domingo, 22 de agosto de 2021

«La solución de dos Estados es la peor idea para resolver el conflicto israelí-palestino»


El activista israelí Rudy Rochman (27) nació en Francia, pero de los tres a los cinco años vivió en Israel. Luego se mudó a Estados Unidos, donde creció y estudió Ciencias Políticas en la Universidad de Columbia, una institución donde el antiisraelismo y el antisemitismo son moneda corriente. Antes de comenzar sus estudios, el joven viajó al Estado judío para servir como combatiente en la Brigada de Paracaidistas. Luego regresó al país norteamericano, donde comenzó su activismo. En el año 2019 volvió a Israel para comenzar una maestría en administración de empresas en el IDC de Herzliya y radicarse en el país definitivamente.

Rochman es miembro de HaBait, un movimiento compuesto por palestinos e israelíes que lleva a cabo actividades en diversas ciudades con el fin de alcanzar entendimientos entre las partes.

El joven influencer decidió combatir el odio contra los judíos e Israel en las universidades y calles de diversas partes del mundo, especialmente de Estados Unidos. En los videos que pueden verse en las redes sociales, se observa a Rochman caminar en medio protestas antiisraelíes y neonazis para debatir con los manifestantes con un respeto y paciencia. En muchas ocasiones, su contundente argumentación y su gran conocimiento de la historia del conflicto en Medio Oriente y del pueblo judío llevan a sus interlocutores a repensar sus ideas.

En diálogo exclusivo con Ynet Español, Rochman cuenta acerca de sus experiencias en los debates y su activismo en favor del diálogo y el entendimiento con los palestinos, señala que el antisionismo es una forma de ocultar el antisemitismo y explica los motivos por los que rechaza la solución de dos Estados y la intervención extranjera para alcanzar la paz, la cual, afirma, sólo podrá ser lograda entre israelíes y palestinos.


(Uno de los debates que lleva a cabo Rudy Rochman, en este caso con una activistas pro palestina)

– Tú debates cara a cara con personas en manifestaciones antiisraelíes e incluso neonazis, ¿no tienes miedo?
–No, no tengo miedo. Si bien tomo mis precauciones, considero que es más peligroso no hacer nada, lo que representa una conducta similar a esconder la kipá o la estrella de David. De esta manera, seguramente se reducen las posibilidades de ser atacado, pero aumentan las posibilidades de que tu colectivo lo sea, por lo que a largo plazo te perjudicaría más el hecho de no actuar.

–¿Estás preparado para defenderte en caso de que seas agredido físicamente?
–Sí, por supuesto. Hice defensa personal toda mi vida y estuve en el ejército israelí, y además suelo portar una pistola cuando estoy en Israel. Recibo amenazas de muerte casi a diario, pero no tengo miedo.

Rudy Rochman debate con un neonazi en Estados Unidos.

–¿Te han agredido físicamente?
–No, por el momento no.

–En tus debates sueles escuchar a los demás y dirigirte a ellos con mucho respeto, incluso cuando discutes con neonazis. ¿Alguna persona te ha dicho que lograste cambiar su punto de vista?
–En primer lugar, cuando yo converso con estas personas tengo en cuenta que seguramente es la primera vez que ellos hablan con un judío-israelí y probablemente sea la última. Y mientras debato con ellos, hay tres tipos de audiencias. Está la persona que interactúa conmigo, aquellos que están escuchando el diálogo alrededor y los que verán los videos después en internet. Tengo que tener todo eso en mente. Y sí, creo que la gente puede cambiar su postura, incluso durante un debate. Es más, en una ocasión un palestino que se consideraba antisionista dijo que sí creía en el derecho del pueblo judío a la autodeterminación, por lo que se percató de que eso lo hacía sionista. Claro que muchas veces una persona no puede modificar su postura en el medio de un debate, pero al dialogar con ella puedes llevarla a rever sus ideas, y hubo gente que me contactó incluso después de dos años de haber conversado conmigo y me dijo que tras haberse informado adecuadamente sobre el tema, cambiaron de opinión. Pero incluso si no se puede modificar su postura, es necesario hablar con ellos, porque aquellos que escuchan el debate pueden aprender cómo lidiar con esas situaciones, cómo enfrentar el antisemitismo y cómo mantener la cordura incluso en conversaciones con personas con ideas tan antagónicas. Por lo tanto, sólo veo beneficios en animarse a dialogar con esa gente.

«En una ocasión un palestino que se consideraba antisionista dijo que sí creía en el derecho del pueblo judío a la autodeterminación, y se percató de que eso lo hacía sionista.»

–¿Con quién es más difícil debatir, con los neonazis o con los antiisraelíes?
–No está relacionado con la ideología, sino con el carácter del individuo con el que debates. De hecho, un neonazi puede estar más dispuesto a escucharte a pesar de que tenga ideas nefastas. Es más fácil hablar con este tipo de personas, más allá de su horrenda ideología, que con alguien que grita e insulta. Sin embargo, prefiero dialogar con personas que son propalestinas, pero que verdaderamente estén preocupadas por los palestinos, y aun más con los mismos palestinos, ya que para mí es como conversar con mis primos. Y si realmente queremos que la situación mejore y alcanzar acuerdos, debemos hacer a un lado aquellos argumentos que nos llevan a estar enfrentados.

–En algunos de tus debates dijiste que muchos propalestinos occidentales en realidad son antiisraelíes, ¿Por qué?
–En algunos casos me encuentro con personas que dicen ser propalestinas, pero es sólo un disfraz para ocultar su antiisraelismo. A ellos no les importa cuando miles de palestinos mueren en Siria, y tampoco les interesa su sufrimiento en los campos de refugiados en el Líbano y Jordania o en la frontera entre Gaza y Egipto. Nunca hablan de eso, o sólo lo hacen cuando se ajusta a sus fines políticos. Por ejemplo, durante los combates entre Hamás e Israel, no se refirieron a los cohetes lanzados por terroristas que caían en Gaza y mataban personas allí. Entonces, en lugar de condenar a Hamás por eso y por utilizar a civiles como escudos humanos, sólo repudian a Israel por sus ofensivas contra objetivos terroristas. Solamente usan algunos aspectos del sufrimiento palestino cuando se ajustan a sus intereses. Utilizan la causa palestina sólo con la intención de avanzar con su verdadera causa: destruir al pueblo judío y a Israel.

Rudy Rochman con King Norah, una activista emiratí por la paz, en Dubai.

–¿Piensas que esa gente es antiisraelí o antisemita?
–Depende. Aquellas personas que se oponen a medidas del gobierno o a dichos de algunos políticos no son antisemitas, pero aquellos que deslegitiman la mera existencia de Israel son antisemitas; los que deshumanizan a los israelíes y a los judíos son antisemitas; y los que juzgan de una manera a Israel y a los judíos de una forma diferente a la que lo hacen con otros países también lo son. Son antiisraelíes, pero no por sus críticas a una determinada política del gobierno, sino porque se oponen a la autodeterminación del pueblo judío en su tierra.

–¿De dónde crees que absorben esas ideas?
–El antisemitismo ha sido una parte importante de la cultura occidental por miles de años. Se ha culpado a los judíos por su éxito, por ejemplo. Pero a lo largo de la historia puedes ver que otras minorías, como los asiáticos, que también han sido exitosos, o incluso los tibetanos, que también buscan volver a su tierra, no son blancos de este tipo de odio. Si vas a universidades en Occidente, te encuentras con mucha retórica antiisraelí y antisemita. Enseñan que hay que luchar contra diversos odios a las minorías, y en ese aspecto, dicen, también se debe estar contra Israel. Ellos no sólo comparan al Estado judío con otras fuerzas opresoras en las sociedades, sino que además culpan a Israel por esa opresión.

–Es así como se crean las teorías conspirativas, ¿Cierto?
–Es la fórmula para el antisemitismo. Encontrar el origen del sufrimiento y el dolor en una determinada sociedad, y luego hallar la forma de culpar por ello al pueblo judío.

Rudy Rochman se abraza con un palestino tras un debate mantenido durante una manifestación propalestina en Estados Unidos.

–Tú tienes amigos palestinos. ¿Qué te dicen sobre tu trabajo?
–No sólo tengo amigos palestinos, sino que formo parte de un movimiento llamado HaBait (La casa), el cual está compuesto por palestinos e israelíes que viven en esta tierra. Llevamos a cabo muchos eventos juntos en comunidades judías y palestinas. Hacemos todo lo posible para cambiar ciertas posturas y alcanzar entendimientos respecto de nuestro sufrimiento, así como de nuestras identidades, experiencias y aspiraciones. Y cuando ven mi trabajo, ellos sienten una especie de alivio, ya que ellos están cansados de hablar con los judíos de extrema izquierda, que están dispuestos a dejar de lado las aspiraciones de su pueblo, como vivir en Judea y Samaria. Sin embargo, los miembros de esta corriente no representan a aquellas personas con las que conviven los palestinos. También están hartos de dialogar con los de extrema derecha, porque ellos los rechazan por completo. Por eso me he preguntado por qué debo elegir a la derecha o a la izquierda, cuando hay aspectos positivos y negativos a ambos lados del mapa ideológico. Yo estoy de acuerdo con el derecho a la tierra, la identidad y la seguridad de la derecha, pero también comparto las ideas de derechos de las minorías, la justicia y la humanidad de la izquierda. Sin embargo, yo tampoco me considero un centrista. Simplemente tomo lo bueno de ambas partes y no permito que los políticos dividan a la población. Entonces los palestinos se alegran de conocer a alguien que reconoce su sufrimiento, y no sóolo a mí, también a otras personas que hacen un trabajo similar.

–¿Estás de acuerdo con la solución de dos Estados?
No. En primer lugar, se trata de una solución impuesta por Occidente. Cualquier intento de resolver el conflicto no puede ser impuesto, tiene que ser un proceso. Y también debe estipular dos aspectos para ambos pueblos: alcanzar las aspiraciones que cada uno de ellos tiene y resolver los conflictos entre las partes. Y la solución de dos Estados no incluye ninguno de estos asuntos, ya que tanto los palestinos como los israelíes ven a esta tierra como una sola. Tampoco resuelve las injusticias que sufren los ciudadanos de Israel, ya que se quiere convertir a Judea y Samaria en un Estado palestino unido de alguna manera con Gaza, lo que resultaría en más problemas de los que tenemos hoy. Además, miles de judíos serían expulsados de sus hogares en la Ribera Occidental, lo que podría derivar en una guerra civil. La solución de dos Estados representaría una injusticia para los palestinos, ya que la población árabe israelí pasaría a formar parte de un Estado palestino, lo que llevaría a que no pudieran acceder a lugares que quieren ir. Creo que es la peor idea que puede existir para solucionar el conflicto. Pienso en las propuestas para establecer federaciones o sistemas de emiratos o de poderes locales, que es lo que los palestinos realmente quieren, ya que buscan ser gobernados por autoridades o familias que controlan algunas aldeas. Entonces podríamos constituir un sistema enfocado en las necesidades y aspiraciones de ambos pueblos.

Rudy Rochman debate con un palestino en la Universidad Berkeley, en California.

–¿Crees que israelíes y palestinos pueden alcanzar la paz sin intervención internacional, teniendo en cuenta que Hamás gobierna en Gaza?
–Hamás está en el poder en Gaza, sí. Pero no se trata de eso, sino de quién lo reemplazará. Y para ello es necesario crear las condiciones para que eso suceda. Se debe crear un movimiento compuesto por palestinos e israelíes para que puedan entenderse unos con otros. Y debemos proteger a aquellos palestinos que. si bien pueden ser críticos de Israel, no ven un enemigo en el Estado judío. Y existen. Aquellos que están en HaBait son exactamente así. Sin embargo, si se atrevieran a hablar abiertamente, seguramente serían arrestados, torturados o incluso asesinados por su liderazgo. Creo que Israel debe proteger a esas personas para cambiar el status quo de los palestinos que residen en Judea y Samaria. Y si estos individuos estuvieran a cargo de los asuntos, si fueran el ejemplo a seguir en la Autoridad Palestina y dirigieran la educación, seguramente las cosas mejorarían.

«Debemos proteger a aquellos palestinos que. si bien pueden ser críticos de Israel, no ven un enemigo en el Estado judío»

–¿No aceptarías ningún tipo de intervención internacional?
–La intervención internacional ha sido perjudicial desde el principio, empezando por la colonización de Judea y Samaria por parte de los romanos, hasta el Imperio Británico dividiendo y conquistando, que les hizo a los israelíes y a los palestinos lo mismo que a los paquistaníes y a los indios, así como a los afganos y a los nigerianos. Los británicos ponían a unos contra otros en un determinado territorio con el fin de que no se rebelaran contra los británicos. Entonces podríamos decir que la intervención británica dio lugar a muchas de estas tensiones que vivimos hoy. Además está la intromisión de Irán, que apoya a Hezbollah y Hamás con el fin desestabilizar la región para tomar el control. También hay diversas ONG que sin conflicto no serían necesarias, por lo que buscan mantener las hostilidades para continuar recibiendo dinero. Y también están los medios de comunicación, que deben vender avisos publicitarios para poder seguir existiendo, y para ello necesitan atraer el interés de las personas, y con ese fin venden noticias para dividir a la gente. Y por último está Estados Unidos, que hace que muchos países del mundo dependan de su sistema militar. Por eso la “ayuda” que Israel recibe no es en dinero, sino en armas. Es crédito para comprar armamento en empresas estadounidenses, lo que lleva a Israel a ser completamente dependiente del Ejército norteamericano, y no debería ser así. De este modo, Washington nos impone condiciones, y además hay que pensar en qué sucedería si ese país pierde poder o un presidente antiisraelí llegara al gobierno. Pero en realidad la continuación de la guerra está en el interés de los estadounidenses porque Israel se queda en su lugar y no compite con ellos y, además, debido a que esas armas seguirán siendo vendidas, y no sólo a los israelíes, ya que también brindan asistencia a los palestinos. Entonces hay que preguntarse quién se está beneficiando del conflicto. Definitivamente ni los palestinos ni los israelíes, por lo que tanto unos y otros debemos enfocarnos en hablar entre nosotros y construir juntos, en lugar de ir a contarle al resto del mundo que el otro es el enemigo.

«Hay que preguntarse quién se está beneficiando del conflicto. Definitivamente ni los palestinos ni los israelíes, por lo que unos y otros debemos enfocarnos en hablar entre nosotros y construir juntos»

–Si hay tantas personas que quieren alcanzar la paz, ¿por qué crees que no sólo Hamás atacó a Israel en los últimos combates, sino que también se produjeron violentos enfrentamientos en Judea y Samaria y en varias ciudades mixtas en el país?
–Imagina un mundo en el que tanto los medios de comunicación mainstream como en internet se muestra todo el tiempo a la otra parte como maligna, tal como sucede en el barrio Sheikh Jarrah de Jerusalem, donde hay ocho casas que eran de propiedad judía, pero se las apropiaron familias jordanas que las alquilan a palestinos, por lo que hay un proceso legal para devolver las viviendas a sus antiguos dueños judíos. Esta historia no es presentada en su totalidad, sino de una manera que muestra que los judíos quieren hacer una limpieza étnica de palestinos, lo cual no representa la realidad. Entonces se toma esa situación y se la manipula para poner a unos contra otros. Además, durante el Ramadán, hubo palestinos que causaron disturbios en el Monte del Templo, en el área de la mezquita Al-Aqsa, lanzando piedras a civiles y policías, por lo que las fuerzas de seguridad debieron intervenir para detener a los alborotadores, pero en los medios informaron que los policías atacaron a los musulmanes en su momento de rezo. También hubo palestinos arrojando fuegos artificiales contra judíos que celebraban el Día de Jerusalem bailando y cantando. Y no sólo contra ellos, sino que los lanzaban contra árboles con el objetivo de prenderlos fuego. Sin embargo, la prensa tomó esas imágenes y las presentó de tal manera para que las personas creyeran que los judíos bailaban mientras incendiaban el área de Al-Aqsa. También manipulan la información de lo que sucede en Gaza. Entonces, cuando ven todo esto, por supuesto que la población va a reaccionar, porque realmente piensan que están bajo ataque. Entonces no es que no sean pacíficos o quieran causar disturbios, es debido a que los medios y varios líderes están distorsionando la información y manipulando las emociones para generar violencia entre ambas partes porque es eso lo que quieren y porque se están beneficiando de ello. Hay que preguntarse por qué está sucediendo esto. Y una vez que te hagas esa pregunta, entenderás el origen de todo este conflicto.

Fuente: Ynet en espanol


18/07/2021 en POR ISRAEL




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