar un debate sobre los principios o normas para la cooperación en los problemas del agua. Se hicieron ulteriores progresos en una variedad de asuntos durante la reunión de Amán de 1995 y la de Tunicia en 1996. Los grupos de trabajo no se han reunido desde entonces.
Israel no ha reducido la cantidad de agua asignada a la Autoridad Palestina (ATP) y está planeando la posibilidad de incrementarla, pese a la reducción de aguas en localidades dentro de Israel y del requisito de suplir considerables cantidades de agua a Jordania según lo estipulado por el tratado de paz.
Contrario a lo aducido por los palestinos, Israel ni siquiera determina la cantidad de agua que ha de suministrarse a los territorios. La cantidad quedó especificada en negociaciones entre las dos partes, con la participación de los norteamericanos. Con el consentimiento de ambas partes, se aumentó la cantidad de agua, si se le compara con la situación antes del Acuerdo Interino. Asimismo, se aprobó una fórmula para el aumento de la asignación de agua gradualmente a lo largo del período interino.
Las negociaciones también condujeron a acuerdos que definían el número de pozos que Israel y la ATP y los cuerpos internacionales, cada uno por su cuenta, estaban obligados a cavar. La cooperación en los temas de las aguas negras y del medio ambiente también quedó definida. Se decidió posteriormente que la jurisdicción sobre el agua sería transferida a los palestinos en el marco de la transferencia de poderes civiles, y que la situación del agua sería supervisada por equipos conjuntos.
Israel ha cumplido todas sus obligaciones en conformidad con el Acuerdo Interino. La cuota de agua acordada, y más aún, está siendo suministrada.
La jurisdicción sobre el agua fue transferida completamente y a tiempo, e Israel aprobó la apertura de pozos adicionales. Israel y la ATP realizan patrullas conjuntas para localizar casos de robo de agua y otros problemas hidráulicos afines.
Extracto del libro Mitos y Realidades de la Jewish Virtual Library.
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