MITO:
«Israel no tiene ninguna justificación para retener el dinero de impuestos debidos a la Autoridad Palestina».
«Israel no tiene ninguna justificación para retener el dinero de impuestos debidos a la Autoridad Palestina».
REALIDAD:
A principios del 2001, Israel decidió retener más de $50 millones que debía en impuestos a la Autoridad Palestina (ATP) en respuesta a la continuidad de la violencia. Funcionarios norteamericanos y de otros países presionaron a Israel para que transfiriera el dinero, debido
a las agudas estrecheces económicas de la ATP y su insolvencia para pagar la mayoría de sus facturas.
Israel reconoció que su acción era severa, pero creyó que era necesaria para demostrarles a los palestinos que su falta de determinación en frenar la violencia tenía un costo. Israel debe usar cualquier palanca que tenga a su alcance para proteger a sus ciudadanos y esta sanción económica fue más leve que una respuesta militar.
Mientras se le echaba la culpa a esta decisión del lamentable estado de la economía palestina, la verdad era que los países árabes suspendieron la transferencia de cientos de millones de dólares, recogidos como donaciones y destinados a la ATP. La justificación para esta medida de los estados árabes fue su preocupación de que los fondos resultaran malversados y sirvieran para corromper aún más a la ATP.
Por ejemplo, un periódico kuwaití reportaba que Yasser Arafat se había robado más de $5 millones de ayuda extranjera destinada a los palestinos necesitados. En julio del 2002, Israel convino en transferir algunos de los ingresos por concepto de impuesto a los palestinos como un gesto de confianza, luego de que la violencia palestina amainó, y se llegó a un acuerdo de crear un comité de representantes de EE.UU. para supervisar la transacción.
Caso típico:
Ahmed Karia, el presidente del consejo legislativo palestino, súbitamente abandonó la mansión que había construido en Jericó, a un costo de $1,5 millones, luego de que el presidente Bush sacara a relucir la corrupción de la ATP. Se puso un letrero en la puerta que decía que la villa se había convertido en una institución de bienestar social para los parientes de palestinos muertos en ataques terroristas.
Caso típico:
Ahmed Karia, el presidente del consejo legislativo palestino, súbitamente abandonó la mansión que había construido en Jericó, a un costo de $1,5 millones, luego de que el presidente Bush sacara a relucir la corrupción de la ATP. Se puso un letrero en la puerta que decía que la villa se había convertido en una institución de bienestar social para los parientes de palestinos muertos en ataques terroristas.
Fuente:
Extracto del libro Mitos y Realidades de la Jewish Virtual Library.
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