sábado, 26 de septiembre de 2015

Jordania: No queremos a los palestinos.

La reciente decisión de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) de recortar sus servicios ha dejado a Jordania y a otros países árabes extremadamente preocupados por la posibilidad de que puedan ser obligados a conceder los derechos de ciudadanía a millones de palestinos.

Durante las últimas semanas, muchos jordanos han expresado su profunda preocupación de que las medidas de la UNRWA sean parte de una "conspiración" para forzar el reino a reasentar a los refugiados palestinos.

De acuerdo con los números de UNRWA, más de dos millones de refugiados palestinos registrados viven en Jordania. La mayoría de los refugiados, pero no todos, tienen plena ciudadanía (jordana), según muestran las cifras. Los refugiados viven en 10 campamentos reconocidos por UNRWA en Jordania.

Jordania es el único país árabe que ha concedido la ciudadanía a los palestinos. Aún así, muchos jordanos ven su presencia en el reino como transitoria.

Aunque no hay datos oficiales de censo para saber cuántos habitantes son palestinos, se calcula que constituyen la mitad de la población de Jordania, que estimada en siete millones de personas. Algunos afirman que, en realidad, los palestinos constituyen dos tercios de la población del reino.

En las últimas décadas, la peor pesadilla de los jordanos ha sido el debate sobre el reasentamiento de los palestinos en el reino, convirtiéndolos en ciudadanos permanentes. La charla sobre convertir a Jordania en un Estado palestino también ha creado pánico e ira entre los jordanos.

El "problema demográfico" de Jordania reapareció recientemente cuando un alto político jordano advirtió en contra de los planes de reasentar a los refugiados palestinos en el reino.

Taher al Masri, un ex primer ministro jordano estrechamente relacionado con la monarquía hachemita gobernante, dio la voz de alarma en una entrevista ofrecida a una agencia de noticias turca.

Al comentar sobre la grave crisis financiera de UNRWA, que ha resultado en recortes de los servicios para los refugiados palestinos que viven en Jordania, Siria, Líbano, Cisjordania y la Franja de Gaza, al Masri, dijo: "Creo que esto es parte de un plan para convertir la cuestión de los refugiados palestinos en un problema interno de Jordania. UNRWA está allanando el camino para la liquidación de la causa palestina".

Al Masri, cuyos puntos de vista reflejan a menudo los de la monarquía, expresó el temor de que los recortes de UNRWA induzcan al mundo a considerar la idea de convertir a los palestinos de Jordania en ciudadanos permanentes, sobre todo porque la mayoría de ellos ya tienen pasaportes jordanos.

Al Masri y otros funcionarios jordanos mantienen que Jordania tiene derecho a proteger su "identidad nacional", al negarse a absorber a los no-jordanos.

Recientemente, el primer ministro jordano Abdullah Ensour sorprendió a muchos cuando anunció que había más de dos millones de palestinos viviendo en Jordania que no son ciudadanos permanentes. Aparentemente, Ensour se refería a aquellos palestinos que llevan pasaportes jordanos temporales.

Analistas políticos jordanos y palestinos describieron los comentarios de Ensour sobre los palestinos en Jordania como "confusos" y "controversiales". Señalaron que Ensour mencionó a los palestinos junto a los refugiados iraquíes y sirios que han encontrado refugio en el reino en los últimos años, y que, por lo tanto, los jordanos consideran la presencia de los palestinos en su país sólo temporalmente.

"Las declaraciones del primer ministro son ambiguas, controversiales y muy preocupantes", comentó Bassam al Badareen, un periodista muy respetado en Ammán. "Se refirió a los palestinos como parte de los extranjeros y de los refugiados iraquíes en Jordania".

Las declaraciones de Ensour, como las de al Masri, son una prueba más de que Jordania y el resto del mundo árabe no están interesados en ayudar a resolver el problema de los refugiados palestinos. Jordania, Líbano y Siria -los tres países árabes donde vive la mayoría de los refugiados- se oponen firmemente a cualquier solución que vea a los palestinos reubicados dentro de sus fronteras.

Es por ello que estos países y la mayor parte del mundo árabe siguen discriminando a los palestinos y los someten a las leyes y reglamentos del Apartheid. Aunque Jordania ha concedido la ciudadanía a muchos palestinos; sigue tratándolos como ciudadanos de segunda clase.

En los últimos años, las autoridades jordanas han revocado la ciudadanía de los palestinos en un movimiento que ha sido denunciado como "injusto" e "inconstitucional".

Los países árabes han justificado constantemente sus políticas discriminatorias contra los palestinos con el argumento de que esta es la única manera de garantizar que los refugiados algún día regresarán a sus antiguos hogares en Israel. De acuerdo con esta lógica, los países árabes no quieren dar a los palestinos la ciudadanía o incluso los derechos básicos, para evitar una situación en la que Israel y la comunidad internacional puedan utilizar eso como una excusa para negarles el "derecho de retorno".

Sin embargo, algunos palestinos rechazan este argumento y acusan a los países árabes de dar la espalda a sus hermanos palestinos.

El Dr. Ahmad Abu Matar, un académico palestino que reside en Oslo, arremetió contra el mundo árabe por el continuo maltrato de los palestinos.

"Todos los países árabes se oponen al reasentamiento y la naturalización de los palestinos no porque les importe la causa palestina; sino debido a consideraciones internas y regionales", escribió Abu Matar. "Tenemos que tener el valor de decir que la mejora de las condiciones de vida de los refugiados palestinos en los países árabes, incluyendo el otorgamiento de la ciudadanía, no elimina el derecho al retorno".

Destacando que los palestinos siempre han sido privados de sus derechos civiles en el mundo árabe, particularmente en el Líbano, donde se les prohíbe trabajar en muchas profesiones y viven en campamentos que ni siquiera son aptos para "animales en la selva", Abu Matar señaló que EE.UU. y Europa han abierto sus fronteras a los palestinos e incluso les ha dado la ciudadanía.

Dirigiéndose a los países árabes, el académico escribió: "Mejoren las condiciones de vida de los refugiados palestinos. Dejen que se establezcan. Denles la ciudadanía para que puedan vivir como seres humanos..."

Pero es probable que la apelación de Abu Matar caiga en oídos sordos en el mundo árabe. Los árabes no están preocupados por los palestinos y quieren que sigan siendo el problema de Israel. Países como Líbano y Siria prefieren ver a los palestinos viviendo como "animales de la selva" antes que concederles derechos básicos como empleo, educación y ciudadanía.

No es ninguna sorpresa que los refugiados que huyen de Siria no tengan ambiciones de establecerse en algún país árabe. Saben que su suerte en el mundo árabe no será mejor que la de los palestinos que viven en Jordania, Siria, Líbano y otros países de la región.

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