MITOS Y REALIDADES. #260. El equilibrio bélico.

MITO:
«La derrota de Irak en la guerra del Golfo garantiza que Israel sólo se enfrentaría con Siria en cualquier conflicto futuro. Cualquier otra intervención árabe es de poca importancia».

REALIDAD:
Israel no tiene otra opción que basar su planificación de defensa en las capacidades reales de los países árabes. Si la historia algo enseña, un futuro conflicto árabe-israelí será el resultado de una alianza de estados árabes que se asocien, aunque sea temporalmente, para lanzar un ataque a Israel. Los árabes tradicionalmente han puesto a un lado sus diferencias en tiempos de conflicto con Israel.

Aun sola, Siria resultaría una seria amenaza para Israel. Damasco recibió más de $2.000 millones de los estados del Golfo debido a la crisis del Golfo. Gran parte de este dinero se invirtió en nuevo armamento moderno en pro del empeño de Hafez Assad de alcanzar la «paridad estratégica» con Israel. En la actualidad, Siria tiene más tanques que Israel, y casi tantos soldados y aviones.

Siria también ha adquirido misiles de largo alcance de Corea del Norte y armas biológicas y químicas. Siria tiene capacidad para lanzar un primer ataque contra instalaciones clave israelíes, incluidas bases áreas y puntos de movilización de tropas.

Irak sigue siendo una preocupación a largo plazo para la seguridad de Israel.

Saddam tiene aún unos 2.400 tanques y 300 aviones de combate. Parte del arsenal químico, de los materiales nucleares, de las instalaciones y lanzadores de misiles balísticos móviles sobrevivieron intactos a la guerra del Golfo y pasaron inadvertidos para los inspectores de Naciones Unidas. El Servicio de Inteligencia Federal de Alemania emitió un informe en el que decía que Irak podría tener una bomba dentro de tres años y que estaba desarrollando misiles balísticos de largo alcance que podrían amenazar a Europa para el 2005.

El informe alemán indicaba también que Irak estaba haciendo un gran esfuerzo por producir armas químicas y puede haber resumido la producción de armas biológicas.

Pese a su masivo arsenal de armamentos suministrados por los soviéticos, Libia hasta hace poco tenía sólo una capacidad limitada de atacar directamente a Israel. Ahora ha adquirido la capacidad de reabastecimiento aéreo para sus bombardeos, dándole los medios de llegar a Israel. La inteligencia de EE.UU. descubrió también la construcción de una segunda planta química subterránea en Libia, además de las instalaciones de Rabta, que se encuentran ahora mismo en producción. Esta última se calcula que ha producido aproximadamente 100 toneladas de agentes químicos. Libia es también un estado que auspicia el terrorismo. Es responsable del atentado contra el vuelo 103 de Pan Am en 1988, que dio lugar a la muerte de más de 200 norteamericanos.

Arabia Saudita y los estados del Golfo siguen haciendo pedidos de armas a gran escala, buscando adquirir capacidades militares mucho más allá de sus propias defensas. Aunque es improbable que estos países ataquen a Israel, podrían suplir armas, como lo han hecho en el pasado, a una futura coalición árabe que se enfrente a Israel.

Si bien Egipto sigue estando formalmente en paz con Israel y honra sus compromisos de Camp David, el Cairo, sin embargo, ha amasado una substancial capacidad militar ofensiva en los últimos años. Los prudentes planificadores militares israelíes no tienen más remedio que observar atentamente el incremento armamentístico de Egipto, si los acontecimientos regionales empeoraran dramáticamente. Si el actual régimen del Cairo fuese derrocado, la perspectiva de seguir manteniendo relaciones estables con Israel disminuiría substancialmente. Pese a su condición de aliado de EE.UU., Egipto ha comprado misiles Scud a Corea del Norte, y se cree que posee armas químicas. Su ejército, fuerza área y armada poseen ahora una amplia variedad de las más sofisticadas armas occidentales, muchas de ellas idénticas a las propias armas de Israel.

     Fuente:

     Extracto del libro Mitos y Realidades de la Jewish Virtual Library.