Erdogan denuncia la "creciente islamofobia" en el mundo y califica al régimen Asad de "terrorismo de Estado".
Seis meses después de haber visitado Tierra Santa, el Papa vuelve al avispero de Oriente Medio con su mensaje de paz, diálogo y reconciliación, pero también con su firme denuncia del fanatismo religioso, de la persecución a las minorías y del terrorismo.
En su primera jornada en Turquía, Francisco ha advertido que la paz en la región sólo puede estar "fundada en el respeto de los fundamentales derechos y deberes ligados a la dignidad del hombre", sin discriminación por razón de credo. En alusión al Estado Islámico y a lo que está ocurriendo en Siria e Iraq -países con los que Turquía comparte 1.200 kilómetros de frontera-, el Pontífice ha deplorado que se registren "las violaciones más elementales de las leyes humanitarias sobre prisioneros y sobre enteros grupos étnicos". Francisco ha mencionado la persecución especial que sufren los cristianos, los yazidíes y otros. Jorge Mario Bergoglio se ha mostrado apenado por un Oriente Medio atrapado por "las guerras fraticidas que parecen nacer una de la otra, como si la única respuesta posible a la guerra y a la violencia fuese siempre una nueva guerra y otra violencia".
Francisco ha pronunciado un discurso en el Palacio Blanco, la nueva sede de la presidencia de la República, en las afueras de Ankara, un complejo muy criticado por su coste desproporcionado y su dimensión faraónica. Su inquilino, el presidente Recep Tayyip Erdogan, ha precedido al Papa con una intervención muy vehemente en la que ha dicho que "el odio y la islamofobia están aumentando en el mundo", con el resultado de que también crece la intolerancia contra los musulmanes que viven en los países occidentales. Según Erdogan, en su conversación con el Papa constataron una coincidencia muy alta con el rechazo a la violencia y el terrorismo. "Miramos al mundo con los mismos valores", ha afirmado el presidente turco. "Compartimos una visión idéntica", ha añadido, aunque no ha mencionado expresamente la letal persecución a los cristianos en algunos países musulmanes. Erdogan ha dedicado comentarios muy duros al régimen sirio de Asad, al que ha acusado de practicar el "terrorismo de Estado" y de haber matado a 300.000 compatriotas. También se ha detenido en enumerar agravios al mundo musulmán en Gaza y Jerusalén.
Bergoglio es el cuarto papa que visita Turquía. Antes lo hicieron Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI. Un punto crucial de su agenda es el encuentro con el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomeo I, mañana y el domingo en Estambul. Esta figura es la autoridad espiritual más reconocida en el mundo ortodoxo y mantiene una relación fluida con el Vaticano, pese al cisma que se produjo hace casi mil años.
Antes de acudir al palacio presidencial, Francisco ha rendido el obligado homenaje de todos los huéspedes de Estado en Ankara a Mustafá Kemal Atatürk, el fundador de la Turquía moderna y laica. Tras aterrizar, el Papa y su comitiva se han dirigido al mausoleo donde reposan sus restos, un imponente complejo y cuidado parque, un auténtico santuario patriótico, en el que se ensalza no sólo a esta figura histórica sino también el nacionalismo turco y las hazañas y sacrificios de sus ejércitos. Al Papa se le vio muy cansado tras subir las largas escalinatas. No le entusiasman estos momentos en que debe ejercer como jefe de Estado. Estaba muy serio y daba la impresión de que no se encontraba muy bien. Pidió a un ayudante su maletín y luego se lo devolvió. Durante una quincena de minutos, el Pontífice estuvo dentro de un edificio. Al salir y subir al vehículo, tenía algo en la boca, quizás un caramelo o una pastilla.
28/11/2014 en LA VANGUARDIA.
http://www.lavanguardia.com/politica/20141128/54420848648/francisco-turquia-fanatismo-religioso.html
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