MITO:
«La venta de armas de EE.UU. a Arabia Saudita ha reducido la necesidad de tropas norteamericanas para defender el Golfo Pérsico. Estos armamentos no constituyen amenaza alguna para Israel».
«La venta de armas de EE.UU. a Arabia Saudita ha reducido la necesidad de tropas norteamericanas para defender el Golfo Pérsico. Estos armamentos no constituyen amenaza alguna para Israel».
REALIDAD:
Las fuerzas armadas sauditas son estructuralmente incapaces de defender su país. Fueron totalmente ineptas frente a la amenaza iraquí, pese a la adquisición de más de $50.000 millones en armas y equipos militares de EE.UU. en la década anterior a la guerra del Golfo. Si Saddam Hussein hubiera seguido su invasión relámpago a Arabia Saudita antes de que llegaran las fuerzas norteamericanas en agosto de 1990, gran parte del armamento de Estados Unidos vendido a Riyadh a lo largo de los años podría estar ahora en manos iraquíes.
Aun si todas las pasadas ventas de armas de Estados Unidos a los sauditas hubieran sido aprobadas por el Congreso sin cuestiones ni modificaciones, es dudoso que la ecuación militar sobre el terreno, o el proceso de toma de decisiones en Riyadh, habría sido distinto. Las pequeñas fuerzas armadas sauditas no pueden unilateralmente resistir un asalto de una fuerza tres o cuatro veces mayor.
Funcionarios del gobierno de EE.UU. con frecuencia arguyen que los sauditas necesitan armamentos avanzados para garantizar su seguridad frente a países tan poderosos como la antigua Unión Soviética, pero que el poseer esas armas no constituye un peligro para Israel.
EE.UU. no puede entregar vastas cantidades de aviones y misiles a las fuerzas armadas sauditas si no puede cerciorarse de que estas armas no serán usadas contra Israel. El «escenario de Irán» —es decir, en que la monarquía es derrocada y un régimen más hostil asume el control del arsenal saudita— tampoco puede descartarse.
En las anteriores guerras árabe-israelíes, los sauditas nunca contaron con un arsenal moderno suficientemente grande para que su entrada en una coalición árabe contra Israel fuese una preocupación seria. La acumulación de armas sauditas a partir de la guerra de 1973 altera esta ecuación. El reino sería presionado por otros socios del frente oriental, a participar en una ofensiva contra Israel precisamente debido a esta acumulación.
Fuente: Extracto del libro Mitos y Realidades de la Jewish Virtual Library.
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