Una enorme explosión sacudió la ciudad de Jallayn, en la provincia siria de Daraa, en el sur de Siria, provocando la muerte de una decena de jihadistas, entre ellos la plana mayor del Ejército de Khalid ibn Walid, un grupo extremista que juró fidelidad al Estado Islámico, en 2014, y que controla la zona.
Aparentemente, los comandantes del grupo jihadista se había reunido, en esa urbe que dominan, para discutir sobre los combates en la provincia de Daraa.
De acuerdo con el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una organización con sede en Londres pero con numerosos activistas en el terreno, la explosión fue provocada por un ataque aéreo, pero no se ha aclarado si se trató de aeronaves de la coalición liderada por Estados Unidos o de la aviación rusa o de la Fuerza Aérea nacional siria. Otros reportes indican que un coche bomba habría desbaratado abruptamente la reunión.
Entre los muertos se encuentra el comandante en jefe del Jaish de Khalid ibn Walid (Ejército de Khalid ibn Walid), Abu Hashem al Rafaei, y otros cinco comandantes de campo.
Tras el suceso, el grupo designó a un nuevo líder.
A partir de una sorpresiva ofensiva, a principios de este año, el Ejército de Khalid ibn Walid se hizo con el control de un total de cerca de 25 aldeas y ciudades, emplazadas sobre la frontera con Israel y Jordania, en el suroeste de Siria.
El grupo jihadista combate frecuentemente a otras facciones rebeldes sunitas y es conocido por aplicar brutalmente la ley islámica sobre los civiles que viven bajo su dominio.
29/06/2017 en AURORA DIGITAL.
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